El Eurogrupo apuesta por su agenda propia en plena incertidumbre por el regreso de Trump
(Actualiza con declaraciones en la rueda de prensa)
Bruselas, 20 ene (EFE).- Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Eurogrupo) han apostado este lunes por seguir avanzando en una agenda propia que refuerce la competitividad y acelere la transformación económica del bloque ante la incertidumbre y los retos que plantea el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
El presidente de este foro, Paschal Donohoe, propuso a los socios de la moneda común arrancar el año con un debate estratégico sobre las prioridades y los retos a los que se enfrenta la zona euro que coincidió de pleno con la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos.
«La dirección general está clara, Europa tiene que hacer más para reforzar su competitividad y resiliencia, así como sus capacidades de defensa», ha resumido el comisario de Economía y Productividad, Valdis Dombrovskis.
El ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha subrayado que Europa debe implementar su propia «hoja de ruta» para reforzarse «independientemente de lo que pase fuera», con el objetivo de «ser un actor fuerte en cualquier mesa de negociación». «Eso pasa por hacer nuestros deberes», enfatizó.
«Este va a ser el gran tema de discusión, no solo por la derivada estadounidense sino en general por la necesidad que supone este gran reto de autonomía estratégica y competencia para la Unión y todas nuestras economías», ha apuntado Cuerpo, quien abogó por adoptar un «ángulo genuinamente europeo, no siempre de respuesta reactiva a lo que venga de fuera»
«Es importante que nos centremos en nuestras propias fortalezas, que invirtamos en innovación y productividad», ha dicho el ministro de Finanzas belga, Vincent Van Peteghem, quien ve en la vuelta de Trump una «llamada de atención» para que Europa actúe de manera «decisiva» e intente evitar las «represalias» frente a eventuales castigos comerciales de Trump.
Para Donohoe, la «mejor respuesta» de Europa sería «redoblar los esfuerzos para cumplir con sus compromisos». «Tenemos una agenda clara con los pasos a seguir para profundizar los cimientos de la zona euro», indicó el presidente del Eurogrupo.
En concreto, la eurozona y la UE en su conjunto llevan meses explorando cómo acelerar su transición hacia una economía descarbonizada, avanzar en la digitalización de sus sistemas, redoblar las inversiones en sus capacidades de defensa y reducir la llamada «brecha de inversión» con otras potencias globales.
Para ello, el bloque quiere impulsar nuevas estrategias industriales que impulsen el desarrollo doméstico de tecnologías limpias y completar su proyecto para crear una verdadera unión del mercado de capitales que evite la fuga de ahorros europeos, principalmente, a Estados Unidos.
Pero ante la falta de concreción sobre los planes de Trump, la incertidumbre que genera su amenaza de aranceles y sus ambiciones sobre Groenlandia, varios ministros del Eurogrupo prefirieron mostrar cautela y señalar la importancia de que ambos lados del Atlántico mantengan relaciones positivas.
Así se pronunció, por ejemplo el irlandés Jack Chambers, cuyo país está interesado en «garantizar un diálogo constructivo con la próxima administración estadounidense» y quien recordó que tanto la UE como Washington «se han beneficiado de la fortaleza de sus relaciones comerciales».
«Desde mi punto de vista, definitivamente es sensato esperar y ver qué pasos concretos se toman», ha remarcado el ministro alemán de Finanzas, Jörg Kukies, quien también se ha mostrado partidario de que «el diálogo y la cooperación estrecha» entre ambas partes continúen, pero también de que Europa «envíe una señal transatlántica y diga muy claramente que es capaz de reaccionar».
En este sentido, Dombrovskis apostó por «preservar la relación comercial» con Washington, pero también advirtió de que el bloque «está preparado» para «defender el interés económico» de la UE, tal y como hizo durante el primer mandato de Trump, cuando el mandatario estadounidense impuso aranceles al acero y el aluminio europeos. EFE
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