El arte contemporáneo latinoamericano social y comprometido atraviesa fronteras en ARCO

Alida Juliani

Madrid, 6 mar (EFE).- Arte social, de denuncia, rompedor en su época, estremecedor o comprometido con sus orígenes. Así se presenta en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, ARCO, el estrecho vínculo que une a este certamen con América Latina, con un programa propio, ‘Perfiles’, pero también con artistas que por si mismo marcaron tendencia.

‘Perfiles’ del Arte Latinoamericano es uno de los tres programas comisariados en la feria, que se celebra en la capital española hasta el próximo domingo y que reúne 214 galerías de 36 países.

El mexicano José Esparza Chong Cuy encabeza esta selección de obras que ofrecen un recorrido por una diversidad de mundos visuales y un panorama amplio de cómo identificarse como artistas y hacer comunidad, proponiendo nuevas formas de hacer, pensar y vivir en conjunto.

Arte social y ecológico

Son 10 galerías de 7 países los que participan en este apartado de ARCO, entre ellos la Galería Cerrado, que presenta el proyecto ‘Sertao Negro’, creado por el artista consagrado brasileño Dalton Paula, que en 2021 abrió una escuela para artistas negros que se convirtió en una comunidad autosuficiente.

«Y hoy es un colectivo con una cocina grande, una huerta donde cultivan vegetales y un estudio donde los artistas crean en conjunto. Todos viven ahí, son siete en total y aquí están representados cinco de ellos», explica a EFE Yuri Oliveira, responsable de la galería, que se presenta por primera vez en la feria.

Se trata de una galería joven, apenas tiene dos años, que está presente en dos ciudades de Brasil: Brasilia y Guayana.

«Para los artistas es la primera vez en una feria internacional, hasta ahora solo habían hecho exposiciones en Brasil. Alguno de ellos son muy jóvenes, 30 años, y ellos en la comunidad son educadores y hacen actividades con sus miembros», dice Oliveira, quien recalca que se trata de un arte social, destinado a los artistas y pensadores negros brasileños.

De lo social a lo ecológico, ‘Proyectos ultavioleta’ han llevado a ARCO una exhibición individual del artista guatemalteco Naufus Ramírez-Figueroa.

En el stand se presentan varios de sus proyectos, en los que explora las narrativas históricas a través de su práctica artística, que involucra sus viajes de investigación en los que obtiene relatos de los sitios en los que investiga y las relaciones con los lugareños.

Se puede ver la serie ‘Variaciones’ de la hoja de anturio, un estudio que Ramírez-Figueroa hizo basado en la planta tropical del mismo nombre.

«Naufus se ha dedicado a catalogar las diversas variedades de esta planta porque le atrae también la parte geométrica sagrada que presenta, y cada una de esas plantas tiene distintos orígenes, como la variedad que se creía extinta por la moda de coleccionar plantas tropicales pero que luego se descubrió que había pervivido», explica a EFE la representante de la galería en esta feria, Cristina Rodríguez.

También el anturio del que hay evidencias que tuvo uso ornamental en las culturas prehispánicas y el diabolensis, originario de una isla frente a Belice, «que es endémico también de esa zona y se llama así porque allí se escondió un pirata que le llamaban ‘el diablo'».

«Estas plantas son originarias tanto de la Amazonía en Sudamérica como de Centroamérica, y el artista quiere destacar la conexión territorial que hay dentro de la fauna y la flora del continente».

‘A Sonia’, una poderosa historia en negativos

Y en fotografía destaca Claudia Andújar, nacida en Suiza en 1931, pero cuya huida del nazismo le llevó a Brasil en los años 50, donde se hizo un nombre como fotógrafa a pesar de haber hecho un alto en Nueva York donde estudió pintura.

En Sao Paulo es donde toma una cámara de fotos como una forma de poder comunicarse con las personas, porque no hablaba el idioma, y empieza a trabajar en una revista y luego en el museo de arte de esa ciudad.

Fue su pareja quien la introdujo en el experimentalismo en la fotografía, un giro de tuerca que se puede contemplar en ARCO en una serie de 1971 llamada ‘A Sonia’, dedicada a una chica que llegó del nordeste del país para ser modelo y a quien Andújar le hizo una selección de fotos gratis con el compromiso de que la dejara experimentar.

La obra, que se presenta individualmente en la feria, presenta una sobreexposición de negativos, utilización de filtros, de la luz dentro del cuarto oscuro e infrarrojos que sorprende. EFE

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