En 2006, menos deuda para los países pobres
Honduras, Bolivia, Nicaragua, Senegal, Tanzania y Mali, entre otros, verán "borrada" este año su deuda con el FMI y el Banco Mundial.
Suiza fue uno de las principales naciones promotoras de esta iniciativa, y desde 1991 es pionera del «desendeduamiento creativo».
Este año, las economías de Benin, Bolivia, Burkina Faso, Etiopía, Ghana, Guyana, Honduras, Madagascar, Mali, Mauritania, Mozambique, Nicaragua, Níger, Ruanda, Senegal, Tanzania, Uganda y Zambia aspiran a aligerar sus cargas financieras.
Si los planes y sus acreedores -el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, y el G-7, que aglutina a las naciones más ricas del planeta- se cumplen, serán el primer grupo de economías emergentes beneficiario de una anulación de deuda externa que supera los 48.000 millones de francos suizos.
Estos pasivos fueron contratados en su momento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, y el Banco Africano de Desarrollo. Y Suiza ha tenido un rol fundamental en un proceso que habrá de materializarse este 2006.
Pobres, más pobres
En los albores del año 2000, las cifras de los países en desarrollo dieron una bofetada al mundo industrializado: más de 1.000 millones de personas vivían con menos de 1,2 francos suizos diarios.
Sólo entre 1970 y el año 2000 –según cifras del FMI- la deuda externa de los países más pobres se multiplicó por 23, para pasar de 96 al equivalente a 2.210 millones de francos suizos.
Una realidad difícil de creer si se considera que hace apenas cuatro décadas estas naciones carecían de deuda externa.
Fue en los 60´s, a partir de la recién estrenada independencia de muchas de ellas (especialmente en África) que comenzó una espiral de endeudamientos que dilapidaron los malos gobiernos, erróneas administraciones financieras, la erosiva inflación y las crisis petroleras.
Esto explica que el inicio del siglo XXI fuera el punto de partida para una iniciativa, los Objetivos del Milenio, promovida por todos los países miembros de la ONU, cuyo objetivo es reducir a la mitad la pobreza extrema del mundo para el año 2015.
El objetivo es ambicioso y aún lejano. Y algunos gobiernos, como el helvético, han decidido ir abriendo brecha con sus propios medios.
Desendeudamiento creativo
Suiza está a favor de la anulación de deuda externa a las economías emergentes más pobres.
De hecho, su cruzada «antiendeudamiento» comenzó una década antes de que fuera una iniciativa generalizada entre los vecinos industrializados.
Concretamente, en 1991, la Confederación Helvética conmemoró su aniversario número 700, y con él echó a andar un programa en favor de los países más afectados por este problema, a partir del esquema de «desendeudamiento creativo».
Para esta último, constituyó un fondo de 500 millones de francos suizos destinados a dos objetivos: cancelar los pasivos bilaterales que sostenía Suiza con naciones pobres, y crear «fondos de contrapartida».
Esto es, una parte de la deuda anulada se convierte automáticamente en un fondo en moneda local destinado a financiar proyectos de desarrollo en beneficio de la población más pobre de cada uno de los países exonerados financieramente por la Confederación Helvética.
Finalmente, esta iniciativa se tradujo en cancelaciones de deuda por un total de 2.000 millones de francos suizos en una década, y por inversiones del orden de los 500 millones de francos del fondo original en naciones en las que el ingreso por habitante es inferior a 700 dólares (unos 840 francos suizos).
Supervisión estricta
Para garantizar el buen uso de los recursos del fondo de contrapartida, se establece un comité conformado por funcionarios suizos y por la sociedad civil del país en cuestión que da seguimiento a los proyectos elegidos para el mejoramiento de la calidad de vida de la población con menos recursos.
Este esquema general de desendeudamiento con los países pobres es operado en Suiza desde hace 15 años por tres agentes distintos:
La Secretaría de Estado de Economía (Seco) está a cargo de definir las estrategias que aplica Suiza en materia de desendeudamiento, las operaciones financieras, la negociación de los acuerdos, y define el monto que se asignará al fondo de contrapartida.
Detrás de ella, la Agencia Suiza para la Cooperación y el Desarrollo (Cosude) materializa el paso siguiente, es decir, gestiona los fondos de contrapartida, establece el reglamento que permite ejercerlos, y define los criterios de los proyectos que financiarán.
Y después, las organizaciones no gubernamentales se involucran en el día a día de los proyectos.
Entre los países beneficiarios hasta ahora se cuentan naciones latinoamericanas como Bolivia, Honduras, Ecuador o Perú; africanas como Egipto, Senegal, Costa de Marfil, Zambia o Tanzania; y asiáticas, como Filipinas.
El Club de París
La política de desendeudamiento helvético se ha valido de un par de herramientas multilaterales para operar.
Una de ellas es el Club de París, este grupo informal de países industrializados, todos ellos acreedores de naciones en desarrollo, que buscan soluciones para las economías emergentes a través de la reprogramación y/o condonación de sus deudas.
El Club de París surgió en 1956, tras una crisis financiera que llevó a Argentina a sentarse a la mesa para negociar con sus acreedores en la capital francesa.
Desde entonces, este grupo que operó para resolver un caso concreto ha firmado ya más de 380 acuerdos con 82 países pobres, sesiona unas 10 veces al año, y trabaja de forma continua en buscar alternativas para aligerar las cargas de los países menos desarrollados.
Suiza es uno de sus integrantes, a la par de Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Holanda y Rusia.
El FMI y el Banco Mundial
Suiza es uno de los 191 miembros de los gemelos de Bretton Woods, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, desde 1992.
Su incorporación a ambos organismos internacionales, basados en Washington, D.C., le ha permitido también ser uno de los actores más activos desde el año 2000 en la llamada iniciativa para los países pobres muy endeudados (conocida por sus siglas en inglés, HIPC) que busca el desendeudamiento multilateral de las economías del tercer mundo a partir del apoyo sobre todo del G-8, al que pertenecen los países más ricos del orbe (Francia, Estados Unidos, Canadá, Japón, Italia, Gran Bretaña, Alemania y Rusia).
En este caso, el objetivo es que la deuda externa de las naciones emergentes más pobres no rebase el 1,5 veces el valor de sus exportaciones, y que el pago de intereses no sea superior al 15% de su presupuesto público anual.
Y siguiendo la experiencia suiza, de modo complementario, se ha echado a andar un programa de lucha contra la pobreza llamado Estrategia para la Reducción de la Pobreza que, en consulta con la sociedad civil, establece estrategias para desarrollar a los sectores menos favorecidos de cada país.
En octubre del 2005 se formalizó la intención del FMI y el Banco Mundial, de condonar deuda por 48.000 millones de francos suizos a las 18 economías emergentes de las que hablamos al principio, iniciativa que la Confederación Helvética celebró ampliamente y para la que pide continuidad en 2006 y 2007.
swissinfo, Andrea Ornelas
· Actualmente, más de 1.000 millones de habitantes en el mundo viven con menos de 1,2 francos suizos diarios.
· Entre 1960 y el año 2000, la deuda externa de los países más pobres se multiplicó por 23.
· Los tres países más beneficiados por la política de desendeudamiento iniciada por Suiza en 1991 son: Costa de Marfil (SFR 362 millones); Perú (SFR 196 millones); y Egipto (SFR 150 millones).
· Suiza aplica desde 1991 un esquema de «desendeudamiento creativo», que elimina la deuda externa bilateral que sostiene con algunos de los países más pobres del mundo, siempre que su PIB per cápita sea inferior a 700 dólares anuales, y estén dispuestos a constituir un «fondo de contrapartida».
· El «fondo de contrapartida» se establece en moneda local, representa un porcentaje variable de la deuda anulada, y se destina a financiar proyectos de desarrollo en beneficio de la población más pobre del país al que se le perdonaron pasivos.
· Adicionalmente, junto con Austria, Dinamarca, Suecia y Gran Bretaña, Suiza lanzó en 1997 un programa de apoyo técnico para reforzar la capacidad de las economías emergentes para administrar su deuda externa.
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