El cineasta Sacha Amaral muestra la «crisis» argentina con un buscavidas tramposo
Gijón (España), 22 nov (EFE).- El director brasileño Sacha Amaral retrata en su primer largometraje, ‘El placer es mío’, la «crisis» social, política y económica de Argentina, un país donde él espera que se sigan haciendo películas, aunque sea desde la «desesperación» y a pesar la reducción de las subvenciones estatales al cine.
Proyectada este viernes en el Festival Internacional de Cine de Gijón (España), cuenta la cinta la historia de un joven buscavidas tramposo que vive en Buenos Aíres.
En una conferencia de prensa posterior, el cineasta explicó que quiso crear un personaje malo, pero que pudiera despertar empatía en los espectadores, que de alguna manera lo comprendieran y lo justificaran en parte por su situación.
El protagonista, Antonio, un joven de 20 años, recorre las calles de la capital argentina en busca de sexo y dinero con métodos que rozan la ilegalidad.
«Tenía ganas de hablar de esa sensación de estar perdido en una ciudad donde las cosas acontecen y se siente la necesidad de encontrar un lugar, que es lo que le pasa a Antonio, que busca su sitio y su destino», comentó.
La película compite en la sección oficial Retueyos, dedicada a cineastas noveles y ya obtuvo el Gran Premio del Buenos Aires Festival de Cine Independiente (BAFICI) ‘ex aequo’ con ‘A paixao’, de Luiz Fernando Carvalho
Amaral, que desde hace un decenio reside en Argentina, dijo que el personaje de Antonio es como un arquetipo de la gente que tiene que sobrevivir de cualquier manera en una ciudad como Buenos Aires, donde los límites entre la picaresca y la delincuencia se difuminan, según el director.
Antonio es un malvado que tiene una personalidad cautivadora, lo que le facilita hacer «su trabajo» porque la gente lo cree; en el fondo es un tipo ‘querible’, a pesar de que engaña, estafa y roba.
Amaral reconoció que el personaje «no es de fiar, pero atrae a todo el mundo», y su vida es un torbellino porque sale de un lío para meterse en otro, salta de cama en cama y de una bronca a la siguiente buscando a alguien que le dé sentido a su existencia errática.
El director trabajó con un equipo de rodaje pequeño y gran parte de la iluminación de las escenas se realizó mediante juegos de espejos, debido al bajo presupuesto de la producción. EFE
jgg/gv/jl/jg
(foto)