El artista español Alberto Reguera vuelve a Bruselas para desafiar los límites pictóricos

Sara Morato

Bruselas, 9 ene (EFE).- El artista español Alberto Reguera inauguró este jueves en Bruselas la muestra individual «La couleur physique» («El color físico»), con la que desafía el concepto tradicional del espacio y volumen en la pintura, según asegura a EFE.

Esta muestra, tras su primera aparición artística en el Instituto Cervantes de Bruselas en 2011, es una forma de «llenar» su «ausencia expositiva» en Bruselas.

«En estos casi quince años he tenido la oportunidad de exponer en Asia, son de esas ocasiones que se dan y hay que cogerlas. Pero hace dos años empezamos a pensar en esta muestra y confié en este espacio para exponer mi obra», afirmó Reguera durante la inauguración de la exposición en la Galería Faider de la capital belga.

A través de 32 obras que se podrán visitar hasta el próximo 17 de febrero, el artista explora la instalación pictórica, pinturas posadas en el suelo que conforman una familia en la que cada creación es una gran pincelada, regresa a la pintura plana y retoma los paisajes abstractos tridimensionales, según los organizadores.

«Desde el punto de vista temático, estos son cuadros monocromáticos en los que predomina un solo color, como el azul de Prusia o el azul cobalto. Cuadros con superficies que intentan generar profundidad en los que aparece solo un color, aunque haya sutiles capas de materia que se van solapando», explicó Reguera.

El artista vuelve a apostar por la pintura expansiva, un concepto con el que se desdibujan los bordes de la creación y con el que reivindica la interacción con el espectador, la construcción con la mirada y un camino abierto a las interpretaciones visuales.

«El espacio para mi es como un instrumento, como puede ser el pigmento o el pincel. Es un instrumento de trabajo. Según el espacio dado, así vamos a disponer esas pinceladas que se pueden mover dentro del espacio. La gente puede rodear la pintura con la mirada, físicamente, generando su propio campo pictórico visual. Su propio campo de visión», dijo.

A pesar de haber expuesto en galerías de ciudades como París, Londres, Hong Kong o Lisboa, Reguera aún mantiene un latente recuerdo de su infancia segoviana, que continúa muy presente en los trazos de sus obras.

«Castilla está muy representada, muy presente en las pinturas. Desde las casas desconchadas o los océanos de cereal. Por eso podemos ver el amarillo en muchos cuadros. Eso está en la mente de los impactos visuales de mi infancia y aún se pueden ver aquí», expresó.

El amarillo que protagoniza muchas de las creaciones de la exposición también remite a la luz solar en obras como “Fragment d’emerveillant soleil» («Fragmento de un maravilloso sol»), aunque Reguera emplea también como hilo conductor elementos como las nubes o el crepúsculo, desde un punto de vista más poético.

«Mi pintura es abstracta, pero fragmenta elementos de la naturaleza. Son bastantes obras y muchas de ellas representan el hito de un momento. Aunque todos persiguen el mismo hilo, hay cuadros que he hecho explícitamente para esta exposición como ‘Fulgurations solaires’ (‘Erupciones solares’) que se alternan con cuadros de estos años, como uno de 2015 que se llama ‘Algunos trazos etéreos’, protagonizado por el blanco», puntualizó.

Reguera se mostró gustoso de exponer en Bruselas, el lugar que acogió su primera muestra individual hace casi cuarenta años y una ciudad que, según describió, tiene «un coleccionismo muy concienciado de lo que es una obra de arte».

Respecto a la situación de España en la toma de conciencia de valor del arte, explicó que el país ha realizado «grandes avances respecto al coleccionismo» debido a un mejor impacto en las nuevas generaciones y aplaudió el trabajo de los museos españoles por animar a la población a consumir cultura. EFE

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