El príncipe de los Bush debe despegar si quiere llegar a la Casa Blanca
Exgobernador de la populosa Florida, el republicano Jeb Bush busca ser el tercer miembro de su familia en llegar a la Casa Blanca después de su padre George en 1989 y su hermano George W. en 2001, aunque para ello necesita despegar cuanto antes en los sondeos.
Con 62 años, Jeb Bush ha prometido ser un «guerrero alegre» durante su campaña, lo que no ha dado resultado por el momento ante una bestia mediática como el multimillonario Donald Trump o el ultraconservador Ted Cruz, que lideran las encuestas de cara al inicio de las primarias de su partido el lunes en el estado de Iowa.
Experimentado político, Jeb participó en la candidatura presidencial de su padre George en 1988 y como gobernador de Florida fue clave en la victoria de su hermano George W. en 2000.
Si gana las elecciones será el tercer Bush en la Casa Blanca, prolongando el reinado de una de las dinastías políticas más famosa de la historia de Estados Unidos. El último presidente del Partido Republicano sin ese apellido fue Ronald Reagan (1981-1989).
«Haré todo lo que pueda para ganar esta elección, pero hay cosas que no estoy dispuesto a hacer», dijo en noviembre pasado, marcando los límites en medio de una campaña en la que todo golpe bajo parece permitido, especialmente, de parte de Trump.
En el estado de Iowa, donde empieza la carrera para elegir al nominado republicano a la presidencial de noviembre, Bush cosecha apenas 4% de intención de voto, muy por detrás de Trump (31%) y Cruz (29%), según una encuesta difundida el martes por la universidad Quinnipiac.
– Por una reforma migratoria –
Sus esperanzas se centran en estados del país donde el electorado republicano es más moderado.
El conservador pragmático tiene la tarea de convencer a las bases de su partido de que es uno de ellos, mientras mantiene suficientes posturas de centro-derecha para atraer a los independientes, vitales para ganar las elecciones.
Casado con una mexicana y conocedor del español, Bush ha generado rechazo en las bases más conservadoras por su postura a favor de una reforma migratoria para potencialmente regularizar la situación de los once millones de indocumentados en Estados Unidos, la mayor parte de ellos latinoamericanos.
Bush insiste en que esa medida impulsará la economía mucho más que las deportaciones masivas que defienden algunos líderes duros de su partido.
También ha osado criticar el rezago del sistema educativo estadounidense frente a países europeos o asiáticos y ha dicho que podría elevar los impuestos como parte de un acuerdo para reducir el déficit, casi un sacrilegio en ciertos sectores republicanos.
Más analítico y metódico que su hermano y más ideológico que su padre, Jeb Bush ha admitido que su apellido puede causarle eventuales problemas: «Amo a mi padre, amo a mi hermano (…). Pero yo soy yo», dijo en febrero.
– Indiscreciones de juventud –
John Ellis Bush (sus iniciales forman el apodo que aún usa, Jeb) nació el 11 de febrero 1953 en Midland, Texas, donde creció antes de ingresar a la institución educativa de élite Phillips Academy, siguiendo los pasos de su hermano y su padre.
«Bebí alcohol y fumé marihuana» en la escuela, admitió en febrero pasado al Huffington Post.
Dentro de un programa estudiantil, viajó a México en 1970 donde conoció al amor de su vida, la mexicana Columba Garnica Gallo. Se casaron en la Universidad de Texas, donde Bush destacó como estudiante.
En 1977, con solo 24 años, viajó a Caracas, la capital venezolana, donde se desempeñó como gerente de una oficina del Texas Commerce Bank.
Tras trabajar como voluntario en la campaña de su padre en 1980, Bush se instaló en Florida, donde se desempeñó en bienes raíces hasta que fue designado como el secretario de Comercio del estado.
Su primer intento de ser gobernador fracasó en 1994, por imprudentes declaraciones.
Interrogado sobre lo que haría por los negros de ser gobernador, Bush respondió «probablemente nada», como una manera de subrayar la igualdad en el tratamiento de los ciudadanos.
Ese año se convirtió a la religión de su esposa, el catolicismo. «Me hizo mejor persona», dijo Bush al diario The New York Times en marzo.
– Gobernador conservador –
En 1998, ganó la gobernación de Florida, estado que dirigió por ocho años con una ideología muy conservadora. Bajó los impuestos, privatizó empleos públicos, lanzó un sistema de privatización de escuelas (luego considerado inconstitucional) e intervino para evitar que fuera «desconectada» Terri Schiavo, que se hallaba en muerte cerebral.
Promulgó también la controversial ley que autoriza a las personas que se sienten amenazadas a usar fuerza letal para defenderse.
Los demócratas recuerdan con amargura las reñidas elecciones presidenciales de 2000, que luego de un recuento interminable de votos en Florida terminó ganando su hermano George. Una comisión estadounidense para los derechos civiles denunció posteriormente muchas fallas en el proceso.
Bush ha estado alejado de los puestos públicos por ocho años, tiempo durante el cual se dedicó a amasar riqueza con diversas inversiones.