El mandatario de Pakistán pide unidad nacional tras el ataque a la mezquita

Islamabad, 3 feb (EFE).- El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, pidió este viernes la unidad nacional para luchar contra el terrorismo tras el ataque suicida a una mezquita en el noroeste del país que dejó esta semana al menos 100 muertos y más de 150 heridos.

“Si no actuamos ahora, la historia no nos perdonará”, dijo el primer ministro en una reunión de alto nivel en la ciudad de Peshawar, para hacer un llamado a la colaboración de todas las partes en un momento en el que el país requiere de esfuerzos coordinados para hacer frente al resurgimiento de la violencia.

Según las estadísticas publicadas por el Instituto de Estudios de Seguridad y Conflictos de Pakistán, enero fue el mes más mortífero desde 2018, con al menos 134 muertes (un aumento del 139 %) y 254 heridos en al menos 44 ataques en todo el país.

“Tenemos que evitar las diferencias y convertirnos en un solo muro”, dijo Sharif, que ya se reunió el martes pasado, un día después del ataque, con los representantes de todos los partidos.

El ataque ocurrió el pasado lunes en una mezquita del área de Police Lines de Peshawar, un centro residencial y de entrenamiento para policías, cuando un atacante suicida logró pasar los controles de seguridad del complejo vestido de policía, hasta una mezquita en la que se encontraban entre 300 y 400 fieles, la mayoría de ellos oficiales de seguridad.

Sharif, que admitió hoy la falla de seguridad sobre lo ocurrido, aseguró que esto no significa que el terrorismo haya tomado el control de alguna zona, sino que se mueven de un lugar a otro.

“No tienen ni una pulgada bajo su control. Deambulan por aquí y por allá. Pero no hay un lugar en su poder”, aseguró.

Aunque el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), el principal grupo talibán paquistaní, ha estado detrás de la mayoría de los ataques en Pakistán, la organización fundamentalista armada ha negado rotundamente ser la responsable del atentado del pasado lunes.

El aumento de la violencia en el país comenzó hace más de un año, coincidiendo con la llegada al poder en agosto de 2021 del los talibanes afganos a Kabul.

La situación se deterioró aún más desde el pasado diciembre, cuando el grupo paquistaní anunció el fin del alto el fuego alcanzado un mes antes con Islamabad, al que acusó de incumplir sus compromisos en unas negociaciones de paz. EFE

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