El poder del automóvil
Este jueves ha comenzado en Ginebra una de las dos citas anuales más importantes de la industria automovilística. La 72 edición del Salón Internacional del Automóvil propone unas 100 novedades.
Suiza no tiene industria automotor, en cambio una densidad registrada de 3,6 millones de coches personales, una emisión considerable de dióxido de carbono, CO2, y es al mismo tiempo, durante dos semanas, un escaparate ineludible para automovilistas, intermediarios y productores.
La muestra expuesta sobre una superficie de 93.000 kilómetros cuadrados en el complejo ferial de Palexpo, permitirá apreciar (entre el 7 y el 17 de marzo), 32 novedades mundiales, 18 europeas y 55 suizas.
No obstante, los más de 700.000 visitantes y 5.000 periodistas que acudan a la cita encontrarán pocas innovaciones en el sentido más amplio del término. La oferta de coches de lujo es la tendencia más notable en todas las marcas, desde la alemana Mercedes hasta la checa Skoda.
Otro aspecto destacable es sin duda lo que el mercado propone actualmente en motores de menor consumo de combustible. En general, todos los productores ofrecen esta vez vehículos de clases intermedia y de lujo con motores de muchos caballos de fuerza y algunas posibilidades de menor consumo de combustible.
Por ejemplo una limousine de 241 PS de 3,2 litros de gasolina en 100 kilómetros. Estos empeños se inscriben en el reto lanzado a los fabricantes de reducir las emisiones de dióxido de carbono, CO2, fuerte contaminante del medio ambiente.
Por ahora se prueban prototipos accionados por otras fuentes de energía como la electricidad, el alcohol o el hidrógeno, pero el sustituto de la gasolina aún no está al alcance de la mano.
Por lo demás, las novedades se concentran esencialmente en la comodidad interior del vehículo: sofisticados sistemas electrónicos, sistemas de navegación que faciliten la orientación del conductor, etc, etc.
Repercusiones
La muestra de Detroit, la ciudad cuna del automóvil de Estados Unidos y el Salón Internacional de Ginebra son ciertamente las dos citas ineludibles de los automovilistas y de los fabricantes. Las de Frankfurt, París y Tokio se celebran, alternativamente, cada dos años.
Dada la importancia señalada, la capacidad de alojamiento que ofrece la región de Ginebra, con unas 20.000 camas, se agota durante las dos semanas del Salón del Automóvil.
Los efectos directos del acontecimiento se traducen en casi mil millones de francos anual y los indirectos en unos 650 millones de francos. Por lo tanto, son 1.650 millones de francos que favorecen a la economía ginebrina.
Competencia en el sector
El automóvil sigue siendo, a pesar de los atascos, las reflexiones en torno a la preservación del medio ambiente y las ofertas crecientes de los transportes públicos, el medio de movilidad individual por excelencia
Apoyados en esta constatación, los constructores asisten a todas las exposiciones posibles para no perder terreno en un mercado donde la competencia es muy fuerte.
Las diferentes marcas erogan sumas importantes para no quedar al margen de citas como la de Ginebra. Muchos coinciden en que pagar tres o cuatro millones de francos para presentar un stand es mínimo en comparación con los beneficios posteriores que deja la venta de automóviles cada año.
Juan Espinoza y agencias
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