El conflicto del rebelde M23 en RDC sigue enquistado dos meses después de la toma de Goma
Kinsasa, 27 mar (EFE).- Dos meses después de la toma de la estratégica ciudad de Goma por el poderoso grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), el conflicto en el este de la República Democrática del Congo (RDC) sigue enquistado pese a los esfuerzos diplomáticos regionales en busca de una solución.
Tras la toma el 27 de enero de la capital de la provincia de Kivu del Norte, con una población de unos dos millones de habitantes y sede de ONG internacionales e instituciones de las Naciones Unidas, los rebeldes han seguido avanzando y, a mediados de febrero, ocuparon Bukavu, capital de la provincia vecina de Kivu del Sur.
Además de esas dos ciudades, fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán -fundamentales para la industria tecnológica y la fabricación de teléfonos móviles-, numerosos territorios han caído uno tras otro en las últimas semanas bajo control del M23, que incluso ha creado administraciones paralelas.
En un gesto que muestra la volatilidad de la situación, los rebeldes se comprometieron el pasado fin de semana a «recolocar» sus fuerzas de la ciudad de Walikale, a unos 120 kilómetros de Goma, para facilitar las iniciativas de paz, pero pospusieron su salida poco después, al acusar al Ejército de no haber retirado su drones de combate de la urbe.
El avance de los rebeldes ha desatado temores a una posible escalada regional del conflicto, en el que, según han confirmado la ONU y países como EE.UU., Alemania o Francia, el M23 cuenta con el apoyo de Ruanda.
El aumento de violencia ha tenido consecuencias devastadoras para la población del este congoleño, donde se han disparado los casos de violencia sexual y las violaciones graves contra los niños.
El número de muertos por la violencia en Goma y alrededores superó los 8.500, detalló a finales de febrero el ministro congoleño de Salud Pública, Samuel Roger Kamba; y, solo en Kivu del Sur, más de 850.000 personas se han visto desplazadas, según el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
En Bukavu, en cambio, «los rebeldes mataron a civiles, pero no hubo matanzas a gran escala» porque «no hubo enfrentamientos (entre el Ejército y el M23), ya que la mayoría de soldados habían conseguido huir, dejando vía libre a los rebeldes», dijo a EFE este jueves el presidente de la sociedad civil de esta urbe, Hypocrate Marume.
Sí que se han registrado, según Marume, casos de «justicia popular» contra ladrones huidos de la prisión de Bukavu, que son «quemados» por vecinos de la ciudad cuando cometen hurtos.
«La población – agregó- se está defendiendo a la espera de que las nuevas autoridades administren la justicia».
Esfuerzo diplomáticos y sanciones
Frente a la escalada de la crisis, los esfuerzos diplomáticos se han redoblado durante los últimos dos meses, con la celebración de dos cumbres conjuntas de la Comunidad de África Oriental (EAC) y la Comunidad de Desarrollo de África Meridional (SADC).
Los líderes de los dos bloques regionales, de ocho y dieciséis países respectivamente, se reunieron primero el pasado 8 de febrero en Dar es Salam (Tanzania) y de nuevo de manera virtual el 24 de marzo, cuando nombraron como nuevos «facilitadores» para la paz en la RDC a cinco expresidentes africanos.
Los exmandatarios sustituirán así al presidente de Angola, João Lourenço, que anunció este lunes su retirada como mediador en el conflicto.
Lourenço convocó para el pasado 18 de marzo el que debía ser el primer diálogo directo entre el Gobierno de la RDC y el M23, pero el grupo rebelde canceló un día antes su participación, horas después de que la Unión Europea anunciara sanciones contra algunos de sus líderes.
Sin embargo, en un giro inesperado de los acontecimientos, Kagame y su homólogo de la RDC, Félix Tshisekedi, se reunieron el mismo 18 de marzo en Doha, donde «reafirmaron el compromiso de todas las partes con un alto el fuego inmediato e incondicional».
La actividad armada del M23 -grupo formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- se reactivó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco). EFE
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