Familias honran a las víctimas de la migración en el Mediterráneo, de Tarajal a Túnez
Menzel Bourguiba (Túnez), 5 de feb (EFE) – Familias de tunecinos muertos o desaparecidos en el Mediterráneo, con flores en mano, se reunieron este miércoles en la playa Rondeau de Menzel Bourguiba, para rendir homenaje a las víctimas de la migración, en la conmemoración de la tragedia de Tarajal de Ceuta (España) en 2014 y del naufragio de hace año en el que murieron al menos 18 tunecinos.
Cinco cuerpos fueron encontrados del naufragio tunecino en las costas italianas, entre ellos el del pequeño Anas Zwebi, de 5 años, cuyo cadáver fue repatriado a Túnez el 14 de agosto de 2024, pero todavía no han encontrado a su padre.
«Souhel crió solo a Anas y Teyssir ( de 9 años) después de que su madre los abandonara de bebés. No trabajaba y se fue sin avisar. Anas era inseparable de él. Solo quiero que me traigan un dedo de Souhel para enterrarlo junto a Anas y tener un lugar donde recogerme», declaró a EFE Kmar, tía del menor.
Esta ceremonia, organizada por Jalila Taamallah Ep Khenissi, activista tunecina y miembro de la asociación Memoria Mediterránea (Mem Med) conmemora la tragedia del 6 de febrero de 2014, cuando más de 200 personas intentaron nadar desde las costas marroquíes hasta la playa del Tarajal en Ceuta, ciudad española en el norte de África.
La Guardia Civil española utilizó material antidisturbios, mientras que las fuerzas marroquíes no intervinieron para rescatar a los naufragados.
Quince cuerpos fueron recuperados en el lado español, mientras que decenas de otros migrantes desaparecieron o murieron en el lado marroquí, recuerda Mem Med.
La concentración se adelantó este año un día con motivo del naufragio ocurrido un año antes en la costa tunecina.
Jalila Taamallah Ep Khenissi, quien perdió a sus dos hijos, Hedi y Mehdi, en un intento de travesía el 30 de noviembre de 2019, subraya la importancia de estos encuentros.
«Organizar esta ceremonia en mi ciudad es doblemente simbólico. Junto con las familias de los naufragios del año pasado, reiteramos nuestra demanda de verdad, justicia y reparación para las víctimas de la migración y sus seres queridos», dijo.
«Nos dirigimos al gobernador de Bizerta, al Ministerio de Asuntos Exteriores en Túnez, a la Embajada de Italia y al consulado tunecino en Palermo. Nos prometieron respuestas, pero seguimos esperándolas», declaró a EFE.
Para ella, estas iniciativas también buscan concienciar a los jóvenes, en particular a los amigos de sus hijos, sobre la realidad de la migración irregular.
«El sufrimiento no termina para las familias de los desaparecidos», recuerda.
Jalila logró recuperar los cuerpos de sus hijos gracias a asociaciones activistas, un paso que, según ella, ayuda en el duelo pero no borra el dolor.
«El momento de la desaparición es un limbo donde persiste una esperanza, por pequeña que sea. Es a esa esperanza y a la lucha a lo que me aferro ayudando a otras familias», manifiesta.
Las llegadas de migrantes a las costas italianas cayeron un 60 % el pasado año, después de que Túnez se convirtiera en 2023 en el principal punto de partida de la ruta del Mediterráneo Central.
El Foro Tunecino de Derechos Económicos y Sociales (FTDES) estima que entre 600 y 700 personas han perdido la vida o han desaparecido en el mar frente a la costa tunecina en 2024, después de un balance de más de 1.300 muertos o desaparecidos en 2023. EFE
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