20 toneladas de basura tras la Copa de Adelboden
Más de 21.000 espectadores asistieron a la mayor fiesta del esquí en Suiza, dejando tras de sí unas 20 toneladas de desechos... no todos en el lugar debido.
‘Embajadores anti-basura’ de las organizaciones suizas de reciclaje de embalajes de aluminio y plástico acudieron a Adelboden para recordar la importancia de poner la basura en su sitio.
El pasado fin de semana la mirada en Suiza estuvo puesta en Adelboden, un pueblito de montaña situado a 70 kilómetros de Berna, en donde año con año se dan cita los mejores del esquí mundial.
En los diarios nacionales de este lunes, la noticia ha sido de primera plana, el suizo Marc Berthod se llevó la copa del mundo de slalom, atizando con ello la euforia de los millones de fanáticos que siguieron las competiciones a través de la televisión.
En directo, estuvieron presentes el sábado más de 21.000 espectadores; el domingo, otros 9.000, según indican a swissinfo los responsables de la manifestación deportiva.
Vivir el ambiente de Adelboden no es únicamente mirar hacia la pista del Chuenisbärgli y ver descender a los experimentados deportistas. Se trata de una fiesta con todo lo que se incluye en ella: puestos de salchichas, cervezas, gaseosas, música…
Y como resultado final: mucha basura. «Alrededor de 20 toneladas», indica Christian Allenbach, miembro del equipo organizador de la Copa Mundial de Adelboden y quien explica a swissinfo que «este año ha funcionado bien el desecho de basura en los cestos».
«Hemos constatado que es básica la existencia de basureros por toda la explanada. Entre más hay, es mejor. La mayoría de la gente se toma la molestia de tirar la basura en ellos y no en el piso.»
Inevitable, la basura por los suelos
Allenbach considera que tanto este año como el pasado, hubo grandes mejoras en el comportamiento de los espectadores en torno a la limpieza del lugar.
«En años anteriores la situación fue menos afortunada, debido en parte al clima, pues si llueve o nieva, la basura se funde con la nieve y es más difícil recuperarla.»
Aunque Allenbach no puede mencionar cifras precisas, indica que es inevitable encontrarse con basura por los suelos, «especialmente botellas plásticas de bebida».
«Lo que cuesta mucho dinero recoger», advierte, por su parte, Jean-Claude Würmli, portavoz de la Asociación de Reciclado de Botellas Plásticas PET, que –junto con Igora, la otra organización de reciclado encargada del aluminio- realizó una campaña de concientización en Adelboden para que los más jóvenes –que parecen ser los menos cuidadosos- tiren sus desechos en el lugar correcto.
Singular
Tres personas fungieron como «embajadores en contra de la basura por los suelos», entre ellos, Urs Freuler, quien ha recorrido varias ciudades de Suiza con un cochecito de basura, invitando a los que muestran menos enteraza a llevar los deshechos a su lugar.
Pero la invitación no es impositiva, el propio Freuler dice a swissinfo que «muchas veces yo mismo tomo el desecho que acaban de lanzar al suelo y lo llevo al cesto, invitando a los chicos a que hagan lo mismo la próxima vez, sin criticarlos o exigirles nada».
«Y esto funciona», dice Jean-Claude Würmli, de portavoz de PET. «Freuler sabe llegar a la gente, entabla una relación muy personal y positiva.»
La acción es tan simple como dar el ejemplo con el ejemplo mismo. Y así como estos tres «embajadores» participaron en Adelboden, lo harán en Laax durante la Burton European Open, en Crans Montana, durante el Champs Open, o en Verbier, durante el O’Neill Xtreme.
Una forma de dejar limpias las pistas y sus alrededores, tal y como los propios amantes de las tablas de nieve lo desean, pues según una encuesta mencionada por Würmli, «para estos deportistas lo peor que les puede ocurrir es encontrarse con basura durante sus descensos».
swissinfo, Patricia Islas Züttel
La asociación PET está conformada por 76 comerciantes de bebidas embotelladas en plástico que se encargan de pagar 1,8 centavos de franco por la eliminación de cada botella vendida en Suiza.
Esta agrupación, que pone en el mercado el 96% de las botellas plásticas, se ha unido con Igora, encargada del reciclaje de aluminio, para lanzar una campaña de concientización destinada a que la gente ponga la basura en su lugar.
La campaña consiste en mostrar con el ejemplo que los desechos corresponden al cesto de basura.
Suiza ocupa el tercer puesto en el reciclaje de las botellas PET, sin requerir del cobro de un depósito para reunir las botellas.
En cambio, el primer y segundo lugar del mundo: Suecia y Dinamarca, reclaman este depósito, lo que provoca mayores costos para la recolección de las botellas.
En cuanto a los envases de aluminio, nueve de cada diez latas de bebidas son recicladas en Suiza.
Un kilo de aluminio recolectado se paga al precio de 1.30 francos.
Suiza está a la cabeza de la colecta de aluminio a escala mundial.
Cabe decir que en casi todos los pueblos, escuelas, restaurantes y lugares públicos hay contenedores especiales para depositar el aluminio, las botellas plásticas, el cristal y otros materiales de desecho.
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