El dilema de los OGM en cinco puntos
Los suizos decidirán el 27 del presente mes si aceptan o rechazan los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en la agricultura.
La iniciativa popular «Por productos alimetarios sin manipulación genética» trata de impedirlo con una moratoria de cinco años. A continuación algunos puntos relacionados con el asunto.
Para comprender el alcance de lo que será dilucidado en las urnas, swissinfo resume los aspectos principales en cinco puntos de fondo.
1. Los consumidores no quieren alimentos con OMG en su plato.
Es cierto. Diversos sondeos realizados en Suiza y en otros países europeos indican que los ciudadanos muestran una cierta desconfianza con relación a los organismos modificados genéticamente (OMG).
Aunque están listos para aceptar su aplicación en el sector de la medicina, una gran mayoría no quiere encontrar OMG en los alimentos.
En Suiza, un sondeo realizado en 2003 por el instituto GfS mostraba que 67% de las personas cuestionadas no querían que los OMG fueran utilizados en la agricultura y 65% no aceptaban el consumo de productos modificados genéticamente.
Este rechazo es compartido en otros países. En Francia, una encuesta realizada el año pasado por «60 millones de consumidores» mostró que el 80% de las personas interrogadas estimaban que los agricultores debían cultivar sin OMG.
2. Las manipulaciones genéticas en la agricultura han existido siempre.
Es cierto. Desde la aparición de la agricultura, el hombre selecciona ciertas variedades de plantas y de animales y los cruza para obtener mejores rendimientos o propiedades particulares. Todas las variedades de plantas y de animales presentes en la agricultura no corresponden más al género salvaje de sus especies.
La tecnología genética va aún más lejos, ya que permite la transmisión de genes de especies diferentes en el ADN de la planta o el animal que quiere modificar. Una mutación de este tipo no podría obtenerse con cruces naturales.
3. Una moratoria sobre el empleo de OMG en la agricultura es contraria a los convenios internacionales.
En 2003, Canadá, Estados Unidos y Argentina presentaron un recurso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra la moratoria que siete países de la Unión Europea (UE) impusieron en la importación de ciertos productos OMG.
Los tres países americanos consideran que una moratoria de ese tipo es contraria a las reglas del comercio internacional. Argumentan que no se pueden rechazar productos con OMG, mientras no haya un estudio científico que compruebe que efectivamente son nocivos.
Sin embargo, para diversos países europeos, justamente esta falta de pruebas justifica la aplicación del principio de precaución.
Por ahora, la OMC no ha tomado posición a fondo sobre el asunto. Actualmente espera los informes de expertos científicos para tomar una decisión.
Cabe subrayar que una moratoria como la propuesta a la opinión ciudadana suiza el próximo 27 de noviembre, estaría prohibida en la UE. La Corte de Justicia europea recientemente estimó que la interdicción de cultivar con OMG en Austria violaría los reglamentos de la UE. Los jueces consideraron que «ninguna prueba convincente» justifica la moratoria.
4. La moratoria pone en peligro a la investigación suiza.
Es, en todo caso, la advertencia de los que se oponen a la moratoria. Según ellos, provocaría una disminución del interés de los poderes públicos y de la iniciativa privada para fomentar este tipo de investigaciones de punta en Suiza. Esto también, dicen, opacaría el entusiasmo de los investigadores.
Estas afirmaciones son difíciles de verificar, ya que el financiamiento a la investigación es, generalmente, muy aleatorio.
Los sectores de la investigación se oponen fuertemente a la moratoria. Un manifiesto fue firmado por más de un centenar de investigadores y profesores de todo el país.
Cabe aún decir que la iniciativa no dice absolutamente nada sobre la investigación. Ésta solicita simplemente que los productos OMG no sean utilizados en la agricultura.
5. Los OMG ponen en peligro a la biodiversidad
Es difícil de responder de forma definitiva a esta cuestión. Los OMG parecen poder ser peligrosos para ciertas especies, como lo han mostrado algunos estudios realizados en la mariposa monarca, muy apreciada en América del Norte.
Las orugas de esta especie fueron alimentadas con hojas recubiertas de polen de una variedad de maíz transgénico, capaz de resistir al piral. El resultado: las orugas tuvieron un crecimiento más lento y registraron una mortalidad más elevada.
Por otra parte, ciertas plantas OMG pueden contener ya funguicidas o insecticidas, con lo que ya no hay necesidad de expandir estos productos en los campos. Y, argumentan los defensores, de esta forma ya no se afecta a la flora y fauna cercana a los campos de cultivo.
Sea como sea, los opositores de la moratoria estiman que la legislación suiza es suficientemente severa para evitar eventuales riesgos. Ciertamente, el proceso de homologación en Suiza es muy largo. Puede durar hasta cinco años antes de que un OMG sea cultivado, lo que corresponde a la duración de la moratoria.
Los partidarios de ella opinan que eso no es suficiente. Una aceptación de la moratoria agregaría aún un quinquenio a los cinco años necesarios para la homologación. De esta manera, se aseguraría un periodo de diez años sin los OGM en la agricultura. Un periodo suficientemente largo para saber más sobre sus eventuales efectos en la naturaleza.
swissinfo, Olivier Pauchard
Traducido del francés por Patricia Islas
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