Difícil para Swiss, restaurar el orgullo nacional
A cinco años de la traumática jornada en la que los aviones de Swissair debieron permanecer en tierra, el público apenas se siente vinculado con la nueva aerolínea nacional, Swiss.
Pero los especialistas consideran que Swiss podría restaurar la confianza, de mantenerse la recuperación que registra con su nuevo dueño, Lufthansa.
Suiza se sumió en un virtual estado de duelo cuando Swissair quedó paralizada el 2 de octubre de 2001. La confianza nacional se derrumbó junto con la fiabilidad de la aerolínea.
Antiguo piloto de Swissair, Christian Frauenfelder volaba de vuelta de Tokio cuando la devastadora noticia alcanzó la carlinga.
«El recuerdo más vivo que tengo de aquel día es la fila de aviones en tierra cuando aterrizamos en Zúrich. Eso parecía un cementerio de banderas suizas y el corazón se me encogió», dijo a swissinfo.
El país entero compartió ese sentimiento de conmoción y de pérdida.
«Swissair era vista como el símbolo de Suiza que pertenecía a la gente. El derrumbe de una compañía aérea nacional podía suceder en países del Tercer Mundo -repúblicas bananeras-, no en Suiza», añadió.
Cinco meses más tarde, y con el financiamiento de los contribuyentes, nacía una nueva aerolínea nacional de la fusión entre Crossair y los restos de Swissair.
Empero, a pesar de llevar la bandera suiza, Swiss no ha logrado generar el mismo sentimiento de orgullo, ni ese vínculo afectivo.
La ruptura
«Al día siguiente, los pilotos de Swissair se manifestaron en Zúrich para protestar contra las instituciones bancarias, a las que acusaron de permitir la quiebra de la línea aérea», recordó Matthias Mölleney, jefe de personal de Swissair en aquel momento.
«A su paso, la gente les daba flores. Se agotaron todas las flores disponibles en la ciudad. Si pasara lo mismo con Swiss, seguramente quedarían flores».
En los últimos cinco años las líneas aéreas nacionales se han convertido en rehenes de incontrolables presiones globales – como gastos de combustible y el desafío de competidores económicos – con lo que han perdido parte de su prestigio ante la opinión pública, argumentó Madeline Herren-Oesch, profesora de Historia Social de la Universidad de Heidelberg.
«Las aerolíneas y los aeropuertos ya no son metáforas de la modernidad o símbolos del éxito nacional», dijo la otrora académica de la Universidad de Zúrich a swissinfo. «Son considerados ahora como ruidosos, molestos y peligrosos».
Actual piloto de Swiss y representante del Sindicato de Pilotos Aeropers, Frauenfelder cree que Swiss ha luchado para obtener el favor del público, debatiéndose al principio contra el endeudamiento y el recorte de personal.
«Cuando Swissair se quedó en tierra, la relación emocional con la aerolínea también se fue por tierra. Eso nunca podrá repetirse», dijo.
«La nueva aerolínea tuvo problemas en el principio y los suizos no pueden identificarse con ella porque quieren que sea perfecta. La consideran casi como una versión menor de Swissair».
Propiedad alemana
Desde el punto de vista de Mölleney, al público le parece difícil identificarse con una empresa de propiedad alemana. Pero Frauenfelder subraya que la intervención de Lufthansa ha estimulado una bienvenida recuperación.
La semana pasada, una huelga de 24 horas de los antiguos pilotos de Crossair generó reacciones públicas.
«Swiss comienza apenas a recuperarse y la gente percibió esa huelga como una amenaza para su éxito», dijo Frauenfelder. «Si ese éxito se mantiene, quizá la gente volverá a sentir orgullo por su línea de bandera».
swissinfo, Matthew Allen
(Traducción: Marcela Águila Rubín)
Swiss International Airlines registró una pérdida de 178 millones de francos (143 millones de dólares) en 2005, 38 millones más que el año anterior.
Sin embargo, la línea aérea logró un beneficio de 76 millones de francos en el primer semestre de este año (contra 89 millones de pérdida en el mismo período de 2005).
Cuando la empresa surcó por primera vez los cielos, el 31 de marzo de 2002, contaba con 133 aviones y 10.000 empleados. Hoy tiene 6.539 empleados y sus 67 naves cubren 69 destinos en 42 países.
Dos Aerobuses A330-200s serán añadidos a su flota en noviembre, amén de dos A321s y un A320, en la próxima primavera, lo que permitirá la creación de 250 nuevos empleos.
La antigua línea nacional Swissair se derrumbó en 2001 bajo una montaña de deudas tras una desastrosa campaña de expansión. El último avión de Swissair aterrizó en Zúrich procedente de Buenos Aires el 1 de abril de 2002.
Con el apoyo de gobierno, Swiss inició sus labores el 31 de marzo de 2002. La nueva compañía aérea nació de la fusión de Crossair y los restos de Swissair.
En marzo de 2005 aerolínea anunció su adquisición por parte de Lufthansa por 279 millones de euros (430 millones de francos).
El 26 de septiembre pasado, 78 antiguos pilotos de Crossair realizaron una huelga de 24 horas tras de que Swiss no lograra satisfacer sus demandas de mejoramiento salarial y laboral.
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