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En Suiza, gastar será más atractivo que ahorrar

Las medidas para frenar la fortaleza del franco ¿podrían conducir a un proceso inflacionario? Keystone

El tipo de cambio se mantiene en un mínimo de 1,20 francos por euro como lo determinó el banco central el 06.09. Una decisión que incentiva el consumo y frena las inversiones.

El fantasma de la inflación, enterrado hace dos décadas, podría revivir en Suiza. Los expertos difieren sobre la magnitud, pero saben que además de la presión interna también existe un efecto de contagio venido de EEUU y Europa.

“La historia es un incesante volver a empezar”: Tucídides.

Septiembre ha sido para Suiza un mes de grandes decisiones cambiarias.

Y de una resolución tomada en 1978 hay mucho por recordar y aprender.

La Historia del Banco Nacional de Suiza 1907-2007 –en su capítulo La política de la masa monetaria bajo un régimen de tasas flotantes- resume una realidad que bien pudo ser escrita en 2011:

El franco suizo se apreciaba y la presión política iba en aumento. Las empresas amenazaban con cerrar líneas enteras de producción debido a la fortaleza del franco (frente al marco alemán). La cámara baja y los socialistas exigían al gobierno medidas para proteger el empleo.

Y una mañana de septiembre, “Schiltknecht y Rich, del Servicio de Investigación del BNS, emitieron la siguiente recomendación a la Dirección General del banco central: Anunciar que el BNS intervendría tanto como fuera necesario para que el tipo de cambio remontara a 84 centavos de franco por marco”.

Y así se hizo.

La medida, completamente radical, es muy parecida en sus alcances a la que tomó el BNS a principios de este mes.

Nada qué temer: BNS

Desde el  pasado 6 de septiembre, el tipo de cambio es una línea recta en Suiza luego de las sinuosas montañas de los meses previos.

El mercado sigue fiel el dictado de la autoridad monetaria: 1,20 francos por euro. Ni un céntimo de franco menos (luego de que ambas monedas danzaran a la par en agosto). Una estrategia que esboza un nuevo debate:

¿Volverá Suiza a vivir un proceso inflacionario?

Las autoridades económicas opinan que no.

El BNS presidido por Philipp Hildebrand estima que no hay nada que temer. Hace solo unos días, en su Apreciación de la Situación Económica y Monetaria, el BNS afirmó convencido: “No existe en Suiza ningún riesgo de inflación próximamente”.

Y este martes (20.09), el Grupo de Expertos de la Confederación Helvética presentó sus previsiones económicas del otoño, en donde afirma que “el riesgo de inflación es débil en 2012”. Pero acepta presiones llegadas del exterior al afirmar que “habrá impulsiones inflacionistas llegadas del exterior derivadas del repunte de los precios del petróleo, pero estima que serán “limitadas”.

No descartar la inflación

La historia de Suiza, no obstante, ofrece una visión distinta.

En 1978, tras anclar el franco al marco alemán, Suiza enfrentó una espiral de precios que alcanzó una cima de 7,5% en 1981.

Fritz Leutwiler, presidente del BNS de la época, declaró en 1985, cuando se retiró del banco, que“la política cambiaria de 1978 había sido un grave error”.

Una visión que desestima Ernst Baltensperger, profesor emérito en Macroeconomía de la Universidad de Berna, quien asegura que fue una decisión apropiada. “No haberla tomado en aquel momento habría causado serios daños a la economía real suiza”.

En el presente, los expertos privados tienden a pensar que sí habrá inflación.

“Los precios locales aumentan para todos los productos y lo hacen también los salarios”, explica brevemente a swissinfo.ch Arturo Bris, director del Programa de Estrategia Avanzada del IMD de Lausana, sobre la manifestación de este fenómeno económico en la vida cotidiana.

En su turno, el banco helvético Vontobel explica la inflación de esta manera: “La vida se vuelve más cara y que hay que pagar más por comprar las mismas cosas”.

Arturo Bris estima que es previsible un proceso inflacionario en Suiza en el mediano plazo.

El UBS coincide con esta visión. En sus más recientes previsiones sobre la economía suiza afirma que la inflación pasará del 0,3% en 2011 a 1,1% en 2012.

Consultada al respecto por swissinfo.ch, la División de Investigaciones de UBS explica que la inflación será baja en 2011 justamente por la fortaleza que experimentó el franco.

“Esto atemperó los precios de los bienes importados, pero las intervenciones del BNS implicarán riesgos de inflación importantes en el largo plazo y se manifestarán a partir de 2012”, detalla.

¿Razones para inquietarse?

 El banco suizo Vontobel asegura que en un entorno de inflación “aquellos que quieren preservar el valor de su dinero deben interesarse en alternativas que prevean el principio de ajuste de precios”.

En un análisis llamado “La inflación: ¿Cómo protegerse?”, el banco helvético recuerda que la inflación no es un fenómeno nuevo, Europa la ha conocido desde la Primera Guerra Mundial.

Y los grandes ganadores de los periodos inflacionarios de antaño fueron siempre los dueños de hipotecas que vieron “licuadas” sus deudas en poco tiempo. Los préstamos no estaban protegidos contra la inflación, recuerda Vontobel, pero eso ya no sucede en el presente.

Por otra parte, es previsible que Suiza registre el fenómeno de la “inflación importada”, es decir, que se vea afectada también por las presiones inflacionarias que llegan de EEUU y Europa que son cada vez más importantes debido a que sus gobiernos han optado por gastar para reanimar las economías.

Incentivo para gastar

Cuando hay inflación, el incentivo natural es a consumir porque mañana, con el mismo dinero, ya no se podrán comprar las mismas cosas. Con frecuencia, en activos “seguros” como los bienes inmobiliarios.

En Suiza comienza observarse un fenómeno que previsiblemente se acentuará en el futuro, refiere Arturo Bris, el del “arbitraje de chalés”. Sería esperable que aumente la demanda de bienes suizos por parte de extranjeros. Pero también viceversa.

Por ejemplo, explica, un ciudadano francés tendría interés en invertir en un bien inmueble suizo porque las propiedades en Francia aumentarán su precio en el futuro, pero posiblemente a una menor velocidad que en Suiza si esta última registra más inflación.

Y esto es más atractivo que destinar los recursos a una inversión financiera que paga tasas negativas.

Agrega que también se verán más suizos comprando propiedades en Francia o en otros países porque su moneda sigue siendo fuerte y hace interesante la adquisición de propiedades en el extranjero.

Sin embargo, es prematuro hacer balances. “Habrá que esperar un poco más, a finales de año quizás, para hacer una primera evaluación concreta de los efectos de la decisión que tomó el BNS, pero hasta ahora, ha tomado la decisión correcta en cada momento”, puntualiza el experto.

Antes del 06.09, Suiza corría riesgos de deflación, esto es, de una reducción sostenida de precios.

Una inercia riesgosa porque lleva a la población a reducir su consumo (en espera de precios más baratos), lo que frena a la economía en seco por falta de demanda.

Suiza vio las primeras señales. La depreciación del euro abarató los productos de importación y las ventas de bienes, como los automóviles, comenzaron a caer en 2011.

Tras el 06.09, Suiza podría vivir el fenómeno contrario. Primero, como efecto de la decisión que tomó el BNS de imponer un tipo de cambio mínimo. Segundo, porque “importa la inflación de otros países (en 1981, debido al segundo coche petrolero).

En el presente, la zona euro se enfrenta a una inflación anual de casi 3%, comparada con el 0,9% de 2009.

Y Estados Unidos prevé también un repunte inflacionario que impactará a sus socios comerciales.

Al anunciar que el tipo de cambio mínimo en Suiza sería de 1,20 francos por euro, el Banco Nacional de Suiza (BNS) anunció tácitamente que está dispuesto a inyectar tantos francos como sean necesarios al mercado para evitar que la divisa helvética se aprecie en el juego de la oferta y  la demanda internacional.

Esto implica, de ser necesario, poner a andar la “máquina de hacer dinero”.

El objetivo es conseguir que el franco sea menos codiciado y valioso, y con una estrategia de este tipo, el banco central lo logrará. El franco pierde valor frente al euro, pero también frente a otros bienes, como alimentos, ropa, coches, etcétera. Así que estos aumentan de precio, fenómeno conocido como inflación.

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