Trump, optimista sobre un acuerdo con China, podría extender la tregua comercial

El presidente estadounidense Donald Trump durante una declaración en la Casa Blanca, el 15 de febrero de 2019 en Washington, DC afp_tickers

El presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró optimista este viernes sobre la perspectiva de alcanzar un acuerdo en la guerra comercial con Pekín, y evocó la posibilidad de ampliar la tregua antes de aumentar las tarifas aduaneras a las importaciones chinas.

Las negociaciones -cuya tercera ronda finalizó este viernes en Pekín a nivel ministerial- van «extremadamente bien», dijo el presidente estadounidense. Aunque matizó: «Solo Dios sabe lo que eso quiere decir».

«Estamos más cerca de lo que jamás hemos estado de cerrar un verdadero acuerdo», agregó durante su intercambio con la prensa en la Casa Blanca.

A su vez, el mandatario estadounidense evocó la posibilidad de ampliar más allá del 1 de marzo la tregua comercial negociada con su homólogo Xi Jinping en la cumbre del G20 en Buenos Aires a fines de noviembre.

«Existe la posibilidad de que amplíe el plazo», declaró Trump. «Si veo que estamos cerca de un acuerdo o que el acuerdo va en la dirección correcta, lo haré», afirmó.

Este tono optimista sostenía los principales índices de la Bolsa de Nueva York este viernes, con los inversores atentos a la más mínima información sobre el tema que mina las relaciones entre las dos grandes potencias económicas mundiales tras la llegada de Trump al poder.

Estados Unidos había dado plazo a China hasta el 1 de marzo para alcanzar un acuerdo comercial. En caso contrario amenaza con aumentar del 10% al 25% los aranceles a importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares anuales.

Trump también recordó que debe reunirse con Xi Jinping, luego de la nueva serie de negociaciones que se llevará a cabo la semana que viene en Washington, para «solucionar cara a cara los problemas que subsisten».

– Todo en papel –

En el marco de las discusiones que finalizaron este viernes en Pekín entre altos funcionarios y luego a nivel ministerial -con una reunión entre Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, Robert Lighthizer negociador en jefe, y Xi Jinping-, ambas partes destacaron los progresos. Pero también reconocieron que asuntos «muy difíciles» están en suspenso.

Los estadounidenses recordaron su lista de quejas y demandas: la detención a la transferencia forzada de tecnología impuesta a empresa extranjeras, el respeto a los derechos de propiedad intelectual, el fin de la piratería informática, el levantamiento de las barreras no tarifarias pero también un importante déficit comercial y la moneda.

A su vez, ambas partes se entendieron para que «todo compromiso esté consignado» en un protocolo de acuerdo, informó la Casa Blanca. La parte estadounidense insiste desde el inicio sobre la necesidad de poder verificar la aplicación de todo acuerdo.

Los dos gigantes ya se impusieron aranceles recíprocos a productos por valor de 360.000 millones de dólares, medidas que además afectaron seriamente los mercados financieros globales.

– Reformas estructurales –

Si bien la prensa china se mostraba optimista, la estadounidense sostiene que se alcanzó poco progreso en las cuestiones más difíciles que exigirían reformas estructurales profundas por parte de las autoridades chinas.

Los observadores estiman que en general un equilibrio de la balanza comercial es el tema menos arduo de estas difíciles negociaciones, dado que Pekín ya ha dejado entrever que podría comprar más productos estadounidenses agrícolas u otros.

En 2017, el déficit comercial sobre el intercambio de mercadería fue de 375.000 millones de dólares, según los datos estadounidenses. En 2018, debería sobrepasar ampliamente ese monto.

La administración Trump cuenta con que el enlentecimiento de la economía china ayude a convencer a Pekín de ceder a la presión para obtener el levantamiento de las tarifas aduaneras.

Las cifras publicadas este viernes por el gobierno chino respaldan esta estrategia: los precios de la producción cayeron en enero al nivel más bajo en dos años (+0,1% sobre un año) indicando una desaceleración de la actividad en la segunda economía mundial.

Sin embargo, diversos expertos apuntan que difícilmente los jerarcas del Partido Comunista Chino harán cambios significativos a su política industrial sin una larga y dura pelea.