«Me quedé en Bolivia porque veía futuro»
José Geissel es un suizo que hace 38 años llegó al país andino con un equipaje de sueños y el firme propósito de convertirse en un agricultor autónomo.
Hoy, a los 67 años de edad, sigue añorando a su patria, pero vive contento en Bolivia, donde ha formado una familia y extendido sus raíces; aunque no todo resultara como esperaba.
Corría aquel referente 1968 cuando el joven José Geissel pisó suelo boliviano tras un largo recorrido que lo llevó a países de Europa, África y Oceanía. «Siempre quise tener tierras y trabajarlas» nos dice don José señalando la razón principal de su aventura.
El reciente encuentro de la comunidad suiza para festejar el día nacional de la Confederación Helvética – el 1 de agosto-, añade un toque especial al repaso de sus recuerdos personales.
No siempre se es profeta en la tierra
Tras graduarse como técnico agrónomo especializado en lechería, José Geissel toma el reto de abrirse camino en ganadería y agricultura, pero el oneroso precio de las tierras en Suiza echan por tierra sus intenciones iniciales.
Cuenta sus pocos recursos económicos y parte en busca de otros sitios más accesibles a sus posibilidades. Ese afán le lleva a países del Viejo Continente, África y a Nueva Zelanda. En ninguno cree haber encontrado las condiciones y cambia brújula: Bolivia es la siguiente etapa.
Encuentro con el café
Después de familiarizarse un poco con el país andino, don José compra –por fin-, tierras en Apolo, Departamento de La Paz. No es el paraíso, pero ofrece perspectivas a su empresa.
La fertilidad de las tierras y los préstamos obtenidos inicialmente le impulsan a plantar y comercializar café, a la sazón favorable en el mercado internacional. El único y gran inconveniente: Apolo carece de comunicación vial y el transporte sólo es posible por aire.
«Llegué a Bolivia con la intención de conseguir tierra, porque la tierra es barata aquí. Pero en vano es barata, porque no se puede desarrollar como en otros países debido a la falta de tecnología», sentencia.
Contratiempos
A pesar de las vicisitudes, en su primer año de cafetalero cosecha 80 quintales de sus cinco hectáreas. El precio es bueno: 1.000 bolivianos por quintal in situ. En los años posteriores incrementa la producción, pero paralelamente baja el precio en el mercado internacional del café hasta tal punto que ya ni siquiera cubre los costos.
Transcurren cinco años de intensa labor en Apolo y hay que buscar nuevos rumbos, cambiar de áreas de trabajo sin dejar el sector agrícola y ganadero. El siguiente destino: Alto Beni, a 500 kilómetros de la ciudad de La Paz.
Otras tierras
Abandonado el café, José Geissel adquiere suelo apto para la ganadería y la agricultura. Pone énfasis en la lechería y la fabricación de quesos, un campo conocido por sus estudios y su origen suizo.
Adicionalmente se dedica a las plantaciones de banano. Las cosas marchan bien hasta la aparición de un gusano que infecta sus plantaciones y pone fin a la buena racha.
Con un gesto de alegría y amargura, don José traza un balance de 15 años vividos en Alto Beni. Quiso hacer mucho en la ganadería, lechería y plantaciones bananeras, pero las características.de un país peculiar como es Bolivia en materia de créditos y administración apresuraron el fin de otra etapa.
Hoy, José Geissel consagra su atención a un pequeño negocio de comercialización de hortalizas y está casi jubilado. Su mayor éxito: una familia compartida con su esposa boliviana Sonia Machicado y sus tres hijos.
No es sencillo avanzar
No estoy hablando contra Bolivia, me gusta Bolivia, pero eso vivo tantos años, pero le falta organización en el área rural de la geografía boliviana: desde el altiplano, los valles hasta el oriente y los llanos».
El comentario es una alusión a los años en los que la corrupción estaba a la orden del día, y a la soberbia de algunos lugareños. Sin ocultar un rasgo de enfado, José Geissel recuerda que la falta de influencias cerraba a muchos las puertas del crédito, mientras otros accedían con facilidad y, a veces, olvidaban reembolsarlos.
A pesar de esas circunstancias adversas, cree que con el cambio de política y la entrega de tierras a los campesinos las cosas pueden mejorar, siempre y cuando no se afecte a quienes tienen propiedades debida y legalmente constituidas.
Esperanza
«Ojalá Dios quiera que pueda mejorar el trabajo en el campo, pero parece que no hay gente con el suficiente conocimiento para encarar proyectos de producción en esta área», señala refiriéndose a la política del presidente Evo Morales.
Geissel es un suizo creyente en Dios y no le agrada que el actual gobierno pretenda anular la enseñaza de la religión católica en el proyecto de educación.
«Si se respeta la religión y la empresa privada será un país que progrese; de lo contrario seguirá postergado», sentencia.
swissinfo, Félix Espinoza R, La Paz.
Originario del cantón de Schwyz, José Geissel es uno de los 903 suizos y doble nacionales que viven en Bolivia.
Bolivia tiene una extensión de 1.098.581 km2; es decir, 26 veces más grande que la de Suiza.
José Geissel está casado desde hce 33 años con Sonia Machicado y tiene tres hijos que también poseen la nacionalidad suiza. Los dos varones viven en Bolivia y la hija en Estados Unidos.
Es técnico agrónomo especializado en lechería.
En los 38 años que radica en Bolivia viajó en cinco ocasiones a visitar a sus familiares en Suiza.
Una dolencia en la cadera le impide emprender un nuevo viaje a su patria, pero sigue de cerca lo que allí ocurre y participa en las votaciones federales.
Argentina y Brasil cuentan con las comunidades helvéticas más grandes en América Latina: 14.931 y 13.878, respectivamente.
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.