El grupo rebelde M23 cancela su participación en el diálogo de paz para el este de la RDC
Kinsasa, 17 mar (EFE).- La Alianza Río Congo (AFC, por sus siglas en francés), que incluye al poderoso grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), canceló este lunes su participación en el diálogo de paz que debía empezar este martes con el Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC), después de que la Unión Europea (UE) sancionara a varios líderes de la milicia.
«La Alianza Río Congo (AFC/M23) expresa su profundo pesar por el hecho de que determinadas instituciones internacionales estén trabajando deliberadamente para sabotear los esfuerzos de paz en la República Democrática del Congo y para hacer imposibles las conversaciones tan esperadas», señaló el grupo en un comunicado.
El pasado 12 de marzo, Angola, cuyo presidente, João Lourenço, actúa como mediador en el conflicto, anunció el inicio de negociaciones directas de paz entre el Gobierno de la RDC y el M23 el 18 de marzo en Luanda, la capital angoleña.
«Las sucesivas sanciones impuestas a nuestros miembros, incluidas las adoptadas la víspera de las conversaciones de Luanda obstaculizan seriamente el diálogo directo e impiden cualquier avance», alertó el grupo en un comunicado firmado por su portavoz, Lawrence Kanyuka.
Asimismo, después de que el presidente Lourenço pidiera un alto el fuego entre las partes a partir del pasado domingo para facilitar las conversaciones, el M23 acusó de nuevo al Gobierno congoleño de «seguir con su campaña belicista con múltiples ataques terrestres y bombardeos indiscriminados en zonas densamente pobladas», así como contra las posiciones de los rebeldes.
«En estas condiciones, resulta imposible mantener un diálogo. Por consiguiente, nuestra organización ya no puede participar en las conversaciones», concluyó Kanyuka.
El Consejo de la UE sancionó este lunes a nueve personas, incluyendo a Bertrand Bisimwa, jefe político del M23, y a Joseph Musanga Bahati, nombrado por los rebeldes como gobernador de la provincia de Kivu del Norte e importante figura en la estructura de la milicia.
Fueron también sancionados el general de división Ruki Karusisi, comandante de las fuerzas especiales de las Fuerzas de Defensa de Ruanda -país que apoya el M23- y Francis Kamanzi, consejero delegado del Rwanda Mines, Petroleum and Gas Board (RMB), al que se acusa de aprovecharse del conflicto armado para la explotación y el comercio ilícito de los recursos naturales congoleños.
El diálogo previsto para este martes no era la primera vez que Lourenço convocaba a las partes implicadas para resolver el conflicto, pero sí la primera en que el Gobierno de la RDC accedía a reunirse directamente con el M23.
«Recibimos la invitación del mediador e iremos a escucharlo. Una delegación congoleña viajará el martes a Luanda por iniciativa de la mediación», dijo a EFE este domingo Tina Salama, portavoz del presidente de la RDC, Félix Tshisekedi.
El M23, que cuenta con apoyo de Ruanda -según la ONU y países como EE.UU., Alemania y Francia-, controla las capitales de las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur, fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán, fundamentales para la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles.
Desde que el conflicto se intensificó en enero, más de 850.000 personas han sido desplazadas solo en Kivu del Sur, según datos del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
Además, los enfrentamientos que estallaron en la capital de Kivu del Norte, Goma, y sus alrededores dejaron más de 8.500 muertos, según detalló a finales de febrero el ministro congoleño de Salud Pública, Samuel Roger Kamba.
En esa provincia se reanudó la actividad armada del M23 -grupo formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño.
Desde entonces, ha avanzado por varios frentes, lo que ha elevado los temores a una posible guerra regional.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco). EFE
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