Microfinanciamiento: salida digna de la pobreza
La Organización de las Naciones Unidas instituyó este 2005 como el Año Internacional del Microcrédito, una estrategia de apoyo a los desfavorecidos.
Una de las pioneras mundiales en la instrumentación de ese tipo de sistemas, Suiza urge una más amplia participación del sector privado.
“La participación del sector privado es muy importante porque las necesidades en microcréditos -de cerca de 50 mil millones de dólares por año- son muy superiores a lo que las instituciones públicas, incluso con el Banco Mundial, pueden cubrir”.
Christoph Achini, del Departamento de Promoción de Inversiones para Latinoamérica y el Caribe de la Secretaría de Estado de Economía (Seco), explicó lo anterior a swissinfo y añadió que para lograr esa movilización de fondos de particulares es menester ofrecer un rendimiento, aunque sea poco, de sus inversiones.
“Si podemos hacer eso, y creemos que es posible con los microcréditos, seremos capaces de movilizar mucho dinero privado y ese es nuestro objetivo”, precisó nuestro entrevistado, quien subrayó que en el sector en cuestión hay dos aspectos fundamentales: la movilidad de los fondos privados y la sostenibilidad.
Cuidar los mercados
En su calidad de institución pública, Seco cuenta con fondos subvencionados, que, a decir del experto, no pueden ser invertidos en demasía puesto que con ello se afectarían los mercados. Y es que una vez que se introduce dinero subvencionado, los particulares pierden interés en participar dado que eso destruye la rentabilidad y toda la lógica económica.
“Entonces, ¿qué hacemos? No queremos reemplazar el dinero privado, sino más bien movilizarlo. Utilizamos esos instrumentos para ayudar al dinero privado a entrar en ese mercado poco conocido y una vez que logramos hacer eso, nos retiramos, y ese es el principio que se aplica en todos los proyectos de microfinanzas”.
A través de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), Suiza está presente en el sector del microcrédito desde hace unos 30 años. La participación de Seco data de hace alrededor de una década y los programas actuales se desarrollan con el concurso de ambas instituciones.
Mientras que COSUDE se encarga de “preparar el campo” para la instrumentación de los microcréditos, Seco se encarga de multiplicar las inversiones, de consolidarlas.
Ayuda para la autoayuda
Christoph Achini explicó que los microcréditos son, en general, el medio más eficaz para acercarse directamente a los más pobres y ayudarlos con medios económicos que les permiten desarrollar pequeñas empresas.
“Además de que también inciden en su manera de pensar, ya como empresarios. Y, a largo plazo, les ofrecen perspectivas más interesantes, más durables porque no se trata solamente de un donativo único, sino de una perspectiva económica”.
Los microcréditos son proporcionados por agencias locales especializadas que originalmente eran ONG y que se fueron transformado en instituciones bancarias.
“Con las inversiones que se hacen en esos bancos y con el dinero que se les ofrece para que otorguen créditos a los más pobres, hay también una transferencia de conocimientos. Es decir, se trata de desarrollar recursos humanos para que esas instituciones ofrezcan un servicio cada vez mejor”.
¿Se justifica que los pobres paguen?
Al aspecto crítico sobre si se justifica lograr un rendimiento económico con las personas pobres a las que están destinados los microcréditos, el especialista de Seco respondió con un rotundo sí.
Explicó: “Si podemos probar que inclusive esas gentes pobres son capaces de pagar un crédito con un pequeño interés, son empresarios serios, empresarios económicamente viables y eso es lo que queremos crear. Y aquí regresamos al principio: no queremos dar dinero como regalo. Queremos ayudarlos a convertirse en empresarios con un futuro sostenible».
Año Internacional del Microcrédito
Con el objetivo de promover en todo el mundo esta herramienta de lucha contra la pobreza, la Organización de las Naciones Unidas declaró este 2005, Año internacional del Microcrédito. Inquirido acerca del impacto de una decisión semejante en los programas que Suiza lleva a cabo en el sector, Christhoph Achini respondió:
“Esa medida nos permite presentar en los países pobres, pero también aquí en Suiza, lo que estamos haciendo en el renglón. Tenemos prevista una exposición itinerante, a través del país, con uno de nuestros proyectos, el ‘Responsability Microfinances Fund’, que ilustra lo que hacemos”.
Para el especialista de Seco, el sector microfinanciero está cambiando ahora, y en los años a venir experimentará cambios aún más radicales.
“Es el momento en el que los capitales privados entran”, insistió. “No es que Seco vaya a retirarse pero tenemos más posibilidades de ayudar a los particulares a entrar masivamente en este sector, porque todas las condiciones están dadas. Tenemos los instrumentos técnicos, además de que hemos visto que hay una rentabilidad positiva y ahí el sector privado está interesado”.
swissinfo, Marcela Águila Rubín
El compromiso global de Suiza en materia de microcréditos se sitúa entre 20 o 30 millones de dólares que tienen un efecto multiplicador, puesto que movilizan fondos privados.
Suiza se encuentra entre los primeros países del mundo en haber instrumentado este tipo de programas, con COSUDE hace unos 30 años y con Seco desde hace cerca de una década.
Según estimaciones del Banco Mundial, se requieren 50 mil millones por año para apoyar a los microcréditos.
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