Mano de obra del Este y del Sur en Almería
Los acuerdos de febrero del 2000 tras la violencia que hizo famosa la región del Ejido no se han cumplido, denuncia el FCE.
Y la prensa suiza vuelve a dedicar espacios a la situación almeriense, tras el anuncio de nuevos ataques racistas contra inmigrantes marroquíes.
La costa andaluza es uno de esos ejemplos europeos del estilo californiano de producción agrícola en el que más de medio millón de ilegales venidos del Zagreb y del África subsahariana muestran los desequilibrios económicos entre la península Ibérica y el continente más pobre del planeta.
Fue en un mes como éste, en febrero del 2000 cuando la violencia opacó la región de El Ejido e hizo que los medios europeos pusieran la mirada en ese gran invernadero de 35.000 hectáreas de cultivos cubiertos bajo plástico, en la máxima zona de producción agrícola de España.
Desde entonces, el Foro Cívico Europeo (FCE) está atento a lo que ocurre en Almería.
En agosto pasado el FCE volvió a recibir informaciones de su organización amiga, el Sindicato de Obreros del Campo (SOC), indicando que la situación en la región empeoraba.
Los actos violentos contra los trabajadores magrebíes vuelven a ocurrir, pero aquel indocumentado que lo denuncie, corre el riesgo de ser deportado, dice Lourdes Méndez, del FCE.
Dos visitas en los últimos 3 meses
En diciembre pasado el Foro quiso ver en situ las condiciones de los trabajadores inmigrantes de El Ejido.
Una delegación con representantes franceses realizó un informe sobre lo constatado, aunque admitió que no pudo hacer una investigación profunda sobre todos los aspectos de la problemática allá, en el sur español.
Y ahora volvió el FCE con una delegación suiza que vio a El Ejido en pleno auge, pues Méndez explica que el mes de febrero es el de mayor producción.
Según el FCE casi nada se ha logrado tras el acuerdo del 12 de febrero del 2000 entre trabajadores inmigrantes, asociaciones empresariales y sindicatos en Almería.
Lo más notorio es el problema del alojamiento para los trabajadores agrícolas, indica Raymund Gétaz del sindicato Uniterre y miembro del FCE.
Según el Sindicato de Obreros del Campo, de los 7.000 empleados agrícolas de origen extranjero que trabajan en los alrededores de El Ejido, la mitad no tienen alojamiento.
Muchos de ellos viven en chabolas o en cortijos que el productor les renta por 3 euros la noche, escribe por su parte Virginia Poyetton, redactora de ‘Le Courrier’ de Ginebra, quien también participó en el viaje a Almería.
“También se destaca el incumplimiento de los convenios colectivos que estipulan el salario fijado para la jornada laboral”, enumera su compañero de viaje, Raymund Gétaz.
Al respecto, Lourdes Méndez comenta: “Nos han contando todo tipo de historias. En vez de recibir los 35 euros al día que deberían recibir según convenio, muchos están recibiendo 30, 25, 20 euros”.
Un fenómeno que no es fortuito en una región en la que ya es un paso adelante el hecho de ser un trabajador regular, bajo un clima de desigualdad que tiene como telón de fondo a medio millón de indocumentados.
Unos 20.000 ‘sin papeles’ se concentran en El Ejido y cada día buscan un empleo, en muchos casos, sin éxito, explica Poyetton en la edición del martes 17 de febrero del periódico ‘Le Courrier’.
El ‘Neue Zurcher Zeitung’, uno de los diarios de mayor circulación en Zúrich, también dedicó un espacio a Almería el 21 de enero pasado con el titular: ‘Moderna esclavitud en los invernaderos españoles’.
Nuevos trabajadores bálticos y del este europeo
Otro punto en cuestión, según Raymond Gétaz es la relación de las autoridades locales hacia esta población inmigrante venida del continente africano.
Por otra parte, un cambio es percibido entre El Ejido del 2000 y El Ejido actual: La composición de la mano de obra agrícola.
Nuevos llegados de Europa del Este y de la región báltica hacen a un lado a los inmigrantes africanos.
Según estimaciones del SOC, actualmente la mano de obra en la región se divide a la mitad, entre estos inmigrantes europeos y aquellos provenientes de Latinoamérica. La otra mitad la ocupan los trabajadores magrebíes y de la llamada “África Negra”.
Pero la nueva procedencia de la mano de obra agrícola sólo habla de la preferencia de los productores por qué a las playas andaluzas siguen llegando las pateras, esas embarcaciones repletas de inmigrantes que buscan mejores oportunidades a las que brinda el continente más pobre del globo.
Y “como España no tiene convenio con los países de la ‘África Negra’ pues las personas que están en España sin documentación no pueden ser expulsadas”, concluye Lourdes Méndez del FCE.
Sobre las preocupaciones del FCE en El Ejido, el Consejero Económico y Comercial de la Embajada de España en Berna, Enrique Godinez escribe a swissinfo:
“Esta Consejería considera que el Foro Cívico Europeo, como otras muchas ONG preocupadas por los derechos humanos, cumple una función importante en su campo específico de actuación y debe ser escuchada y sus denuncias y reivindicaciones atendidas adecuadamente.”
swissinfo, Patricia Islas Züttel
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