Agro suizo, camino al ocaso
Sinónimo de riqueza en el siglo XVII; el sector primario representa hoy sólo 2,8% de la actividad económica y emplea al 4% de la población.
La globalización económica y la política de subsidios al campo, se debaten; la OMC marcó nuevas reglas este verano y Suiza no está del todo de acuerdo.
En Europa, durante el siglo XVII,“tierra” y “riqueza” siempre estaban asociadas. Suiza se caracterizaba por una industria escasa y una población que exigía abastecer sus crecientes necesidades de alimentación.
De ahí que 8 de cada 10 familias se dedicaran al campo. La proporción era muy semejante en países vecinos como Italia, Francia o Polonia.
Los cultivos, sin embargo, eran diferenciados.
Mientras el norte europeo era característico por su cebada; el sur se especializó en el centeno, viñedos, cáñamo y lino. El Mediterráneo, por su parte, en la vid, aceitunas, cítricos y almendras.
Suiza, enclavada en el corazón del Viejo Continente, prosperó en cultivos como el trigo, la patata y el tabaco. Y ya desde los albores del siglo XVIII, cuando las primeras industrias nacieron, quedó clara su vocación nacional por la ganadería bovina y porcina.
Para poner cada cosa en su sitio: más de 90% de la riqueza nacional provenía del campo.
Perfil del campo
De acuerdo con la Secretaría de Estado de Economía (Seco), el panorama que ofrece el siglo XXI es exactamente el contrario. Hoy, el sector agropecuario suizo o sector primario, genera sólo 2,8% de la riqueza nacional.
Y si de empleo se trata, el agro ocupa a sólo 4% de la fuerza laboral del país, es decir, menos de 210.500 personas.
Extrapolando este dato con la referencia del siglo XVII, podemos decir que en el 2004 sólo una de cada 20 familias se dedica al campo.
¿Las razones?
El fenómeno de desplazamiento de la población rural a las grandes ciudades que inició desde el siglo XVIII. Familias en busca de nuevas oportunidades y mejores ingresos.
Otro factor, desligarse de la incertidumbre para hacer negocios. El campo dependerá siempre del comportamiento climático, que, con frecuencia genera pérdidas a los campesinos.
Actualmente, las exportaciones totales de productos agrícolas suizos representan apenas 3.640 millones de francos suizos (dato al 2003), mientras las importaciones alcanzaron ya los 6.842 millones de francos.
La visión campesina
La globalización y la apertura económica iniciada en los 80´s, influyó también en el fenómeno mundial de reconversión de las economías, donde el agro quedó abiertamente desplazado.
La Unión de Campesinos Suizos (UCS) reconoce que 1990 marcó un “parteaguas” para el campo helvético, porque en ese año comenzaron a patentizarse los efectos de la economía global.
“Desde entonces hemos hecho grandes esfuerzos para adaptarnos a las nuevas condiciones generales de la economía mundial. Pese a ello, la situación económica del campesinado suizo sigue siendo muy precaria.
“La zanja entre la agricultura y los otros sectores económicos no deja de ampliarse, lo que supone que hoy día se obliga a los campesinos cada vez más a menudo a encontrar fuentes de ingresos adicionales a la agricultura”, afirma Jacques Bourgeois, director de la UCS.
A su juicio, el agro vive permanentemente entre “el temor y la esperanza”, ya que una explotación familiar promedio genera actualmente ganancias del orden de los 50.000 francos suizos anuales, muy por debajo de las necesidades reales de sus 4 o 5 integrantes.
Subsidios y OMC
Los grandes jugadores de la economía mundial ven el mismo panorama desde otra perspectiva: proyecto que no sea viable debe desaparecer.
El problema es, pues, muy complejo.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) asegura que entre 81 y 88% de los ingresos de los agricultores suizos provienen del gobierno y no de la justa retribución que corresponde a su trabajo (vía la venta de sus productos).
El campo es, por tanto, muy costoso para los gobiernos.
En términos nominales, dichos apoyos representan más de 7.200 millones de francos suizos al año.
El 2004 quedará escrito como un año clave para el agro mundial.
Tras dos años de estancamientos, la OMC consiguió finalmente, en los últimos días de julio, un acuerdo general entre sus 147 países miembros.
Supachai Panitchpakdi, director general de la Organización Mundial de Comercio, anunció que las economías más industrializadas del mundo –entre ellas Suiza- deberán reducir 20% de los subsidios que otorgan a la producción agrícola durante un periodo de un año.
Este era un reclamo de los países en vías de desarrollo, encabezados por Brasil (un total de 20 naciones).
Sin embargo, Luzius Wasescha, negociador central de Suiza, expresó su inconformidad frente al acuerdo, ya que considera es contrario a los intereses helvéticos.
Un nuevo balance será indispensable el año próximo; mientras tanto, el agro suizo tiene muchas dudas.
Swissinfo/Andrea Ornelas
Sólo 210.500 personas –de un total de más de 4,3 millones- trabaja en al agro suizo.
Las exportaciones de productos agrícolas suman 3.640 millones de francos suizos al año y las importaciones alcanzan ya 6.842 millones de francos.
Entre 81 y 88% de los ingresos de los campesinos suizos provienen de los subsidios públicos
La globalización económica desplaza cada vez más al agro dentro de la economía.
Los subsidios al agro en países industrializados son multimillonarios, este verano los 147 países de la OMC acordaron una reducción de 20% de las subvenciones en un año.
Suiza no quedó conforme con la decisión
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