Cómo dominar al banco UBS sin volverlo vulnerable
El gobierno suizo se ha propuesto una misión imposible: reducir el grado de amenaza que representa el UBS para la economía helvética, pero sin convertirlo en una entidad ineficaz e incapaz de competir en la escena bancaria global.
Desde que adquirió intempestivamente a su fallido rival Credit Suisse en 2023, el gigante UBS se ha convertido en el único banco global sobreviviente en Suiza. Sin embargo, debido a sus características, un colapso suyo derribaría a la economía helvética. Hoy, UBS emplea a miles de personas y es un emisor relevante de préstamos hipotecarios y muchos otros servicios financieros para las empresas suizas.
Por ello, el Consejo Federal (Gobierno) emitió el 10 de abril un informe en el que propone fortalecer el marco regulatorio que debe cumplir UBS para mitigar los peligros. Concretamente, hace 22 recomendaciones para reducir los riesgos que provoca actualmente el tamaño del UBS y para empoderar al actual regulador financiero FINMA.
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La reacción a este paquete de recomendaciones ha sido, no obstante, negativa. Políticos, periodistas y economistas lamentan la falta de claridad del denso documento de 340 páginas.
“Es como si hubiera sido elaborado teniendo como estrategia crear una sobrecarga de información que aniquile cualquier interés sobre este tema”, expresó a SWI swissinfo.ch Klaus Wellershoff, antiguo economista en jefe del UBS.
Pero para Jan Baumann, corresponsal económico de la emisora pública suiza SRF, el fracaso del gobierno para producir un informe contundente y con medidas concretas podría tener su razón de ser.
Instinto competitivo
“Si se lee entre líneas, el mensaje es: no queremos alejar al UBS, buque insignia de la plaza financiera suiza, siendo demasiado estrictos con él”, dice Baumann.
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¿Por qué un UBS monstruoso asusta a Suiza?
A pesar de que UBS jamás ha amenazado con abandonar Suiza, sus directivos si han lanzado una cruzada de defensa contra potenciales excesos de regulación.
Especialmente considerando que UBS tiene grandes ambiciones de expansión en el negocio de la gestión de patrimonios, sobre todo en el mercado de Estados Unidos. Y el presidente de UBS, Colm Kelleher, ha advertido que un exceso de regulación suiza podría mermar el cumplimiento de este objetivo otorgando ventajas competitivas a sus principales rivales.
Lo más importante para UBS es evitar aumentos en los índices de capitalización, reservas que son de carácter preventivo, pero obligatorio, y que han sido diseñados para enfrentar pérdidas en caso de problemas.
Para Keleher, «un exceso de capital perjudicaría a los accionistas y clientes, ya que el cobro de comisiones por servicios bancarios sería más elevado”, dijo al NZZ am Sonntag.
El economista Klaus Wellershof saluda ese mensaje, pero piensa que el Parlamento insistirá en el tema de una mayor capitalización porque las heridas que dejó la dramática extinción del Credit Suisse el año pasado aún están frescas en la psique nacional.
Millonarios bonos salariales
«El asunto no puede ser evitado a nivel político. El Parlamento tendrá que solicitar un capital más elevado, aunque no exista ninguna razón económica real detrás», según Wellershof.
El informe gubernamental establece que «los requisitos cuantitativos y cualitativos de capitalización para bancos de importancia sistémica deben ser más estrictos», pero no precisa qué tanto tendrían que aumentar las reservas adicionales obligatorias del UBS.
Simultáneamente, UBS está poniendo nerviosos a los políticos suizos más aguerridos al haber recompensado a su director general, Sergio Ermotti, con una prima de 14,4 millones de francos suizos (15,9 millones de dólares) por sus primeros nueve meses de trabajo en 2023.
«Los sueldos millonarios sin que exista ninguna responsabilidad individual en caso de fracaso son indecentes», afirmó Tiana Moser, legisladora del Partido Verde Liberal.
El gobierno propone introducir restricciones salariales en la ley, incluida una disposición que obligue a los ejecutivos a devolver las primas si llevan un banco a la quiebra. También sugiere aumentar los poderes del regulador financiero para exigir a los ejecutivos que rindan cuentas de sus acciones y para imponer multas.
Nueva oleada regulatoria
El Gobierno suizo está atrapado entre la exigencia de los partidos políticos de cortarle las alas al UBS y las objeciones del sector financiero para que esto suceda. Esto explica que la falta de definición del informe haya enfurecido a las dos partes.
«Dado que el informe carece de enfoque, amenaza con desencadenar una oleada de regulaciones que impondrían una pesada carga a los bancos y a la economía como conjunto”, afirma Roman Studer, director general del grupo de presión de la Asociación Suiza de Banqueros.
Pero ningún proceso político para reformar la legislación bancaria podrá ponerse seriamente en marcha hasta que la comisión parlamentaria de investigación de la crisis del Credit Suisse emita su informe, lo que sucederá a finales de este año.
Por ello, los medios de comunicación suizos anticipan que la toma de decisiones legislativas definitivas en materia de legislación bancaria no se producirá antes del 2025.
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Texto adaptado del inglés por Andrea Ornelas / Carla Wolff
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