El mundo sucumbe a la fiebre del Sudoku
El juego japonés que tanto furor hace en todo el mundo tiene sus orígenes en Suiza. Fue el matemático Eulero quien inventó el principio en el siglo XVIII.
Pero el gran negocio lo hizo el neocelandés que lo descubrió en 1997 y que lo patentó.
Poca gente sabe que el Sudoku tiene raíces lejanas y también suizas. El tablero de las infinitas combinaciones fue desarrollado por el matemático de origen helvético Eulero (Leonhard Euler 1707-1783).
El científico de Basilea, que vivió casi toda su vida en San Petersburgo en la corte de Catarina I, jamás se imaginó que su invento se convertiría en un éxito planetario.
Con algunas modificaciones respecto al original, el juego ha conquistado a millones de personas en todo el mundo.
El pasatiempo del verano
El Sudoku – del japonés: su (número) y doku (solitario) – es un juego que guarda cierta semejanza con los crucigramas. La diferencia es que, en lugar de palabras, en las casillas se introducen números.
Un tablero de Sudoku tiene 81 casillas, 9 líneas horizontales, 9 columnas verticales y 9 recuadros de nueve casillas cada uno que hay que llenar con números del 1 al 9. Y la única regla es sencilla: en cada columna, cada línea y cada recuadro, sólo se puede introducir una única vez el mismo número.
En Suiza, el primer Sudoku se publicó al inicio de junio en el TagesAnzeiger. Desde entonces este pasatiempo causa furor. Son cada vez más los diarios y sitios Web que ofrecen regularmente a sus lectores nuevas variantes del juego.
En Italia, la fiebre del Sudoku ha desplazado las tradicionales crónicas de sucesos del verano, como la desaparición de una navegante, supuestamente asesinada por su novio y la joven amante de éste.
Ante la escasez de noticias más o menos llamativas, casi todos los diarios italianos se han volcado en el Sudoku.
Lógica, rapidez y paciencia
«No se necesitan muchos conocimientos matemáticos», explica a swissinfo el profesor Alberto Bersani, matemático y amante de los pasatiempos lúdicos. «Lo que cuenta es la lógica, una mente rápida y mucha paciencia».
El juego está haciendo furor. La fiebre del Sudoku conquista el mundo entero, para agrado de quien lo ha patentado: El magistrado neozelandés jubilado Wayne Gould descubrió el juego en Japón en 1997 y se lo ofreció al Times.
Pero la historia del Sudoku se remonta aún más en el tiempo, pues fue el matemático suizo Eulero quien inventó el tablero con meros fines matemáticos.
En el denominado cuadrado latino o mágico, los números están dispuestos de manera que su suma sea siempre la misma, en cada línea, columna o diagonal. Un sistema de combinaciones infinitas.
Un juego patentado
Hace unos veinte años un ciudadano japonés desarrolló el Sudoku partiendo del cuadrado de Eulero.
La historia habría terminado ahí de no haber sido por que el antiguo magistrado neozelandés se enamoró del juego, durante un viaje por Japón en 1997, y quizás comprendió que podía ser un buen negocio. Sin decir nada a nadie, se apropió de él y lo patentó en todo el mundo.
Ahora el Sudoku está en boca de todos. Un enigma al día a resolver en los diarios, concursos online, libros, sugerencias para las soluciones. En definitiva, una diversión, pero también un negocio que está despoblando las playas italianas, el metro londinense y los cafés parisinos.
Hay quienes hablan de globalización lúdica. Y es que el lenguaje de los números es universal. Se puede jugar con un enemigo que vive al otro lado del mundo. Basta disponer de un ordenador y un acceso a Internet.
Los jóvenes, los más entusiastas
Todo gira en torno a la rapidez para encontrar la solución al crucigrama numérico. «En esto se parece mucho al famoso cubo de Rubik o a los juegos electrónicos que exigen capacidad de reacción e intuición», señala el profesor Bersani.
Como siempre en estos casos, los psicólogos y expertos en pasatiempos lúdicos dan su opinión. Todos coinciden en que el Sudoku es un buen ejercicio para mantener activas las neuronas, ya que favorece la capacidad reflexiva, sobre todo, de los más jóvenes. Y, de hecho, los más adictos al juego parecen ser los jóvenes.
A fin de cuentas, todos ganan con el Sudoku. El único que no se beneficia es su verdadero inventor, el gran Eulero.
swissinfo, Paolo Bertossa
(Traducción del italiano: Belén Couceiro)
El Sudoku se basa en el cuadrado latino que inventó Eulero (Leonhard Euler), matemático y físico nacido en Basilea en 1707. Vivió gran parte de su vida en Rusia, en la corte de Catarina I, quien lo nombró profesor de Física en 1730 cuando tenía tan sólo 23 años.
Eulero está considerado como uno de los matemáticos más importantes de la historia. Seguramente fue el más prolífico. En 1910, sus obras se recopilaron en una única edición de 70 volúmenes. Según los expertos, se necesitarían ocho horas al día durante medio siglo para copiar a mano todas las obras de Eulero.
Eulero, que perdió la vista por haber observado demasiado tiempo el sol, escribió casi la mitad de su producción teórica durante los últimos 17 años de su vida, a pesar de su ceguera.
El cuadrado latino que él definía como un nuevo tipo de «cuadrado mágico» (en el que los números están dispuestos de manera que su suma horizontal, vertical o diagonal es siempre la misma), se utiliza en los diseños de experimentos.
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