El miedo a morir de hambre acorrala a los gazatíes por el bloqueo israelí a la ayuda
Ahmad Awad
Jan Yunis (Gaza), 19 abr (EFE).- El miedo a morir de hambre es una realidad que empieza, cada vez más, a acorralar a la población gazatí sin acceso a comida ante el veto impuesto por Israel a la entrada de camiones con ayuda humanitaria, desde hace ya más de un mes, y que se ve obligada a aferrarse a los pocos comedores benéficos todavía operativos en el enclave palestino para poder sobrevivir.
«Si sigue el cierre de los cruces por unos días más, se aumentará el desastre por el agotamiento de todos los alimentos de la Franja», advierte a EFE, el gazatí Sarq al Yaman.
«Israel no solo nos matará con bombas, ahora también con hambruna», agrega.
El pasado 2 de marzo, el Gobierno de Benjamín Netanyahu bloqueó el ingreso de camiones con ayuda como medida de presión contra Hamás después de que rechazaran, por entonces, una nueva propuesta estadounidense de extender la primera fase del acuerdo del alto el fuego, que no seguía lo pactado en el texto original firmado en Doha por ambas partes.
Desde entonces, todos los pasos fronterizos de la Franja de Gaza permanecen cerrados.
La escasez de alimentos dentro del enclave palestino ha disparado el precio de la mayoría de los productos básicos, como la harina para la que ya hay que pagar cerca de 400 shéqueles (95 euros) por tan solo un paquete, según detalla al yaman.
Precisamente esto motivó el cierre de todas las panaderías gestionadas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) del enclave palestino el pasado 1 de abril, tal y como confirmó a EFE un alto funcionario de la ONU.
«Todo lo que se encuentra en el mercado de productos, alimentos, verduras, arroz y aceites, es muy caro, el ciudadano de Gaza sigue preguntándose, ¿hasta cuándo la Franja seguirá asediado? Llevamos más de un año y medio en la guerra con muchos meses de cierre de los cruces, lo que está causando una hambruna dentro de la Franja», lamenta este gazatí.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, anunció esta semana que mientras Hamás no libere a los 59 rehenes que todavía retiene no se reanudará la entrada de camiones con ayuda humanitaria y también con combustible y medicinas.
Además, dijo que, en caso de producirse ese escenario, sería a través de una estructura de empresas civiles, para evitar que la ayuda pueda llegar a manos de Hamás.
«Soy un ciudadano palestino que me dirijo al mundo árabe y les digo, que nosotros con nuestros niños aquí, estamos sufriendo una hambruna pero aún así, permaneceremos aquí en esta tierra y no la dejaremos», lamentó al Yaman.
Con los precios disparados y sin la llegada de alimentos, el último recurso para los gazatíes están siendo los comedores benéficos, como el gestionado por Abul Qasem, responsable de uno de ellos en Rafah.
«Claro, estamos a punto de suspender el trabajo por la carencia de los alimentos básicos del mercado, y los suministros que tenemos nos cubren solo una semana», explicó a EFE Qasem.
Los niños, uno de los grupos más vulnerables de la Franja, se agolpan hambrientos con sus cazos a estos comedores para poder recibir algo de comida al día.
«Estas familias corren el riesgo de sufrir hambruna en una semana, pedimos a la comunidad internacional que haga frente y ejerza presión a la ocupación para abrir los cruces y entrar ayudas y alimentos», agregó Qasem.
El jefe de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, advirtió también esta misma semana de que los «limitados suministros entregados durante el alto el fuego temporal» se han agotado ya, lo que pone en riesgo de hambruna a la población gazatí. EFE
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