Familiares de víctimas del conflicto rechazan que alcalde de Lima quiera demoler memorial
Lima, 27 mar (EFE).- Familiares de víctimas del conflicto interno (1980-2000) en Perú se reunieron este miércoles en el memorial El Ojo que Llora, ubicado en Lima en recuerdo de los desaparecidos y muertos, para defender «la memoria histórica del país» y expresar su rechazo a la intención del alcalde capitalino, Rafael López Aliaga, de demoler este espacio y levantar lugares de recreación. Una de las representantes de los familiares, Gisella Ortiz, declaró a EFE que acudieron hoy, una vez más, a defender el memorial El Ojo que Llora, «que pretende ser destruido por el alcalde de Lima». Este lugar tiene una gran piedra esculpida colocada sobre una fuente de agua y alrededor de ella hay círculos concéntricos, en el piso, con pequeñas piedras que llevan inscritos los nombres de miles de víctimas de los años de la violencia terrorista en el país. Medio centenar de familiares llegaron este miércoles con flores y velas para defender el sitio, declarado Patrimonio Cultural de la Nación, tras conocer los planes de la municipalidad. «Nos parece realmente ofensivo que autoridades, que no cumplen con las funciones para las cuales fueron elegidas, pretendan destruir espacios de memoria, atropellando el derecho que tenemos los familiares a la verdad, a la justicia, y a la conmemoración», expresó Ortiz, cuyo hermano fue uno de los nueve estudiantes desaparecidos en la universidad La Cantuta en 1992. Por ese caso fue condenado a 25 años de prisión el expresidente Alberto Fujimori. Ortiz añadió que este lugar «tiene un simbolismo para toda la memoria histórica» de Perú y además es «un cementerio sin tumba, es un lugar donde se conmemora al ser querido, al no tener un cuerpo, no tener un cementerio donde ir». La portavoz comentó que los familiares se han comunicado con el Ministerio de Cultura y con el de Justicia y Derechos Humanos porque se trata de un sitio de «reparación simbólica» para muchos casos de abusos a los derechos humanos y, por lo tanto, «tiene la obligación de preservarlo». Sin embargo, negó que puedan tener un diálogo con López Aliaga, del partido ultraconservador Renovación Popular, porque «no tendría sentido intentar conversar con quien no sabe respetar el dolor de las víctimas». Ortiz recordó que «en los últimos años, grupos negacionistas (del conflicto armado), principalmente de derecha y del fujimorismo, agreden este lugar y a quienes» vienen «constantemente a hacer actividades, no solamente con ruidos e insultos». Además, según su denuncia, «también ha intentado destruirlo y atacarlo». Precisamente, en el momento en que los familiares de las víctimas se reunieron en el parque que aloja el memorial para hacer esta «jornada de solidaridad», un grupo pequeño vinculado a estos grupos que se niegan a catalogar como conflicto armado ese periodo (1980-2000) y rechazan las condenas contra algunos militares y policías por delitos cometidos durante ese tiempo, gritaba calificativos contra los asistentes y los tildaba de terroristas. La representante de las víctimas, que fueron estimadas en 69.000 entre 1980 y 2000, dijo que los familiares están «totalmente vulnerables» cuando visitan el memorial porque no hay protección policial y puede ocurrir algún tipo de ataque físico, en algún momento. EFE mmr/gdl/jrh (foto) (video)