«El hoyo en la cerca», la crítica a la élite de Del Paso provoca en Venecia
Venecia (Italia), 4 sep (EFE).- La élite social, económica y política se mantiene en el tiempo adoctrinando a sus cachorros en la crueldad, o eso sostiene el mexicano Joaquín del Paso en «El hoyo en la cerca», la película con la que compite en la sección Horizontes de Venecia.
La cinta tiene aristas de terror: un campamento exclusivo cristiano al que los ricos mandan a sus hijos para someterles a un proceso de adiestramiento físico, moral y religioso que marcará su vidas adultas, llamados todos a desempeñar cargos de mando.
Sin embargo el hallazgo de un orificio en la cerca que rodea al campamento desencadena de acontecimientos trágicos e inquietantes, haciendo a los muchachos, crueles y violentos en sus acciones pero escudados en la fe, a perpetrar todo tipo de violencias.
Del Paso (Ciudad de México, 1986) explica en una entrevista con Efe en Venecia que la película surge de una vivencia personal: en su adolescencia estudió un año en una escuela del Opus Dei.
«Me di cuenta del nivel de manipulación y de presión por tienen todos los alumnos, la forma en que los maestros ponen a los niños en contra entre sí, cómo generan esa atmósfera violenta», rememoró el cineasta.
Le llevó algunos años percatarse de que era una estratagema para «crear una visión del mundo muy particular» entre los niños, el modo en el que las clases más privilegiadas se fortalecen creando «un enemigo externo» y presentárselo desde la más tierna infancia.
«La película habla del fundamento y del origen» de ese poder sustentado en el sentido de comunidad del privilegiado contra el enemigo, el pobre, el inmigrante, el diferente, en resumidas cuentas.
En esta estructura, a su parecer muy vigente en el México actual, juega un rol importante la Iglesia, que describe como «el poder por el poder disfrazado de algo espiritual».
«El dogma es utilizado como una herramienta más para fortalecer a esa cúpula de poder», reflexiona sentado en la sala de una terraza frente al mar del Lido veneciano.
Pero, ¿Qué hacer ante un régimen tan tóxico y voraz como el que plantea su película? Una pregunta de difícil respuesta, aunque un papel importante puede desempeñar un cine valiente.
¿Servirá su película para ello? «Ya veremos qué distribución tiene… y ahí entran otros juegos de poder, pero yo pensaría que una película sí puede cambiar la forma de ver el mundo», sostiene, consciente de que la distribución de cintas es en parte otra élite.
En este sentido se plantea el alcance que tendrá el cine «crítico y provocador en el siglo XXI» en un momento en el que, lamenta, «hay mucha represión hasta dentro de nosotros mismos», artistas.
Y donde, subraya, rige una suerte de «cultura de la cancelación, de la división de pensamiento» que se traduce en las «películas tibias» que se producen «para no molestar a alguien».
«Mis respetos al Festival por tener el valor de poner películas críticas en la cuna del catolicismo», destacó el cineasta, que ya estuvo en Venecia como equipo de «La región salvaje» (2016) de Amat Escalante y de «Nuestro tiempo» (2018) de Carlos Reygadas.
«El hoyo en la cerca» compite en la sección Horizontes de la Mostra veneciana, dedicada a las nuevas corrientes artísticas y que fallará sus premios el próximo 11 de septiembre.
Es uno de los tres largos latinoamericanos, junto a «El otro Tom», de los uruguayos Rodrigo Pla y Laura Santullo, y «El Gran Movimiento» del boliviano Kiro Russo. EFE
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