El miedo acecha a los sursudaneses, temerosos del estallido de una nueva guerra civil
Atem Simon Mabior
Yuba, 28 mar (EFE).- Los ciudadanos de Yuba, capital de Sudán del Sur, viven estos días con incertidumbre y temor ante el posible estallido de una nueva guerra civil por las tensiones políticas y de seguridad que se elevaron con el arresto en la noche del miércoles del vicepresidente y líder de la oposición, Riek Machar, por parte de las fuerzas gubernamentales del presidente Salva Kiir.
La decisión generó reacciones de países y organismos internacionales que ayer pidieron la liberación del líder del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán en la Oposición (SPLM-IO), contención y respeto por el acuerdo de paz firmado en 2018, que puso fin a cinco años de guerra civil, con el objetivo de evitar un nuevo conflicto.
«Mirad las calles vacías, todo el mundo espera con miedo lo que pueda pasar. Estoy pensando en sacar a mi familia de Yuba para siempre. No hay lugar seguro en este país. El acuerdo se ha roto y solo queda el anuncio», dijo a Efe, Daniel Lomoro, un residente de 54 años del barrio capitalino de Atla Bara.
En su opinión, todo lo que está sucediendo demuestra la falta de preocupación de los líderes políticos por el futuro del país y sus ciudadanos, por lo que piensa en abandonar el país con su familia.
«Nos enfrentamos a unos dirigentes a los que no les importa la situación de sus ciudadanos indefensos», declaró.
Lomoro afirma que «si la situación continúa así, nos sorprenderá una invasión de la ciudad por parte de grupos de la oposición y podrían producirse masacres atroces contra los ciudadanos».
La tensión se nota en las calles de Yuba, que vive un estado de calma sin precedentes. Los ciudadanos ya no salen de sus casas salvo en casos raros y urgentes. Todo el mundo espera que la situación estalle tras la detención del líder opositor Riek Machar, que goza del apoyo político y militar de la tribu nuer, el segundo grupo étnico más grande después de los dinka.
Los mercados están vacíos y las escuelas apenas reciben estudiantes, mientras se da un movimiento frenético de convoyes militares que transportan soldados fuera de la capital, donde se producen enfrentamientos en las áreas de Rajaf, al norte de la Yuba, y Wanalit, en la parte occidental de la ciudad.
«Nadie quiere otra guerra»
Nyaluk Chankouth Kam tiene 50 años y trabaja como vendedora de comida en el barrio de Mangateen, en el norte de la capital y habitado mayoritariamente por la tribu nuer.
En una conversación con EFE, dijo que espera que la paz prevalezca pero teme que «el arresto de Machar puede llevar al país a un masacre».
Según comenta, hay una gran amargura entre los dinka y los nuer desde la guerra civil que enfrentó a ambas etnias y dejó más de 400.000 muertos entre 2013 y 2018 en el país más joven del mundo, que se independizó de Sudán en 2011.
«Esta vez no acudiremos a la base de la ONU en busca de protección. Si el Gobierno intenta atacarnos por ser de la familia de Riek Machar, nos defenderemos», añadió Kam, quien afirma que «Sudán del Sur es un país para todos».
«Queremos vivir como ciudadanos libres en paz. También exigimos al Gobierno que libere a Machar y no lo insulte. Es un hombre de paz, por eso vino a Yuba sin tropas para implementar el acuerdo. Estamos cansados de la guerra, la muerte y la destrucción. Queremos que nuestros hijos vivan en paz», remarcó.
Para Majok Karbino Awan, un estudiante de 23 años de la Facultad de Economía de la Universidad de Yuba, la detención de Riek Machar anuncia el colapso del acuerdo y hundirá inevitablemente al país en una espiral de guerra y caos étnico.
«Nadie quiere otra guerra», afirma a EFE este joven con la esperanza de que las presiones regionales e internacionales eviten una escalada, conduzcan a la liberación de Machar y todo «vuelva a la normalidad».
En medio del actual estado de tensión se espera que delegaciones de la Unión Africana, junto con un enviado del presidente keniano lleguen próximamente a Yuba como parte de los esfuerzos regionales para desactivar la crisis en Sudán del Sur.
«La detención de Machar ha causado mucho pánico entre los ciudadanos de Yuba, la vida se ha paralizado por completo y la gente piensa en huir, pero ¿adónde? Nadie tiene la respuesta», reflexiona este universitario, que considera que, pese al temor de colapso, «hay luz al final del túnel». EFE
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