Miles de personas visitan la tumba del papa Francisco a la espera del cónclave

Miles de personas visitaron este domingo la tumba del papa Francisco, enterrado la víspera en Roma tras un multitudinario funeral, cuando una pregunta sobrevuela la Ciudad Eterna: ¿Quién sustituirá al primer pontífice latinoamericano?
La fecha del cónclave para escoger al próximo papa podría conocerse el lunes tras una nueva reunión de cardenales. La jerarquía eclesiástica quiso esperar a las exequias del jesuita argentino antes de convocarlo.
A la espera de ese momento crucial para la Iglesia, más de 25.000 personas se recogieron hasta ahora ante la tumba de Francisco en la basílica Santa María la Mayor de Roma, indicaron en la tarde fuentes policiales.
Tatiana Alva, una peruana de 49 años que vive en Canadá, no pudo contener las lágrimas al verla: «Era una figura tan importante por el mensaje que intentaba transmitir, por su dedicación a los pobres, a los abandonados, a los olvidados».
Unas 400.000 personas participaron el sábado en su último recorrido por las calles de Roma y en la misa funeral en el Vaticano, en presencia de decenas de mandatarios mundiales como Donald Trump, Javier Milei y el rey Felipe VI de España.
Entre la multitud estaban muchos jóvenes que viajaron a Italia para la canonización de Carlo Acutis, el primer santo milenial, y que finalmente fue aplazada.
Pero algunos acudieron este domingo a la última morada de Jorge Mario Bergoglio, fallecido el lunes a los 88 años.
«Me hubiera gustado verle en la vida real, pero esto también ha sido especial. Me alegra estar cerca de él, un papa que ayudó a todo el mundo», dijo Julia Graf, una adolescente austríaca de 13 años.
– Abrazo celestial –
La sepultura del 266º sumo pontífice es un reflejo de la imagen de sencillez que quiso dar en vida. Está situada en un lateral del templo del siglo V, en un antiguo armario para candelabros, entre dos confesionarios.
«Franciscus», su nombre de papa en latín, es la única inscripción en la lápida de mármol, procedente de la región italiana de sus abuelos. Una copia de la cruz del «buen pastor», que siempre lucía en el pecho, corona el conjunto.
Y una rosa blanca puesta sobre su tumba recuerda su devoción por santa Teresita del niño Jesús.
Francisco escogió este lugar por su cercanía a la imagen de la virgen ‘Salus Populi Romani’, a la que rezaba antes y después de cada viaje. Fue el primer papa en ser inhumado fuera del Vaticano desde León XIII en 1903.
Unas 200.000 personas se congregaron de nuevo este domingo en la plaza de San Pedro para una misa en su honor, muchos de ellos peregrinos que participan en el Jubileo de la Juventud.
«Al mundo, el papa Francisco nos envía su abrazo desde el cielo», les dijo el cardenal Pietro Parolin, exsecretario de Estado vaticano, cuyo nombre suena entre los posibles sucesores.
Su papado reformista estuvo marcado por la lucha contra la pederastia en la Iglesia, por el impulso del papel de mujeres y laicos, y por poner el foco en pobres y migrantes, entre otros.
Muchos fieles están preocupados por el perfil del futuro sumo pontífice.
«Espero que tengamos otro papa tan competente como Francisco para hablar al corazón de la gente, para estar cerca de cada uno, sin importar quiénes sean», aseguró Maria Simoni, una romana de 53 años.
– «Necesitamos unirnos» –
Las reformas impulsadas por el jesuita argentino despertaron fuertes críticas entre los sectores más conservadores de la Iglesia, que apuestan por un cambio más enfocado en la doctrina.
«Lo que espero de su sustituto es que continúe su labor. Hoy necesitamos unirnos, no dividirnos», dijo el cardenal maliense Jean Zerbo, tras un rezo de los purpurados ante la tumba de Francisco.
El cónclave podría empezar el 5 o el 6 de mayo, indicó días atrás el cardenal luxemburgués Jean-Claude Hollerich. Para su par alemán Reinhard Marx, podría durar sólo «unos días».
La fecha precisa de inicio podría conocerse el lunes a partir de las 09H00 (07H00 GMT), cuando los cardenales tienen previsto celebrar su quinta reunión desde el deceso del papa.
El término cónclave viene del latín ‘cum clavis’ que significa «bajo llave» y por siglos ha despertado fascinación.
Los 135 cardenales electores –menores de 80 años– votan cuatro veces por día, salvo el primero, hasta que uno de los candidatos obtiene una mayoría de dos tercios.
El resultado se comunica al mundo a través de la quema de las papeletas con un químico que emite la esperada fumata blanca y al grito de «Habemus papam».
El difunto pontífice designó a la mayoría de los cardenales con poder de voto, pero esto no garantiza necesariamente la elección de un sucesor continuista.
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