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En América Latina, un rayo de salud embotellado

En Bolivia arrancó el proyecto de desinfección solar del agua para América Latina. (SODIS) SODIS

Unos 76 millones de personas carecen de servicios de agua segura en América Latina y más de 50 millones tienen sistemas con alto riesgo de contaminación.

SODIS está presente en Bolivia, Perú, Ecuador, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, amén de que hay nuevas iniciativas en Brasil.

«La demanda en América Latina en materia de consumo de agua segura y de acceso al agua segura es muy alta y SODIS es una alternativa que puede ayudar de alguna manera», subraya el coordinador del proyecto para América Latina, Marcelo Encalada, desde sus oficinas en Cochabamba (Bolivia).

Recuerda que en el 2001 el Instituto Tropical de Suiza efectuó en la zona de Misque (en el mismo país) una evaluación en 18 comunidades y encontró que entre las familias que empleaban el sistema SODIS se había registrado un decremento promedio de 35% en los episodios de diarrea.

Ahora, con el apoyo del CENSA -centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud en temas ambientales- del Instituto Nacional de Salud Pública de México (INSP), se iniciará este mes de marzo, y por espacio de un año, un vasto programa de evaluación del sistema de Desinfección Solar (SODIS) en Guatemala, Ecuador y Nicaragua.

«La idea es medir el grado de incidencia de la implementación de SODIS en la disminución de enfermedades diarreicas en niños menores de cinco años», puntualiza Olmedo Altamirano, a cargo del programa en Nicaragua.

Bondades y desafíos

Por su parte, el titular de esa estrategia en Ecuador, Diego González, informa que en ese país se desarrolla actualmente una decena de proyectos en zonas que no cuentan con acceso al líquido vital en condiciones seguras y que un suministro semejante es poco probable antes de 10 o 15 años.

Vía telefónica, swissinfo conversó con algunos de los responsables del sistema SODIS en América Latina donde las enfermedades gastrointestinales constituyen una de las primeras causas de mortalidad y en donde se creó, en octubre del 2000, la Fundación SODIS para la región.

Nuestros interlocutores coincidieron en señalar las bondades del procedimiento, hablaron de los problemas que han enfrentado en su aplicación, de las estrategias que han emprendido para superarlas y de los desafíos que implica no sólo el uso de SODIS, sino del conjunto de los mecanismos para mejorar la calidad del agua y, con ello, la salud.

Cambio de comportamiento

«En América Latina estamos actuando de manera diferente a como se difundieron las otras tecnologías en la década pasada -la cloración o la ebullición. Y es que nosotros no estamos difundiendo SODIS como una tecnología en sí, sino como un hábito», destaca Marcelo Encalada.

«Tenemos como meta última, a largo plazo, que la gente tome agua desinfectada los 365 días del año, independientemente de la técnica, porque si no logramos despertar conciencia y crear el hábito entre la comunidad, difícilmente cualquier método puede ser efectivo», añade Altamirano Olmedo.

En la misma óptica, Diego González puntualiza que «más que tecnología, se requiere un cambio de hábito. Hay que ponderar ese cambio, o sea que la gente, igual que barre la casa y bota la basura, practique SODIS acompañado con el lavado de manos».

De ahí que el enfoque utilizado en América Latina para dar a conocer el sistema de purificación solar sea educativo, basado en metodologías de cambio de comportamientos y participativas. De ahí también que en la estrategia de difusión se recurra a la participación de promotores locales, pero sobre todo, de la propia comunidad y, más precisamente, de los niños.

Participación infantil

«Trabajamos con las familias, un proceso netamente personalizado, hacemos un seguimiento vivienda a vivienda cada mes, por lo menos durante un año continuo si queremos lograr la incorporación de SODIS como hábito», comenta el responsable en Nicaragua.

«El trabajo comunitario incluye la participación de alumnos de escuelas públicas, lo que nos ha permitido también conocer el grado de incidencia que tienen los niños entre los adultos», añade.

Explica que «partimos del hecho de que los adultos difícilmente pueden asimilar todo ese proceso de cambios de comportamiento por los patrones culturales y ancestrales que arrastran mientras que entre los niños se pueden ir implementando con mayor seguridad esos cambios y formar nuevas generaciones de ciudadanos con hábitos saludables».

Entre las ideas que algunas comunidades bolivianas, por ejemplo, han mantenido a través de muchos años, está aquella de que el agua más o menos clara es potable o no está contaminada.

«Hemos tenido que entrar en un proceso de concientización de la familia, de decirle; muy bien, el agua también tiene sus riesgos por más clara que esté y sentar un diálogo muy abierto y de educación».

Campañas de recolección

Olmedo Altamirano nos señala que uno de los problemas que ha enfrentado la aplicación de SODIS en algunas áreas rurales de Nicaragua es la falta de botellas de plástico para el almacenamiento y desinfección del agua.

Para resolver esa carencia, los promotores han recurrido, entre otras medidas, a la implementación de campañas de recolecta de los envases y en esas estrategias participan también los jóvenes de las escuelas secundarias.

Otro de los aspectos que coincidieron en destacar nuestros interlocutores tiene que ver con la participación de las autoridades locales en la estrategia de difusión de SODIS.

En países como Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Salvador y Guatemala «los ministerios de Salud nos han abierto las puertas. Realmente están muy conscientes de la necesidad que hay en sus países», enfatiza Encalada.

Y es que, concluye, «quizá lo que más ha motivado a gobiernos e instituciones para poyar la iniciativa SODIS parte de su sencillez y de la necesidad de las de las familias en América Latina».

swissinfo, Marcela Águila Rubín

La Fundación SODIS para América Latina nació en octubre del 2000.

Entre sus objetivos: contribuir al mejoramiento de la salud familiar y escolar y despertar conciencia sobre la necesidad de consumir agua desinfectada y crear hábitos higiénicos.

Más de 50 socios implementan SODIS en 7 países de América Latina: Bolivia, Perú, Ecuador, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala.

Un universo estimado de unas 200.000 personas emplea el método SODIS en América Latina.

SODIS, el sistema de desinfección solar del agua requiere botellas desechables de plástico transparente para tratar el agua y emplea la sinergia de la radiación solar UV-A y la temperatura para destruir los microorganismos patógenos del líquido.

Su aplicación es más efectiva en cantidades reducidas de agua contaminada, por eso se recomienda el uso de botellas plásticas transparentes de refresco o gaseosa. El líquido se vacía en las botellas de plástico y se expone a la luz solar durante al menos seis horas.

Si la temperatura del agua sobrepasa los 50 grados centígrados, una hora es suficiente.

SODIS no es utilizable en todas partes, ya que requiere una cantidad mínima de radiación solar UV-A y el agua tratada también debe ser razonablemente clara, menos de 30 UNT.

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