Nuevos riesgos para el franco, UBS y Credit Suisse
El Banco Nacional Suizo (BNS) mantiene sin cambios las tasas de interés y afirma que la crisis de endeudamiento de la zona euro no ha concluido, lo que renueva las presiones sobre el tipo de cambio y el sector exportador.
El banco central pide al UBS y Credit Suisse que reduzcan su exposición al riesgo y aumenten las reservas que están diseñadas para enfrentar pérdidas en caso de nuevas crisis.
El Banco Nacional Suizo (BNS) hizo un balance minucioso sobre el estado que guardan la economía y el sector financiero helvéticos a junio de 2011.
Lo bueno: la economía suiza avanza a buen ritmo y crecerá un 2% como mínimo en 2011 debido a la robusta demanda interna y al ritmo positivo que aún registran las exportaciones.
Lo malo: se multiplican los riesgos llegados desde el exterior.
Concretamente, la dispar recuperación de EEUU, los estragos de la crisis griega y el elevado endeudamiento de la zona euro hacen mella en casa.
El franco suizo alcanza nuevos niveles históricos de apreciación frente al dólar y el euro, y se renuevan los temores con respecto al futuro del sector exportador y el mercado hipotecario suizos.
Un entorno que limita el margen de maniobra del banco central y que lo llevó este jueves (16.06) a anunciar que mantiene sin cambios su tasa de interés de referencia (Libor a 3 meses), que seguirá fluctuando entre 0,0 y 0,75%.
El BNS advierte, no obstante, que esta política monetaria expansiva no será sostenible en el largo plazo porque aumentan las presiones inflacionarias venidas del exterior.
Un panorama complejo
Este jueves, Philipp Hildebrand, presidente del BNS, entregó a los mercados financieros un triple diagnóstico: la Apreciación sobre la situación económica y monetaria del país, el Informe sobre la estabilidad financiera en 2011 y una evaluación sobre los Bancos Suizos en 2010.
Documentos que, sin ser pesimistas, recogen las inquietudes de un BNS que exhorta a los principales protagonistas del sector económico a ser cautos de cara a los embates que llegan del exterior.
La recuperación internacional sigue su curso, aclaró Hildebrand durante una conferencia de prensa, pero el panorama se ha ensombrecido durante las últimas semanas.
Por el momento, la economía suiza se ha visto beneficiada por una demanda robusta (interna y externa), pero los márgenes de ganancia de sectores como el exportador, se reducen constantemente debido a la apreciación del franco frente a divisas como el dólar o el euro.
Por otra parte, dijo, la inflación que registran las materias primas a escala internacional permite anticipar presiones sobre los precios –en Suiza- y se mantiene la amenaza de un calentamiento del sector inmobiliario.
Así, los temores de una inflación dle 2% antes del 2013 crecen a pasos agigantados, lo que obligaría al banco central a endurecer su política monetaria, aunque esto tendría efectos adversos sobre el crecimiento y el franco.
La sombra de Grecia
En su turno, Jean-Pierre Danthine, miembro de la dirección general del BNS, habló sobre Grecia y los riesgos que entraña para Suiza.
“La crisis de la deuda soberana ha empeorado durante el último año en Europa”, dijo y añadió que cada vez es más costoso para los países endeudados de la zona euro salir a financiarse directamente a los mercados (porque éstos han perdido confianza en su capacidad de pago).
“Las primas de riesgo sobre créditos de países como Grecia, Irlanda o Portugal aumentaron de nuevo. Y los temores de contagio están presentes”, afirmó.
Esta inestabilidad ha provocado una desbandada de capitales rumbo a Suiza, con el inevitable efecto de revalorización de la moneda helvética.
Danthine recordó que para frenar la apreciación del franco en 2008 y 2009, el BNS tomó medidas de política monetaria contundentes (vender francos y comprar otras divisas).
Esta decisión implicó cuadruplicar en dos años las reservas del banco central en otras divisas, para llevarlas de 50.000 a 200.000 millones de francos.
Una estrategia que hoy, reconoció Danthine, genera al BNS pérdidas (porque son monedas que pierden valor constantemente frente al franco), y las pérdidas continuarán en los meses por venir.
Llamado a UBS y Credit Suisse
Los bancos han avanzado en la tarea de sanear sus finanzas internas, mejorar su nivel de utilidades y fortalecer sus reservas en el pasado reciente, pero no han hecho aún lo suficiente.
Thomas Jordan, vicepresidente del BNS, afirmó que el entorno que enfrentan es inestable “y podría deteriorarse aún más en los meses próximos”.
Por ello, aunque los bancos han mejorado sus utilidades y, en general, su salud financiera, deben prepararse para enfrentar los efectos de la incertidumbre que persiste.
Jordan se dirigió expresamente al UBS y Credit Suisse, a los que el BNS pidió manejarse con una gran cautela. Lo mismo en la toma de decisiones vinculadas al otorgamiento de créditos hipotecarios, que en la constitución de fondos propios para enfrentar pérdidas en caso de crisis.
Proteger a los contribuyentes
Todas las medidas de precaución y protección que el banco central defiende tienen, en opinión de Philipp Hildebrand, un doble objetivo común: proteger a la economía suiza y, sobre todo, a sus contribuyentes.
“Hemos visto que en toda crisis económica grave, es el país con problemas el que paga los daños. En Irlanda, por ejemplo, el coste del ajuste ha recaído sobre los contribuyentes.
“En Suiza, queremos una plaza financiera competitiva, pero también responsable, ya que de presentarse una nueva crisis serían los contribuyentes helvéticos los que tendrían que pagar.
“En el terreno práctico, la globalización termina en el momento en el que un país cae en problemas, porque a partir de ahí es su población la que debe pasar a la caja a pagar”, puntualizó.
Los temores derivados de la crisis griega asestaron un nuevo golpe a la divisa de la zona euro frente a su homóloga suiza.
Este jueves, a inicio de jornada, se intercambiaban 1,1996 francos por euro, un nuevo nivel histórico. Para las 11h00, el tipo de cambio se había ajustado ligeramente y la paridad se ubicaba en 1,2044.
La fragilidad del euro está ligada a los temores de que la agencia calificadora Moody´s reduzca la nota que otorga a tres bancos franceses porque su exposición al riesgo en el mercado griego es elevada.
Y también a la incertidumbre que genera la formación de un nuevo gobierno que anunció el pasado miércoles (15.06) el primer ministro socialista griego, Yorgos Papandreu.
El BNS destacó los riesgos de un calentamiento del mercado hipotecario. “Es posible que los precios del mercado inmobiliario experimentan una corrección importante en el mediano plazo; lo que se acompañará de un tropiezo en el mercado hipotecario que amenazará la estabilidad financiera general”.
El banco central y FINMA, la autoridad supervisora de los mercados financieros, refuerzan la observación del mercado hipotecario.
Pero las instituciones bancarias deben actuar con mesura en el otorgamiento de créditos a la vivienda.
La Asociación Suiza de Banqueros (ASB), estimó el BNS, puede contribuir a reducir los riesgos vía la emisión de reglas más estrictas para el otorgamiento de dichos préstamos.
El Banco Nacional Suizo (BNS), en su calidad de banco central, es el encargado de dirigir la política monetaria del país. Vela por la estabilidad del franco suizo, y es el banco del gobierno: administra sus cuentas y le presta recursos cuando la Confederación Helvética así lo requiere.
El tipo de cambio es un precio más: el de una moneda frente a otra.
En Suiza, por decisión del banco central, el precio del franco suizo -paridad frente a otras monedas- está fijado por la oferta y la demanda.
Durante los últimos dos años, un volumen importante de capitales extranjeros se ha dirigido a Suiza para invertirse en francos, una moneda considerada segura. Esto ha conllevado la apreciación del franco.
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