El nacionalista flamenco De Wever presta juramento este lunes como primer ministro belga
Bruselas, 2 feb (EFE).- El presidente del partido nacionalista de derecha flamenco N-VA, Bart De Wever, prestará juramento este lunes como primer ministro belga, al igual que los catorce miembros del nuevo gobierno de coalición integrado por cinco partidos, ante el rey Felipe de Bélgica.
«Su Majestad el Rey recibirá a los miembros del nuevo Gobierno federal este lunes 3 de febrero a las 9 horas para su juramentación en el Palacio Real de Bruselas», informó este domingo la Casa Real belga.
A lo largo de este domingo se ha ido filtrando el reparto de carteras entre personalidades de los cinco partidos que componen la coalición gubernamental ‘Arizona’, bautizada así porque sus colores coinciden con la bandera de ese estado estadounidense.
El pacto final se alcanzó el viernes 31 de enero, casi ocho meses después de las elecciones del 9 de junio de 2024.
Además de la N-VA, integran el nuevo equipo los liberales francófonos MR, los centristas flamencos del CD&V y los francófonos Engagés y los socialistas flamencos de Vooruit.
Según la prensa local, los cinco viceprimeros ministros son Jan Jambon (N-VA, con cartera de Finanzas y Pensiones); Georges-Louis Bouchez (presidente de MR, ministro del Interior); Vincent Van Peteghem (CD&V, encargado del Presupuesto), Frank Vandenbroucke (Vooruit, que sigue al frente de Sanidad) y Maxime Prévot (presidente de Engagés).
No habría pues ninguna mujer en la mesa del ‘kern’, como se denomina el comité ministerial restringido compuesto por el primer ministro y los viceprimeros ministros.
Hoja de ruta del nuevo gobierno
Reformas financieras, laborales y de pensiones figuran en lugar destacado en el acuerdo de gobierno de la coalición ‘Arizona’, que también prevé invertir en defensa, endurecer la política migratoria y reactivar la energía nuclear.
Dado el contexto internacional, el gobierno de De Wever aumentará las inversiones en defensa, con el objetivo de destinar el 2% del PIB a más tardar en 2029 y del 2,5%, en 2034. El ejército también incrementará su plantilla hasta 29.100 empleados en 2030.
En cuanto a la migración, se reducirá significativa y estructuralmente el número de llegadas de demandantes de asilo y en una segunda fase, también de las plazas de acogida. Y se autorizará el acceso con policía al domicilio de quienes hayan agotado todas las vías de recurso.
En lo energético, Bélgica volverá a la vía nuclear con un programa «ambicioso» para reactivar esta industria y construir nuevos reactores nucleares. Por lo que se derogará la ley sobre eliminación progresiva de la energía nuclear.
Pero las piedras angulares son las reformas financieras, laborales y de pensiones, dado el estado de las arcas públicas. «Ya era hora de detener esta decadencia», subrayó De Weber, quien pidió «un esfuerzo a toda la sociedad» porque «no será fácil».
En las finanzas destaca la creación de un impuesto sobre las ganancias de capital para que Bélgica deje de ser un «paraíso fiscal» en materia de plusvalías: para las personas físicas, se aplicará un 10% sobre la reventa de activos financieros, incluidas las criptomonedas, mientras que si se trata de una participación del 20% en una sociedad, las plusvalías tendrán un impuesto del 1,25% hasta 2,5 millones, del 2,5% hasta 5 millones, del 5% hasta 10 millones y del 10% a partir de ahí.
En el aspecto laboral, el pacto gubernamental prevé limitar los pagos del subsidio por desempleo a un máximo de dos años. Por otra parte, habrá una diferencia de 500 euros entre las prestaciones sociales y los salarios más bajos. «Quien se levante a las 6 de la mañana para ir a trabajar tendrá siempre 500 euros netos más que alguien que no se levante», aseguró De Wever.
En cuanto a las pensiones, el importe se penalizará un 2% (hasta 2030), 4% (hasta 2040), 5% (a partir de 2040) por año de jubilación anticipada respecto a la edad legal (66 años) si la persona cumple las condiciones pero no ha trabajado durante 35 años. Por el contrario, para quienes se van después, se bonificará a la inversa.
Por último figura la reforma del Estado, un proyecto a más largo plazo que quedará directamente en las manos de De Wever para idear una distribución de competencias «más homogénea y eficiente». EFE
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