Empresas: ganadoras y perdedoras del 2004
El 80% de las compañías helvéticas son pequeñas o medianas. Este año coadyuvaron a dar estabilidad al país, sin reportar ganancias excesivas.
Y entre los gigantes triunfaron empresas como Novartis, mientras Swiss o Adecco se debatían por remontar uno de sus periodos más complejos.
En Suiza operan 397.800 empresas de toda talla y giro de actividad cada día. El 80% de ellas, según cifras de la Secretaría de Estado de Economía (Seco), son pequeñas o medianas, es decir, estructuras que se desempeñan con menos de 100 empleados.
El 20% restante está conformado por las grandes empresas y por aquellos gigantes de los sectores bancario, alimentario, relojero o industrial que tan bien conocemos, como Nestlé, Roche, Swisscom, Richemont, Serono, Adecco, Holcim, Syngenta, Swatch, ABB, UBS o el Credit Suisse Group.
Durante el 2004, los altibajos de la economía se tradujeron en buenas noticias para algunos consorcios y descalabros para otros.
A continuación un recorrido de lo más destacado de los negocios helvéticos.
La fuerza de las PME
Dado que hay 301.400 pequeñas y medianas empresas (PYMES) en Suiza, sería imposible hablar sobre cada una de ellas. Su importancia para el país, sin embargo, es vital.
Christian Frey, experto económico del banco UBS explica a swissinfo que “las cifras de los negocios fueron totalmente heterogéneas en el 2004, en función del sector y el periodo que analicemos”.
“Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas operaron como un factor estabilizador dentro de la economía”.
El especialista precisa que con gran frecuencia las grandes empresas son víctimas de fuertes presiones dentro del mercado (nacional e internacional) en materia de precios y, en general, en lo relativo a las condiciones en las que ofrecen sus bienes y servicios.
Las PME, por su parte, avanzan a otro ritmo –con más calma- lo que se refleja constantemente en sus cifras de negocios anuales. Una de las iniciativas más importantes del año en apoyo a las PYMES, fue el programa “venturelab”.
Lanzada por la Confederación Helvética (abril 2004), la iniciativa cuenta con un presupuesto de 16 millones de francos suizos e intentará sensibilizar a 1.500 estudiantes de las Escuelas Politécnicas de Lausana y Zúrich sobre la importancia de crear nuevas empresas.
El objetivo es instaurar 400 nuevas estructuras que ellos desarrollen y vuelvan rentables antes del año 2008.
Tiempos violentos
Si volteamos la mirada en este 2004 hacia las empresas de grandes ligas –que generan más del 50% de la riqueza del país-, tenemos que dividir a las triunfadoras de aquellas que retrocedieron.
Entre las que atravesaron más problemas se encuentra la aerolínea Swiss. Inició el año inmersa en un intenso programa de austeridad financiera frente al disgusto de sus empleados.
Pero su primera gran “caída” (11.03) tuvo lugar cuando André Dosé, su presidente y director general, tuvo que renunciar al cargo para enfrentar una querella en su contra ligada a un accidente que tuvo Crossair en el 2001, cerca de Zúrich, cuando la aerolínea estaba a su cargo.
Su relevo, Christoph Franz, continuó la misma tónica de reducción de gastos, pero pronto se enfrentó a dos nuevos descalabros:
Swiss reportó pérdidas por 69 millones de francos suizos en el primer trimestre del año y el precio internacional del petróleo acababa de rebasar la barrera de los 40 dólares por barril, lo que le obligaba a aumentar tarifas.
Más tarde, y en su accidentado intento por sanearse financieramente, Swiss intentó incorporarse a la alianza aérea Oneworld –liderada por British Airways-, proyecto que fracasó en el verano.
Su cierre de año mejoró cuando un grupo de bancos -integrado por el HSBC, UBS, y el Banco Cantonal de Zúrich- anunció (29.09) un préstamo sindicado por 324 millones de francos suizos que permitirán sanearle definitivamente.
Su último reporte: la ocupación de vuelos aumentó a 72%, siete puntos arriba del principio del año, aunque tuvo que recortar rutas para ser más eficiente.
El escándalo Adecco
Adecco, la firma número 1 del mundo en materia de empleo temporal, también arrancó el 2004 con el pie izquierdo. El 12 de enero aceptó que podían existir serias irregularidades contables en su filial estadounidense.
La reacción de los inversionistas no se hizo esperar. En menos de 24 horas sus acciones habían perdido 48% de su valor en la Bolsa helvética, pues se temía un fraude estilo Enron.
Cuatro días más tarde, rodaron cabezas. El presidente financiero de Adecco, Felix Weber, y el director de Adecco en Norteamérica, Julio Arrieta, renunciaron para abrir puerta a las autoridades para investigar el virtual ilícito.
En abril, el consejo de administración anunció que “retrasaría indefinidamente” la presentación de los resultados del 2003, ya que el gabinete Ernst & Young seguía auditándolos.
Finalmente, el 4 de junio se disiparon las dudas y Adecco salvó su reputación, al conocerse que no hubo fraude contable.
Las utilidades netas del 2003 habían sumado, limpia y transparentemente, 465 millones de francos suizos, 26% arriba del año previo. El resto del año todo marchó dentro de los números negros.
Sin pena ni gloria
Nestlé, la empresa más importante del sector alimentario suizo, vivió un 2004 sin grandes noticias.
El encarecimiento de las materias primas, la caída de las ventas en Europa Occidental, y sobre todo, un verano poco caluroso, se conjugaron para impactar sus resultados financieros anuales.
Es decir, aunque su facturación siempre sorprende –más de 82.700 millones de francos suizos este año-, sus ventas aumentaron menos del 3% con respecto al año previo.
La noticia dejó mucho que desear para Peter Brabeck, su presidente mundial, quien había estimado un crecimiento en las ventas de entre 5 y 6% para este año.
En la segunda mitad del año, por otra parte, un conflicto sindical le puso otra piedra en el zapato a Nestlé.
Tras 10 años de acumular malas cifras en Perrier, su famosa filial francesa de agua gaseosa, Nestlé decidió recortar 1.047 empleados –de un total de 4.100-, ante la oposición absoluta del sindicato CGT, quien impidió la operación.
Nestlé anunció entonces su interés por vender Perrier. La intervención del entonces ministro de Economía francés, Nicolas Sarkozy, que solicitaba una prórroga y la disposición para reiniciar negociaciones, hizo a Nestlé reconsiderar –al menos temporalmente- la idea de la venta, pero el tema aún no está totalmente resuelto.
Las triunfadoras
Dice la filosofía china que la palabra ‘crisis’ lleva inscrita en el reverso de la moneda la palabra ‘oportunidad’.
Y si bien la economía mundial –y la suiza en consecuencia- no vivieron un extraordinario 2004, las empresas que aligeraron el equipaje e hicieron cambios se beneficiaron.
Una de ellas se encuentra dentro del sector farmacéutico, que vivió una crisis importante de cara al vencimiento de las patentes de sus fármacos más rentables.
Novartis decidió concentrar sus esfuerzos en hacer crecer el negocio de los genéricos y en la investigación de nuevos productos.
Y ante el bajo consumo dentro de ‘casa’, intensificó su política de exportaciones a Estados Unidos y América Latina, mercados que le reportaron jugosas ganancias.
Resultado: las ventas de Novartis rebasaron los 26.700 millones de francos suizos este año, y, lo más importante, sus ganancias superaron los 5.500 millones de francos suizos – 19% arriba del 2003 -, en tiempos en el que muchos de sus vecinos piensan en cerrar y despedir personal.
La única operación fallida de la empresa que preside Daniel Vasella se produjo en el primer cuatrimestre del año, cuando intentó comprar (26.04) a la farmacéutica franco-alemana Aventis. La ganadora fue al final la francesa Sanofi-Sythélabo.
Finalmente, la industria, como sector, consiguió un crecimiento anual superior al 4% -casi el triple que la economía conjunta-, lo que habla de un año que, sin considerarse abiertamente positivo, sí permitió recuperar una parte de lo perdido entre el 2001 y el 2003.
Las perspectivas para el 2005 perfilan un sector empresarial con más oportunidades y también con la posibilidad de generar más empleo.
swissinfo, Andrea Ornelas
En Suiza existen 397.200 empresas de todos los tamaños.
Poco más de 301.000 son PYMES.
Las diez más importantes generaron riqueza al país por unos 201.300 millones de francos.
La totalidad de ellas genera 4,2 millones de empleos estables.
Los gigantes empresariales más importantes del país son Nestlé, Roche, Swisscom, Richemont, Serono, Adecco, Holcim, Syngenta, Swatch, ABB, UBS o el Credit Suisse Group.
Las empresas financieras vivieron un 2004 relativamente estable.
El sector industrial sufrió más descalabros, hubo crisis en el farmacéutico y poco avance en el alimentario.
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