El controvertido herbicida Roundup vuelve a juicio en EEUU
El controvertido herbicida con glifosato Roundup vuelve a enfrentar a la justicia estadounidense desde este el lunes, seis meses después de que un jardinero ganara por primera vez un juicio por señalar a ese químico de causar cáncer.
Roundup, propiedad del gigante químico y farmacéutico alemán Bayer tras comprar a la estadounidense Monsanto el año pasado, contiene glifosato, considerado cancerígeno desde hace años.
En agosto del año pasado, los jurados de un tribunal de California determinaron de manera unánime que Monsanto actuó con «malicia», y que sus herbicidas Roundup y Ranger Pro contribuyeron «sustancialmente» al desarrollo de la enfermedad terminal de un jardinero llamado Dewayne «Lee» Johnson.
Ahora otro californiano, Edwin Hardeman, acusa a Roundup de contribuir a su cáncer: un linfoma no hodgkiniano (LNH), el mismo que sufre Johnson.
«Metía el concentrado en una bomba de dos galones (unos 8 litros), la mezclaba con agua y vaporizaba», explicó este lunes su abogada Aimee Wasgtaff.
«El día de Navidad de 2014, se levantó y sintió una protuberancia en su garganta», siguió Wagstaff junto al demandante, un hombre de 70 años con profundas arrugas, cabello castaño y barba blanca.
En la pantalla del tribunal apareció una foto de su garganta en la que se ve el tumor. En otra imagen se veía al demandante junto a su esposa Mary, sonrientes, delante del mar, y al lado una imagen de una fábrica de Monsanto.
A petición de Bayer, los debates, que está previsto que duren entre cuatro y cinco semanas, se articularán en dos partes: «La primera fase es determinar si el Roundup ha sido una causa del cáncer de Hardeman», explicó el juez Vince Chhabria. En caso afirmativo, el juicio se centrará en la eventual responsabilidad de Monsanto.
En esta primera fase «científica», se tratará de demostrar que el herbicida fue una «causa sustancial» del cáncer, que «cuanto más expuesto se está al Roundup, más aumentan los riesgos» y que el Roundup es más peligroso que el glifosato solo, señaló Wagstaff.
«Los otros componentes (agentes espumantes, por ejemplo) son más tóxicos que el glifosato solo», afirmó.
Según sus abogados, Hardeman, del norte de San Francisco, utilizó Roundup ampliamente en su propiedad desde los años 1980 hasta 2012. Presentó una demanda contra Monsanto a principios de 2016, un año después de haber sido diagnosticado.
Según la demanda, la compañía «sabía o tenía razones para saber que Roundup era defectuoso y peligroso» y que la exposición al producto «podría resultar en cáncer u otras enfermedades o daños severos».
La información que Monsanto otorgó o comunicó «no contenía las advertencias o previsiones adecuadas que le hubieran permitido al señor Hardeman, y a otros individuos en situación similar, utilizar el producto de manera segura y con la protección adecuada», apuntaron los abogados del demandante.
En cambio, la compañía «distribuyó información imprecisa, falsa y engañosa», añadieron.
Monsanto, que vende Roundup en todo el mundo desde hace más de 40 años, mantiene que sus productos no son peligrosos si se siguen las instrucciones de uso y argumenta que esto fue probado por cientos de estudios científicos.
– Un caso que sienta precedentes –
Al igual que el juicio de Johnson, el nuevo caso se celebra en San Francisco, aunque se dirime en una corte federal, donde algunos tecnicismos legales varían en relación a los de un tribunal estatal.
El de Hardeman es el caso principal de un litigio que abarca cientos de casos similares, pero que se tratarán de manera separada. Pese a que no es una demanda colectiva, el resultado será clave para los otros casos.
En agosto de 2018, un jurado popular condenó a Monsanto a pagar 289 millones de dólares por daños punitivos y compensatorios, estimando que su producto había contribuido considerablemente a la enfermedad de Johnson y que había omitido conscientemente la advertencia de los riesgos.
La jueza Suzanne Bolanos, que presidió el caso en California, rechazó luego el pedido de Monsanto de un nuevo juicio, pero redujo el monto de los daños a 78 millones de dólares.
Johnson recibió en 2014 el diagnóstico de linfoma no hodgkiniano (LNH), un cáncer que afecta los glóbulos blancos. El jardinero asegura haber utilizado Ranger Pro mientras trabajaba en una escuela.
El glifosato, elogiado por los agricultores por su eficiencia y bajo costo, está bajo la lupa en Europa, particularmente en Francia, donde las autoridades prohibieron en enero un tipo de herbicida, el Roundup Pro 360.
En noviembre de 2017, la Unión Europea (UE) renovó la homologación del glifosato por un período de cinco años, pero el presidente francés Emmanuel Macron se comprometió a prohibirlo antes de 2021.
Un estudio de 2015 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que el glifosato era «probablemente cancerígeno».
Grupos ecologistas como Greenpeace han pedido una completa prohibición del glifosato en Europa, pero Monsanto insiste en que el herbicida cumple con los estándares de la UE.