Agua embotellada: un mercado en pleno auge
El control sobre las fuentes de agua pone en aprietos a muchas comunidades locales. Las multinacionales monopolizan un recurso que debe ser de todos, según las ONG.
La suiza Nestlé es líder mundial en el sector de las aguas minerales envasadas.
Con una cuota de mercado del 16,8%, Nestlé es líder mundial en el sector de las aguas embotelladas – que se encuentra en pleno auge -, seguido del grupo francés Danone, que controla el 14%.
Y la multinacional, cuyo extenso portafolio incluye marcas prestigiosas como Perrier, San Pellegrino y Vittel, no parece haber saciado su sed de nuevas adquisiciones.
Ahora Nestlé se propone desarrollar sus actividades HOD (Home and Office Delivery): la distribución de agua en grandes envases a domicilio y a oficinas, un segmento en pleno auge.
En febrero, el grupo suizo cerró un acuerdo con una filial de Hutchison Wahmpoa, con sede en Hong Kong, para la adquisición de la compañía rusa Powwow, especializada en la distribución de agua en grandes envases.
Lo que genera polémica es dónde consigue Nestlé el agua para llenar sus botellas.
Un porcentaje insignificante
La compañía sostiene que embotella sólo una cantidad mínima del agua que producen los manantiales en el planeta, cantidad que corresponde a 4.010 kilómetros cúbicos.
«Para su división de aguas envasadas, la proporción alcanza el 0,008%», afirma Frits van Dijk, jefe de Nestlé Waters. «Son cantidades diminutas. La posición de Nestlé es modesta sobre el total del agua de manantial que se extrae», precisa.
Si bien la cantidad de agua envasada por compañías como Nestlé es insignificante en términos globales, el efecto sobre las comunidades locales que dependen de las fuentes en cuestión puede ser devastador. Es lo que sostienen algunas organizaciones de ayuda humanitaria.
Efectos devastadores
«Si las multinacionales explotan una fuente o un manantial, cuyas aguas son limitadas, esto puede tener un efecto devastador en toda la región.»
Franklin Frederick, del Movimiento Ciudadano por el Agua, cita el ejemplo de la localidad brasileña de São Lourenço, cuyas reservas de agua se vieron gravemente dañadas, después de que Nestlé iniciara la extracción de agua de un manantial natural para llenar sus botellas Perrier.
«Hace unos tres años, mucha gente en São Lourenço comenzó a percatarse de un cambio en las aguas minerales naturales (que abastecen a cuatro localidades)», recuerda Franklin.
Cuando se bombea agua en cantidades mayores de las que la naturaleza puede reemplazar, el contenido de minerales disminuye gradualmente.
«Y una de las fuentes más famosas, la ‘Magnesiana’, dejó de brotar. Investigamos las causas y descubrimos que el responsable de la situación era Nestlé/Perrier».
La multinacional fue acusada de desmineralización ilegal de agua y las protestas contra la presencia de Nestlé en la zona prosiguen hasta el día de hoy.
Métodos sostenibles
Nestlé se defiende y afirma que los métodos de envase que utiliza respetan el principio de desarrollo sostenible.
«No nos dedicamos a extraer el líquido precioso de la Madre Tierra para venderlo a precio de mercado – el proceso también conlleva costes», explica van Dijk a swissinfo.
«En la mayoría de los países en desarrollo – incluidos China, México, India y Tailandia – pagamos una tarifa a la comunidad local y las autoridades utilizan los ingresos para mejorar el acceso al agua.»
«No se puede responsabilizar a una compañía sola de los problemas de acceso al agua potable», subraya.
Y los problemas son múltiples. Según las estimaciones de Naciones Unidas, son más de 1.100 millones las personas en el mundo que carecen de acceso a agua potable segura y que, por ende, dependen del agua embotellada.
Regiones áridas
En Moldavia, por ejemplo, apenas existe agua potable limpia, señala la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y muchas zonas áridas de Oriente Medio viven una situación similar.
Por muy grande que sea la necesidad, abastecer de agua embotellada a los países en desarrollo no es un negocio rentable para Nestlé. La multinacional registró un beneficio del 2% por primera vez en el 2002.
Las ventas en los países en desarrollo equivalen sólo al 7% del volumen total, lo que significa que el gran negocio de Nestlé se desarrolla en el mundo industrializado.
Aún así, Franz Gähwiler, de la organización Helvetas, es partidario de que los recursos hídricos permanezcan en manos públicas.
«El hecho que las multinacionales sean propietarias de fuentes de agua representa, en mi opinión, un gran peligro. Creo que deben permanecer en manos públicas y no de las multinacionales», afirma.
Gähwiler reconoce, no obstante, el derecho de las comunidades a disponer libremente de sus reservas hídricas.
Democracia
«Corresponde a las comunidades democráticas decidir si conceden o no a una multinacional el derecho de explotación de agua durante 10 o 20 años», señala el representante de Helvetas.
Para Nestlé y sus rivales, el gran negocio del agua está en el mundo desarrollado.
La multinacional suiza registra mucho éxito en las actividades de distribución de agua en grandes envases a domicilio y a oficinas (HOD) en Norteamérica, y las nuevas marcas aumentarán su presencia en el mercado europeo, que representa un gran potencial de crecimiento.
La actividad HOD es un segmento que en pleno auge que, según los pronósticos de Nestlé, crecerá a un ritmo del 15% al 20% solamente en este año.
La división Nestlé Waters, con sede en París, registró unas ventas de 5.000 millones de euros (7.300 millones de francos suizos) en el 2001, lo que representa casi el 9% del volumen total de ventas del grupo.
Aunque ya es líder mundial del sector – las estadounidenses Coca Cola y Pepsico controlan alrededor del 4% del mercado -, Nestlé no parece haber agotado todavía ese afán de adquisición que define a la compañía, según el responsable de Nestlé Waters, Frits van Dijk.
swissinfo, Samantha Tonkin
(Traducción: Belén Couceiro)
Nestlé es líder mundial en el sector de las aguas envasadas, con una cuota de mercado del 16,8%. Le sigue el grupo francés Danone, que controla el 14%.
Nestlé sostiene que para llenar sus botellas utiliza sólo el 0,008% de la cantidad de agua mineral que se extrae anualmente (4.010 kilómetros cúbicos).
Según las organizaciones humanitarias, la explotación por parte de las multinacionales puede ser devastadora para las comunidades locales.
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