El nacionalista flamenco De Weber asegura que ser primer ministro belga no era su sueño
Bruselas, 1 feb (EFE).- Bart De Weber reconoció este sábado que es «raro» que Bélgica vaya a tener por primera vez en su historia un primer ministro nacionalista flamenco, algo que nunca fue su «sueño», pero dijo que asume esta nueva etapa como una situación «única» para acometer las reformas que se necesitan para «sanear» la economía.
«Sí, es raro. Soy lo que soy. No era mi sueño ser primer ministro, pero cuando vi los resultados de las elecciones (del 9 de junio de 2024) me dije que teníamos una situación única, socios en el sur del país (los francófonos liberales del MR y los centristas Les Engagés) con los que estamos en la misma onda. Había una oportunidad de hacer reformas que esperábamos desde hacía décadas», dijo De Wever en una entrevista con los medios RTBF y RTL-TVi.
El presidente desde hace veinte años del partido nacionalista flamenco N-VA y futuro primer ministro, que se espera que jure su cargo ante el rey de Bélgica el próximo lunes, aseguró que el saneamiento de las finanzas públicas belgas tardará diez años, por lo que una única legislatura no bastará para acometer esa tarea.
«Será una caminata de diez años, no podemos sanear este país en cinco años», explicó, y puso como ejemplo la draconiana dieta de adelgazamiento que siguió el mismo hace diez años cuando pesaba más de cien kilos. «Estoy más sano que hace diez años. Me alegro de haberlo hecho. Pero el proceso en sí no es agradable», señaló.
Pero consideró que el país no tiene otra alternativa: «Tenemos el peor presupuesto del mundo occidental. Ya era hora de detener esta decadencia», subrayó.
Y añadió que «será un reto ahorrar dinero para reducir el déficit público» y pidió «un esfuerzo a toda la sociedad. No será fácil».
En su primera entrevista, en francés, desde que anoche se cerró el acuerdo de coalición de gobierno entre cinco partidos, De Wever mantuvo que «los votantes del Norte y del Sur votaron por el cambio, por reformas importantes», en alusión a la rica región de Flandes como a Valonia.
De Wever dirigirá el gobierno federal sin implementar el giro confederalista que había promovido antes de las elecciones. «Para mí, la comunidad es ante todo una cuestión socioeconómica», afirmó al recalcar que su partido es el de la «evolución, no el de la revolución».
De Wever dijo también que quiere aumentar los salarios «de los que trabajan». «Este es el hilo conductor del acuerdo de Gobierno. Quien se levante a las 6 de la mañana para ir a trabajar tendrá siempre 500 euros netos más que alguien que no se levante», aseguró.
Por el contrario, propuso un tope a las ayudas sociales para «los que se quedan en casa» y la limitación de las prestaciones por desempleo a dos años, al mismo tiempo aseguró que aplicará medidas «bastante fuertes» en migración y seguridad que no detalló.
Como primer ministro, designará una unidad encargada de preparar una reforma del Estado para la próxima legislatura, ya que la coalición formada por la N-VA, el MR, los Engagés, y CD&V y Vooruit no dispone de una mayoría de dos tercios.
Los centroizquierditas de Vooruit validaron este sábado con el 88 por ciento de los votos el acuerdo del gobierno, mientras que los otros partidos está previsto que lo hagan este domingo sin sorpresas.
«Nos prepararemos en completa paz con las dos comunidades (flamencos y francófonos), con total transparencia y después de 2029, si podemos tener los 100 escaños, sería estúpido estar allí sin preparación», aseguró pensando ya en una segunda legislatura en la que acometería futuras reformas estatales para un mayor federalismo.
El republicano también elogió la labor del rey Felipe de Bélgica, con quien se ha reunido varias ocasiones durante los siete meses que han durado las negociaciones para formar gobierno. «Desempeña su papel de manera excelente. No comete errores, es muy objetivo. No puedo decir nada malo de él», aseguró. EFE
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