El auge y ocaso de los laboratorios de PCR en China
Guillermo Benavides
Pekín, 15 dic (EFE).- La política de ‘cero covid’ mantenida por China durante más de dos años no se entiende sin las empresas a cargo de realizar las PCR, una pruebas que con los nuevos ajustes han casi desaparecido dejando a los laboratorios a cargo de las mismas en una situación de incertidumbre.
En mayo del presente año se contabilizaron en el gigante asiático más de 3.400 compañías cuyo ámbito de negocio incluía los reactivos de detección para las pruebas de ácido nucleico y del nuevo coronavirus, según la base de datos de registros públicos Tianyancha.
Pero, a las puertas del cuarto año de pandemia, la otrora floreciente industria vislumbra su final, entre la crítica pública, las irregularidades, un futuro incierto y el giro hacia las pruebas de antígenos.
UN ASCENSO Y CAÍDA FULGURANTES
El 11 de enero de 2020, cuando los científicos chinos compartieron con la comunidad sanitaria mundial la secuencia genética del coronavirus, empezó una carrera por desarrollar el mejor método de detección de personas infectadas con la nueva enfermedad.
En el mismo mes, la compañía china BGI anunció la creación de su primer kit de PCR, posteriormente aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como método de detección de emergencia.
Con la tecnología desarrollada por BGI se alcanzó la cifra de 50.000 pruebas diarias en marzo de 2020, una mera anécdota en comparación con los más de 51 millones de PCR de media realizados cada jornada en 2022, según la Comisión Nacional de Sanidad.
Pero en las últimas semanas estas instituciones a cargo de las pruebas, de las que hay 12.400 según Jiao Yahui, miembro de la Comisión, ven cómo se acelera un final que muchos expertos estimaban que llegaría como pronto en la primavera de 2023.
Entre casos de irregularidades como la inconsistencia de resultados en la que incurrió Nucleus Gene y el aparente rumbo tomado por las autoridades de Pekín para aprender a convivir con el virus, muchas empresas se enfrentan a un futuro incierto, siendo Pushi Medical la primera que se declaró en bancarrota en noviembre.
COLCHÓN PÚBLICO
En los primeros 10 meses de 2022, el 8,48 % del gasto público de los presupuestos generales de China, 1,75 billones de yuanes (255.792 millones de dólares, 237.513 millones de euros), se dedicó a Sanidad, un aumento anual del 12,6 %, en el año en el que la estricta política de ‘cero covid’ se basó en las pruebas masivas de PCR, de las que los residentes urbanos debían hacerse varias cada semana para poder entrar en cualquier espacio público.
Dentro de las principales beneficiarias de estas medidas destaca YHLO Biotech, incluida en la lista nacional de empresas que garantizan la prevención y el control de la pandemia y que aumentó sus ingresos y su beneficio neto interanuales en un 326 % y un 648 %, respectivamente, según un estudio realizado por el portal local Sixth Tone.
El estudio refleja que la mayoría de las compañías han obtenido un margen de beneficio bruto superior al 60 %, con algunas como DaAn Gene acercándose al 90 %.
Aun así, algunas empresas del sector tienen que hacer frente a impagos en sus facturas, como es el caso de Labway, que tiene un 66 % de pagos pendientes.
Los gastos fueron amparados por el dinero público, antes de que las autoridades nacionales exigiesen que el coste de las pruebas PCR corriese a cargos de los gobiernos locales, muchas veces incapaces de afrontar los gastos.
Una prueba al principio de la pandemia llegó a costar 200 yuanes (28,6 dólares, 27,2 euros) y en tiempos más recientes, ha visto caer su precio en lugares como la ciudad de Yibin, provincia de Sichuan (centro), hasta los 16 yuanes (2,3 dólares, 2,2 euros) por persona.
En las últimas semanas, la mayoría de ciudades chinas hicieron desaparecer de un plumazo la demanda de pruebas PCR, al cancelar los requisitos de resultados negativos para acceder a lugares públicos.
BLANCO DE PROTESTAS
Los laboratorios de pruebas PCR en China han sido la diana de fuertes críticas públicas por beneficiarse de los recursos invertidos en la controvertida estrategia antipandémica del país.
Este sentimiento se manifestó a finales de noviembre con protestas tanto virtuales como presenciales en grandes ciudades de China en las que muchos manifestantes coreaban consignas como “no queremos hacernos pruebas PCR”.
Con casi 40 millones de visualizaciones en Weibo -semejante a Twitter, censurada en China- un hilo con la etiqueta “¿Hacia dónde irán las empresas de pruebas de ácido nucleico a partir de aquí?” se convirtió en tendencia en la red social la pasada semana.
“Por mucho tiempo un enemigo más despiadado que el coronavirus se ha estado escondiendo entre nosotros. ¡Ninguna de las personas que han ganado dinero a costa del país puede huir!”, afirmaba uno de los comentarios más valorados de Weibo.
El desmantelamiento del régimen de pruebas PCR ha traído consigo un descenso en el hallazgo de nuevos positivos entre la población, hasta el punto de que las autoridades sanitarias decidieron este miércoles dejar de contar los infectados asintomáticos, lo que también ha generado algunas críticas.
«Todos conocemos en Pekín a alguien contagiado, pero ya no monitorean el brote», lamentaba un internauta. EFE
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