El M23 entrega a Ruanda a un alto mando de las FDLR en la frontera con la RD Congo

Kigali, 1 mar (EFE).- El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) entregó este sábado a las autoridades ruandesas a un alto mando de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) -grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país-, junto con otros 13 combatientes.

Se trata del general de brigada Ezechiel Gakwerere, un líder de las FDLR también conocido como Sibo Stany o Julius Mokoko, que fue entregado por el M23 en la frontera entre la República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda, en un contexto de crecientes acusaciones de la comunidad internacional, que señala a Ruanda de respaldar a los rebeldes.

Según dijo un representante del M23, el coronel Oscar Balinda, a los medios durante la transferencia de presos, Gakwerere y el resto de combatientes de las FDLR fueron capturados en varios frentes de batalla en el este de la RDC cuando luchaban con el Ejército congoleño, donde, aseguró, “muchos otros fueron neutralizados”.

“Estos combatientes, junto con el Ejército de la RDC, han estado implicados en el asesinato de ciudadanos congoleños. Creemos que entregarlos a Ruanda es la mejor opción, ya que algunos de ellos tienen casos a los que responder”, explicó Balinda.

Gakwerere, nacido en 1964 en la comuna de Rukara, en la prefectura de Kibungo -actualmente parte del distrito de Kayonza, provincia oriental de Ruanda-, cuenta con un historial de participación en actos violentos.

Durante el genocidio de 1994, fue teniente en la Escuela de Suboficiales de Butare, donde fue el hombre de confianza del exoficial del Ejército de Ruanda, Ildéphonse Nizeyimana, condenado en 2012 a cadena perpetua por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda tras declararlo culpable de delitos de genocidio, exterminación y asesinato, cometidos durante la matanza de más de 900.000 tutsis y hutus moderados en Ruanda.

Las autoridades ruandesas le acusan de ser uno de los soldados enviados a matar a una de las antiguas reinas de los tutsis, Rosalie Gicanda, bajo las órdenes de Nizeyimana, y de participar en el asesinato del jefe de la prefactura de Butare, Habyarimana Jean Baptiste.

También de dirigir una célebre unidad responsable de masacrar a tutsis en controles de carretera y otros lugares de Butare.

A pesar de estar en busca y captura por su papel en el genocidio, Gakwerere permaneció activo dentro de las FDLR, donde ejerció como su secretario general hasta su reciente captura por las fuerzas del M23.

Ruanda afronta presiones internacionales por denuncias de que respalda al M23, grupo rebelde que desde principios de año ha capturado importantes áreas del este de la RDC, incluidas las ciudades de Goma y Bukavu, capitales de Kivu del Norte y Kivu del Sur, respectivamente.

Ambas provincias son fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán, fundamental en la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles.

Según cifras del Ministerio de Salud de la RDC, el número de muertos por el conflicto en Goma y alrededores superó los 8.500 desde el pasado enero.

La actividad armada del M23 -grupo formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte.

Desde entonces, el grupo ha avanzado por varios frentes, lo que ha elevado los temores de una posible guerra regional.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco). EFE

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