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El acuerdo fiscal con Londres despierta controversia

A partir de ahora será más caro guardar fortunas en los cofres de los bancos suizos. Keystone

Este miércoles Suiza inicialó un compromiso con Gran Bretaña para un nuevo impuesto liberatorio aplicable a las cuentas de ciudadanos británicos en la banca helvética. Una decisión que evitará el intercambio automático de información.

El pacto frenará la evasión entre Suiza y Gran Bretaña y constituye una clara victoria para la banca suiza, pero significa también un revés para la cruzada internacional contra el secreto bancario.

Para el fisco de Gran Bretaña este acuerdo bilateral podría representar ingresos por alrededor de los 5.000 millones de libras (6.500 millones de francos suizos) a partir de 2013. 

El esquema considera el pago de una tasa equivalente a entre el 19 y 34% del capital depositado en Suiza –en función de la duración que hayan tenido las inversiones y las ganancias obtenidas– y del 48% para futuros ingresos.

Si el contribuyente decide no pagar este impuesto tendrá que revelar a la autoridad fiscal londinense su relación con la banca suiza.

“En lo general, mi opinión sobre el nuevo acuerdo tributario es muy positiva”, afirmó Patrick Odier, presidente de la Asociación de Banqueros Suizos (ABS) en un comunicado.

“El acuerdo marca un hito para la plaza financiera suiza. Y como banquero, me siento especialmente satisfecho de que se haya otorgado a los clientes una alternativa justa para regularizar sus activos”.

Según la ABS, los predecibles cargos en los que los bancos tendrán que incurrir para poner en marcha las nuevas reglas serán mínimos considerando que evitarán la obligación de entregar información confidencial de sus clientes, ante la sospecha de evasión de otros gobiernos.

Lamentable acuerdo

Pero el grupo Red por la Justicia Fiscal (TJN por sus siglas en inglés), integrado por investigadores y activistas que buscan frenar la evasión internacional, está lejos de sentirse satisfecho con acuerdos que parecen liberar a los bancos suizos de todo impacto y asestar un golpe a quienes -como la UE o EEUU- quieren desenmascarar a los evasores.

Lo cierto es que Suiza ha enfrentado una continua presión internacional, desde que inició la más reciente crisis financiera global, para abandonar el estatus de paraíso fiscal que tuvo durante años.

 

Las autoridades helvéticas han intentado por todos los medios sumarse al cumplimiento de este objetivo internacional sin renunciar a su preciada tradición de discreción bancaria. Y los acuerdos negociados con Alemania y Gran Bretaña se perfilan como el trampolín que impulsará a Suiza en la dirección que le interesa.

“Es fácil entender por qué el Gobierno británico, que debe imponer medidas de austeridad fiscal en la actualidad, quiere obtener ingresos de inmediato a través de los evasores; pero éste es un acuerdo lamentable que pone en retroceso la relación tributaria entre Suiza y el Reino Unido, y que debilita los esfuerzos de otros países para atajar la evasión”, expresó a swissinfo.ch John Christensen.

“La Unión Europea (UE)”, añadió el director de la TJN, “lidera los esfuerzos internacionales por el intercambio automático de información fiscal entre gobiernos que sería, claramente, el camino más eficaz para luchar contra los evasores. Y es un misterio para nosotros por qué dos de países tan grandes y poderosos de la UE (como Alemania y GB) llegaron a un acuerdo tan malo en el presente”.

Grecia también está interesada

Christensen culpa parcialmente a los evasores fiscales de los problemas crónicos de deuda que viven países como Grecia, Irlanda, Portugal o Italia.

“El mensaje que muchos asesores fiscales enviarán en el futuro a sus clientes es que todo sigue igual, que la operación del secreto bancario permanecerá intacta y que podrán seguir evadiendo al fisco sin problemas, aunque ahora tengan que pagar un costo un poco mayor por hacerlo”, declaró a swissinfo.ch.

Masivamente endeudada, Grecia, por su parte, también está buscando un acuerdo con Suiza semejante al alcanzado con Gran Bretaña y Alemania.

El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, afirmó a principios de año que Grecia tenía interés en negociar también un impuesto liberatorio con Suiza. Y el primer ministro, George Papandreou, está convencido de que muchos miles de millones de euros fueron retirados de Grecia para invertirse en las bóvedas suizas.

Presiste la presión

Suiza sigue enfrentando presiones para eliminar su secreto bancario.

Hasta ahora, y pese a los acuerdos entre Berna y sus contrapartes de Londres y Berlín, la Unión Europea no ha mostrado señales que hagan pensar que cejó en el interés de conseguir un intercambio automático de información entre gobiernos.

Natasja Bohez Rubiano, portavoz de la División de Fiscalidad y Unión Aduanera de la Comisión Europea (CE), declinó precisar si los acuerdos recién inicialados por Suiza contradicen los planteamientos fiscales vigentes en la UE. Para expresar una opinión, dijo, se requiere conocer el texto íntegro de los mismos.

Reconoció, no obstante, que la Directiva de Ahorros e Impuestos de la UE vigente tendrá que ser reevaluada en caso de que no “equivalga” a lo que Suiza pactó con Alemania y Gran Bretaña.

Así, la suma de las voces que piden fortalecer la citada directiva, el éxito logrado por diversas demandas internacionales para mejorar el intercambio de información entre Suiza y otros gobiernos, y los nuevos acuerdos con Alemania y Gran Bretaña están cambiando las reglas de juego en la escena internacional..

“La histórica igualdad que ha caracterizado a los acuerdos entre Suiza y la UE necesitará ser reevaluada a la luz de estos acontecimientos”, declaró Bohez Rubiano a swisisnfo.ch. “Pero no debe haber duda de que seguimos comprometidos con los principios de intercambio automático de información y su aplicación sobre los rendimientos de los ahorros al interior de la UE”.

Recientemente, la prensa francesa citó a funcionarios del Ministerio de Finanzas que pidieron el anonimato, quienes confirmaron su rechazo a acuerdos de esta naturaleza porque contradicen el compromiso de Francia de eliminar la evasión. E Italia tampoco se inclina por aplicar un impuesto liberatorio debido a su relación diplomática con Suiza se encuentra por el momento “congelada” en términos tributarios.

Por su parte, Estados Unidos es un agresivo persecutor de evasores y de aquellos bancos que promueven o reciben fondos que incumplen sus compromisos con el fisco. UBS fue exitosamente enjuiciado en 2009 y ahora son Credit Suisse y otros bancos los que están en la línea de fuego.

La preciada confidencialidad ofrecida por las leyes suizas ha recibido presiones constantes desde que inició la crisis en 2008-2009.

Son muchos los países desarrollados -y altamente endeudados- que observan grandes agujeros en sus ingresos tributarios, por lo que tomar medidas severas contra la evasión se ha convertido en una de sus prioridades.

En 2009, Suiza fue obligada a mejorar su intercambio de información fiscal con otros gobiernos y a renegociar un mínimo de 12 Convenios para Evitar la Doble Imposición para abandonar la lista gris de paraísos fiscales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

También en 2009, UBS admitió que había encabezado una red de evasión entre sus clientes estadounidenses y debió pagar una elevada multa por ello. El Gobierno suizo fue obligado también, posteriormente, a entregar al fisco de EEUU el nombre de los titulares de 4.450 cuentas en el UBS.

Varios países, como Gran Bretaña, Italia, EEUU o Alemania, han ofrecido amnistías fiscales a sus ciudadanos entre 2009 y 2010 para declarar sus cuentas bancarias en el extranjero, oportunidades para regularizar su situación con el fisco de su país.

 
El descubrimiento de evasores se incrementó después de que un denunciante vendiera ilegalmente datos bancarios sobre cuentas de clientes extranjeros en la banca suiza. Alemania y Francia fueron los principales compradores de estos controvertidos datos, pero la información fue transmitida luego a otros gobiernos.

EEUU toma medidas drásticas en el presente con respecto a otros bancos. Credit Suisse fue informado recientemente de que es sujeto de investigación junto con otros bancos, incluida una institución cantonal, que también se encuentra en la mira.

(Traducción: Andrea Ornelas)

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