El filme belga candidato al Oscar y a los LUX explora los abusos en el mundo del deporte
Sara Morato Núñez
Bruselas, 15 dic (EFE).- El lenguaje «también es una forma de abuso», afirma en una entrevista con EFE el director y coguionista de la película, ‘Julie Keeps Quiet’ (Julie guarda silencio), el belga Leonardo van Dijl, sobre abusos en el deporte, nominada al Premio del Público LUX 2025 del Parlamento Europeo y a los Oscar.
«Todavía le tenemos que explicar al público que determinados comportamientos también son abuso (…) Si vemos a un entrenador hablando de una manera inadecuada a una atleta no nos alertamos, no nos damos cuenta de que en ese momento se están traspasando límites. Creo que para eso esta película es muy necesaria», explicó Van Dijl.
Junto con los largometrajes ‘Animal’, ‘Dahomey’, ‘Flow’ e ‘Intercepted’, ‘Julie Keeps Quiet’ es una de las nominadas a los premios LUX, cuyo ganador se elegirá a través de los votos del público y los miembros del Parlamento Europeo y será revelado en la ceremonia de los premios, en abril de 2025.
Llevar una historia de abusos sexuales a las instituciones europeas de Bruselas es una oportunidad para «crear puentes entre los políticos y sus decisiones y la sociedad», aseguró a EFE la actriz y coguionsita de la película, Ruth Becquart.
La cinta y sus artífices han estado presentes este semana en actos programados en el Parlamento Europeo con motivo de la Semana Europea de la Igualdad de Género.
Protección frente al abuso
‘Julie Keeps Quiet’ cuenta la historia de una jugadora de élite de tenis cuya vida, que gira entorno a este deporte, sufre un duro golpe tras descubrir que su entrenador queda suspendido de manera repentina tras el suicidio de una compañera que había trabajado con él.
La protagonista permanecerá en silencio durante la investigación, una postura que los guionistas han querido destacar en la película para evidenciar la importancia de espacios seguros que apoyen a las víctimas de abusos.
«Para Julie permanecer en silencio es una forma de tomar el control de su vida de nuevo. (…) Pero no queríamos mostrar a una víctima, queríamos mostrar a una superviviente», expresó Van Dijl, que con esta película filma su primer largometraje.
Cuidar de «todas las Julies del mundo» a través de la creación de espacios seguros porque «todas podemos ser Julie en algún momento» es uno de los mensajes que transmite la película, que ha supuesto la entrada de Bélgica en los reconocidos premios Oscar gracias a su nominación en la categoría de Mejor Película Internacional.
«Queríamos resaltar la importancia del sentimiento de protección en los casos de abuso. En la película hay un entrenador que hace una mala acción, pero también hay uno que intenta ayudar y unos padres comprensivos que apoyan a Julie. Todo el mundo sabe que esto es un sistema holístico en el que todos somos parte de los otros. Estar informados sobre cómo funcionan los abusos y ser respetuosos los unos con los otros es crucial», subrayó Dijl.
Abuso y dinámicas de poder
Para el director, el deporte era la mejor forma de representar las relaciones de poder que se establecen en las situaciones de abuso.
«Decidimos usar la competición deportiva para contar esta historia porque es una metáfora de la sociedad. Hicimos una película en la que queríamos hablar de un tema político, pero hacerlo a través del deporte facilitaba el acceso al público porque muchas personas pueden reflejarse con esta realidad», aseguró Dijl.
Aunque aseguraron no haber usado ningún caso real de abusos sexuales en el mundo del deporte para buscar inspiración para la película, sí realizaron una labor de investigación sobre el desarrollo de este tipo de casos para hacer una historia «lo más universal posible».
«En la película puedes ver este tipo de dinámicas -de poder- de forma sencilla, pero el caso de Julie sucede todos los días. Lo vemos en el mundo del teatro, en cualquier empresa, en un hospital o en la redacción de un periódico», apuntó.
El dolor y daño que sufre la integridad de Julie se reflejan en el proyecto, según Becquart, sin representación explícita, a través de silencios, gestos y una banda sonora dirigida por la compositora estadounidense Caroline Shaw.
«No es simplemente música, es una voz por sí misma, un persona. Tiene algo que decir sobre el silencio de Julie. No es música para la película simplemente. Cada vez que aparece la música aporta otra dimensión a la narrativa», subrayó la actriz. EFE
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