El legado visual del fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo reluce en el Museo Cabañas
Guadalajara (México), 6 abr (EFE).- La obra del fotógrafo Manuel Álvarez Bravo no solo muestra la identidad mexicana sino que se adelanta a la contemporaneidad del arte, dijo este domingo a EFE Katnira Bello, curadora de la exposición ‘Todas las cosas que suceden’, que se exhibe en la ciudad de Guadalajara (oeste de México).
“Mucho de la forma en la que (Álvarez Bravo) observa y construye la imagen son formas de presentar las fotografías o de crear que ahora ya las tenemos muy asumidas. Son formas que la modernidad hizo suyas y la contemporaneidad luego no sabe de dónde vinieron, porque vienen de estos creadores”, afirmó Bello.
La muestra, inaugurada el sábado en el Museo Cabañas, incluye 204 fotografías en blanco y negro en la que los asistentes pueden viajar a través de la mirada de Álvarez Bravo, uno de los fotógrafos más prominentes de Latinoamérica en el siglo XX y cuyo trabajo está reconocido por la Unesco.
“Centrarnos más en la mirada, en su forma de construir la imagen, en lo que él quería presentar, más que nacer una cuestión cronológica o antológica o por géneros”, explicó Bello, sobre los objetivos de la curaduría de la muestra.
«Llevar al público, tanto el que ya conoce la obra como quienes no la han visto, a través de de la mirada y la producción de este autor que es tan importante», agregó.
La exposición es la más grande que ha sido dedicada a Álvarez Bravo en el Museo Cabañas, que sumó esfuerzos con el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.
Las piezas dejan ver a un fotógrafo cuya lente revelaba la identidad de los pueblos de México, pero también con una mirada particular del mundo y de lo contemporáneo, gracias a su vínculo con figuras como Tina Modotti, Henri Cartier-Bresson y Edward Weston.
También desmontan la idea del surrealismo en la obra de Álvarez Bravo, afirmó Silverio Orduña, curador del Museo de Arte Moderno y co-curador de la exposición.
“Desmontar la idea de que solamente se dedicó a construir imágenes fotográficas relacionadas con lo identitario y cuestionar su relación con el movimiento surrealista, debido a que él no se adhirió al movimiento, sino que tuvo una relación con André Breton, que en realidad fue más una colaboración que un interés genuino por esta corriente”, dijo Orduña.
El legado de Álvarez Bravo trasciende la fotografía pues tuvo una participación activa en la vida cultural de México. Fue maestro en la Escuela de San Carlos y colaboró en proyectos cinematográficos y editoriales a lo largo de sus 100 años de vida en la que vio grandes transformaciones.
Orduña resaltó la importancia del «gran acervo» que Álvarez Bravo dejó a México, «que no solamente es un vistazo a este mundo que se transformó y en el que está pasando todo».
«Es infinita la revolución (que vio) y su mirada también es muy revolucionaria, va a la par modernizándose”, concluyó. EFE
gdl/mjc/sbb
(foto)(video)