El BCE declara en «quiebra» al banco letón ABLV
El Banco Central Europeo (BCE) declaró este sábado «en estado de quiebra o quiebra probable» a ABLV Bank, el tercer banco comercial de Letonia, cuya situación se había deteriorado mucho desde que Washington lo acusó de blanquear dinero.
El BCE ya decidió el lunes congelar los pagos a ABLV, una medida inédita por parte de la institución europea para evitar que se produjera una hemorragia de fondos.
Este sábado, la entidad financiera declaró finalmente que el banco letón no es viable y explicó en un comunicado que ABLV Bank no dispone de suficiente liquidez.
En consecuencia «probablemente no estará en posición de pagar sus deudas» y de «resistir a las retiradas masivas de depósitos» de los clientes cuando se levante el congelamiento y a la espera de un hipotético plan de rescate del gobierno de Letonia.
Por su parte, ABLV denuncia un sabotaje y asegura que la semana pasada tomó todas las medidas necesarias, entre ellas cosas introduciendo en sus cajas «1.360 millones de euros en cuatro días laborables» para darle garantías al BCE.
«Era suficiente para que el banco retomara sus pagos y cumpliera todos sus compromisos con sus clientes, pero debido a consideraciones políticas no se nos autorizó», reaccionó el grupo bancario en un comunicado citado por la agencia BNS.
La situación financiera de ABLV Bank se deterioró de golpe la semana pasada, después de que el Departamento del Tesoro estadounidense decidiera, el 13 de febrero, designar al banco letón como una entidad «de importancia primordial en materia de blanqueamiento de dinero» implicada en programas ilegales de desarrollo de armas en Corea del Norte.
Tras eso, al tercer banco letón se le cortó el sistema financiero, lo que amenazaba a su supervivencia a corto plazo a pesar de contar con una cómoda situación financiera.
A finales de 2017, la entidad disponía de un colchón de casi 1.700 millones de euros de liquidez, para un balance total de 3.600 millones de euros.
– Escándalo político-financiero –
El estado de quiebra del ABLV Bank también fue declarado formalmente desde Bruselas por el Mecanismo de Resolución Único (MRU), activo desde enero de 2016 y encargado de organizar la resolución ordenada de los bancos en dificultades de la zona euro.
La misión de este organismo es hacer que la carga financiera recaiga más sobre el sector bancario que sobre los Estados.
El BCE recurrió al MRU por primera vez en junio pasado en el caso del Banco Popular, lo que permitió adoptar un plan por el que la entidad española fue vendida a su compatriota Santander por un euro simbólico.
Pero en el caso del tercer banco comercial letón, el MRU consideró que ABLV no se podía ni reestructurar ni recomprar y que no presentaba riesgos sistémicos para el resto de la zona euro.
«En consecuencia, la liquidación de los bancos tendrá lugar de conformidad a la legislación letona y luxemburguesa», ya que ABLV posee una filial en Luxemburgo, indicó el MRU en su comunicado.
Las dificultades de ABLV se producen en un momento en que el gobernador del Banco Central Letón, Ilmars Rimsevics —quien forma parte del BCE—, está inmerso en un escándalo político-financiero.
Rimsevics, sospechoso de corrupción y suspendido de sus funciones, se dice inocente y acusó en la prensa a otros bancos letones de organizar una venganza en su contra, pero sin establecer relaciones con ABLV.
La policía letona anunció el viernes que había empezado a investigar sobre el presunto blanqueamiento de dinero por ABLV.