El círculo vicioso de la pobreza
Si la situación va mal para una gran mayoría de los habitantes del planeta, los métodos de las instituciones financieras internacionales para confrontar la pobreza son ineficientes.
Es una de las principales conclusiones de un seminario-debate que tuvo lugar este miércoles en Berna.
El seminario ¿Combatir la pobreza con la ayuda del Fondo Monetario Internacional?, organizado por la ONG Declaración de Berna, reunió a un centenar de especialistas y estudiantes de todo el país.
Entre los invitados de renombre internacional figuraban el profesor James Vreeland de la Universidad de Yale (Estados Unidos), Marie Shaba (ONG Tango), de Tanzania, y Alexandra Vladislavjevic (Gender Action), de Serbia-Montenegro. Otro de los conferencistas invitados fue Fritz Zurbrügg, director ejecutivo suizo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por su parte, Cecilia Ramos, economista independiente boliviana, que dispone de una larga experiencia en la cooperación internacional y es colaboradora del Ministerio de Asuntos Indígenas, aportó el punto de vista latinoamericano en un intercambio teórico tan intenso como apasionado.
Recetas del FMI: un fracaso
“¡Definitiva y rotundamente, no!”, enfatiza Cecilia Ramos al ser consultada sobre la validez de las propuestas del Fondo Monetario Internacional (FMI) para resolver la situación de pobreza que vive una mayoría de sus compatriotas.
Aunque las recetas del FMI pretenden reducir la pobreza, “ésta ha aumentado considerablemente”, señala Ramos con estadísticas en la mano. Hoy, en Bolivia, el 20 % de los más ricos controla el 60 % de la riqueza, en tanto el 20 % de los habitantes más pobres accede escasamente al 3 %, explica a swissinfo Ramos.
Para la joven economista “las sucesivas explosiones sociales que ha vivido Bolivia en los últimos lustros, y particularmente desde el 2000 hasta ahora, son una muestra de la inviabilidad de las opciones de los organismos financieros internacionales”.
El punto culminante lo constituyó la gran movilización popular de octubre del 2003, que “al costo de más de 100 muertos, logró cambiar un presidente” que había intentado aplicar ciegamente esas recetas.
Al drama de la concentración del poder económico en sectores reducidos de la población, se suma el de las privatizaciones de las empresas estatales, agrega la economista boliviana. “Ejemplos como la compañía aérea nacional o los hidrocarburos son contundentes. Se vende a precios regalado el patrimonio del Estado, incluso las empresas que son rentables … y que luego, una vez privatizadas, dejan de funcionar correctamente”, precisa.
A pesar del discurso oficial, las propuestas del FMI, “no logran reactivar la economía. El famoso y esperado efecto rebalse – desbordamiento del crecimiento para distribuirlo socialmente- no se da. La torta es pequeña, y los sectores acomodados no la quieren repartir con los demás”, enfatiza Ramos.
ONG exigen más transparencia
Es una reflexión que comparte Jean-Claude Huot, secretario permanente de la Declaración de Berna, una de las ONG helvéticas que siguen de cerca el funcionamiento del FMI y del Banco Mundial (BM).
Huot introduce un tema clave para los países del Sur: “la espiral infernal de la deuda externa, que una vez en movimiento es casi imposible de ser detenida”.
La parte de esas dos instituciones financieras en la deuda externa aumenta continuamente. “Esta deuda multilateral era de 49.000 millones de dólares a fines de los años 80. Subió a 208.000 a fines del 90 y rondó los 350.000 millones al fin de 1999”, explica.
“La iniciativa para los países pobres extremadamente endeudados, lanzada por esas instituciones, es insuficiente”, según Huot. “No borra verdaderamente la deuda… y, por lo tanto, la misma disminuye muy poco.”
“Solicitamos un cambio radical con relación al tema de la deuda de los países pobres. El FMI, siendo al mismo tiempo acreedor, no puede ser instancia de decisión. Debería crearse un tribunal arbitral independiente que tenga en cuenta los intereses de los deudores y de los acreedores”, reivindica Huot exigiendo mayor transparencia respecto al rol y las responsabilidades del organismo financiero internacional.
Posición oficial de Suiza
Mientras en los países del Norte como en los del Sur se multiplican las críticas de organizaciones no gubernamentales contra el FMI y su funcionamiento, “es importante saber que se han hecho progresos muy importantes en el ámbito de la transparencia”, destaca el suizo Fritz Zurbrügg, uno de los 24 directores ejecutivos del organismo.
Se abren las informaciones, se publican los informes, “lo que facilita el debate que no se podría dar sin esa información de base”, sostiene.
En cuanto al funcionamiento interno de la institución, Zurbrügg explica a swissinfo “que en un grupo colectivo de tantas personas las decisiones se toman siempre por consenso y no por votación” y que hay una diferencia real de peso en el seno del FMI:
Mientras los Estados Unidos tienen 17 % de los votos, Suiza, por ejemplo, alcanza apenas el 3 %.
Sin embargo, “he visto que cuando se presentan argumentos sólidos (…), podemos influir a los colegas del Directorio. Por ejemplo, la creación de una comisión independiente para evaluar el FMI, tuvo a los suizos entre los pioneros…y finalmente se materializó”, puntualiza.
Puntos de vista diferentes, sensibilidades contrastadas. Si la pobreza aparece como el drama fundamental de inicios del siglo XXI, su combate frontal sigue siendo insuficiente. Es la conclusión de un debate que promete continuar y que desata pasiones.
swissinfo, Sergio Ferrari, Berna
Las ONG suizas, así como la economista boliviana Cecilia Ramos criticaron la incapacidad las políticas del FMI para responder a las grandes exigencias de las poblaciones más empobrecidas del Sur.
La deuda externa sigue pesando como una espada de Damocles sobre los más desfavorecidos.
El suizo Fritz Zurbrügg, uno de los directores ejecutivos del FMI destacó pasos positivos en cuanto a la circulación de las informaciones en y sobre el FMI.
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