Familias esperan en Ramala pese al frío la liberación de presos, aplazada por Israel

Magda Gibelli

Ramala (Cisjordania), 23 feb (EFE).- Decenas de familiares de los presos palestinos que Israel debería haber liberado el sábado como parte del séptimo canje del alto el fuego pasaron la noche en Ramala, esperando su liberación pese al frío y el granizo que afectan estos días al centro de Cisjordania ocupada.

Algunos pudieron pasar la noche en dos hoteles habilitados por la gobernación, pero otros, incluidas familias con niños, durmieron en sus coches, aparcados junto al Museo de Mahmud Darwish, donde está previsto que sean liberados los presos de Cisjordania.

Estaba previsto que ayer Israel liberase a 620 presos y detenidos palestinos: 445 detenidos en Gaza después del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, entre ellos 24 mujeres y niños; 97 personas que serán deportadas a otros países; 43 presos de Cisjordania y Jerusalén Este; y otros 11 detenidos en Gaza antes del 7 de octubre.

Sin embargo, ya de madrugada, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció su retraso «hasta que la liberación de los próximos rehenes (israelíes en Gaza) quede garantizada, y sin ceremonias degradantes», según un comunicado de su oficina.

Muchos de los que ayer se desplazaron a Ramala para recibir a sus seres queridos no pueden regresar con facilidad a sus hogares por la cantidad de controles israelíes en las carreteras de Cisjordania ocupada, donde el Ejército lleva más de un mes de ofensiva contra las milicias palestinas del norte del territorio.

«Intuíamos que la ocupación (Israel) pondría trabas por las escenas que se han visto en Gaza, pero no nos imaginábamos que la reunión que llevábamos tanto tiempo esperando sería cancelada», dijo a EFE Aida Ali Daraghmeh, la esposa del preso palestino Yahya Hafez Daraghmeh, que debería haber sido liberado ayer tras 21 años en prisión.

Aida decidió quedarse en Ramala junto a sus cuatro hijas y su hijo porque veía imposible volver a Tubas, en el norte de Cisjordania, y después regresar a tiempo a la ciudad, donde las familias todavía esperan que sus seres queridos sean liberados.

Los seis pudieron dormir en el hotel Meryland de Ramala, uno de los dos habilitados por la gobernación para los familiares de los presos, tras pasar la tarde y parte de la noche a la intemperie con temperaturas que rozan los cero grados centígrados.

Otro palestino, Hassan Yaseen, cuyo hermano, Bilal, lleva 20 años en la cárcel, decidió pasar toda la noche en su coche para no alejarse del lugar donde está previsto que lo liberen.

El hombre cree que el retraso afectará a las negociaciones para la segunda fase del alto el fuego, que debería comenzar en marzo, y que demuestra que no se puede confiar en la palabra de Israel.

Yaseen dice que el último año ha sido un tormento ya que, desde el comienzo de la guerra en Gaza, Israel ha hecho casi imposible a los familiares comunicarse con sus seres queridos en prisión.

«Cada día ha sido como un año», lamenta el hombre, que no sabe nada de su hermano desde entonces.

En su comunicado, Netanyahu aseguró que el motivo para retrasar la liberación de los presos fue «las repetidas violaciones» del acuerdo de alto el fuego de Hamás, refiriéndose con ello a «las ceremonias que menosprecian a los rehenes con motivos de propaganda».

Este sábado, y como en intercambios previos, Hamás hizo pasar a los seis rehenes liberados (salvo a Hisham al Sayed, un israelí beduino que sufre esquizofrenia y llevaba una década secuestrado) por escenarios, rodeados de milicianos, antes de entregárselos a la Cruz Roja.

Además, a última hora de la noche, el grupo islamista difundió un vídeo de otros dos cautivos que siguen en el enclave, Evyatar David y Guy Gilboa Dalal, viendo desde una furgoneta la puesta en libertad de tres de los liberados. Desde el vehículo, los dos rehenes apelaban a Netanyahu a seguir adelante con el acuerdo de alto el fuego.EFE

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