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Pro Specie Rara, 25 años por la biodiversidad

La vaca gris pertenece a una raza robusta y adaptable.

El centro de Berna se convirtió durante dos días en huerto y establo con plantas y animales raros que sorprendieron a los propios suizos.

Había berenjenas blancas, cabras con botas y variedades de papas que están tan adaptadas al suelo suizo que se han ‘helvetizado’.

La Plaza del Orfanato (Waisenhausplatz) en Berna fue escenario de la exposición organizada por la Fundación Pro Specie Rara (PSR), que este año celebra su 25° aniversario.

Su director, Béla Bartha, señaló a swissinfo, que el principal logro de esta fundación en su cuarto siglo de vida fue haber rescatado de la extinción a muchas variedades de plantas de cultivo y a varias razas de animales útiles al hombre.

“Hemos realizado un trabajo pionero. Antes de que existiera Pro Specie Rara había muchas razas en Suiza que estaban al borde de la extinción, una de ellas era la vaca friburguesa con manchas, muy tradicional y que alguna vez fue muy expandida en nuestro territorio.”

Desde que existe nuestra fundación, no ha habido una raza que se haya perdido en este país, señala Bartha con inocultable satisfacción. “También tenemos una gran colección de plantas de cultivo que en Suiza tienen gran importancia, entre ellas las patatas y los frijoles, que hasta hoy se mantienen intactas.”

Especies que están en estantes y restaurantes

Bartha explica que el trabajo de Pro Specie Rara (PSR) es apoyado por productores y consumidores. “Cada persona que ha empezado a cultivar alguna de estas plantas en sus jardines y huertos privados ha podido ver que el fruto de su trabajo se exhibe en los estantes de los mercados al menudeo como Coop”.

También hay pequeñas tiendas biológicas receptivas a estos productos, e incluso restaurantes como Vatter, cuyo menú incluía estos dos días platos preparados con productos rescatados por PSR. Así, en vez de ensalada de papas blancas, ofrecía ensalada de papas de color violeta.

“Estamos tratando de que nuestros productos formen parte del comercio normal. Los consumidores han reaccionado positivamente”, señala Bartha, quien considera que la liberalización del mercado es un fenómeno relativamente nuevo en Suiza y que hasta el momento no ha tenido mayores efectos.

“En estos momentos, el comercio de nuestros productos está en incremento. Estamos muy concentrados al mercado suizo, también en la producción, y por eso, hasta ahora no hemos sido afectados por la liberalización del mercado”.

Especialidades suizas

Gertrud Burger no comparte totalmente esta opinión. “En estos momentos en que la agricultura suiza tiene problemas por la competencia internacional, los campesinos pueden desarrollar especialidades a partir de estos productos. Es una oportunidad para que se abran nuevos mercados”, sostiene la integrante del comité directivo de PSR.

Preguntado por las características que debe tener una variedad de planta para ser considerada una especie rara suiza, Bartha dice: “Tenemos gran cantidad y variedad de plantas de cultivo que son originariamente de otros países y otros continentes”.

Las papas, por ejemplo, se han convertido en una planta de cultivo suiza. Desde el siglo XVII se cultiva en grandes áreas y se ha adaptado a las condiciones climáticas alpinas. “Las papas que tenemos no son comparables a las que alguna vez vinieron de Bolivia y Perú. En estos cientos de años han evolucionado”, según Bartha.

Papas rojas, violetas, amarillas… casi como en los Andes

“Aquí presentamos doce variedades, pero actualmente preservamos unas cien variedades muy antiguas”, indica Philipp Holzherr en referencia al local donde se exhiben los tubérculos de formas redondeadas y alargadas con tonalidades rojas, violetas o amarillas.

«Son variedades que se cultivan desde hace unos 400 años en zonas alpinas, en valles únicos, y por ello muchas son locales. Tienen cualidades muy diferentes, reaccionan de manera distinta a la cocción y debido a esto, algunas resultan ser más adecuadas para la elaboración de ciertos platillos», agrega Holzherr, jefe de proyectos de plantas de jardín y de cultivo de PSR.

“Es importante preservar estas variedades porque son un tesoro de nuestra diversidad. Más adelante pueden ser útiles además para crear otras variedades que se adapten mejor a las nuevas exigencias climáticas, dice finalmente Holzherr, quien aprende español para viajar alguna vez a los Andes, la cuna de la papa.

Suiza, el paraíso de las manzanas

La Confederación Helvética posee una gran biodiversidad de manzanas. Son unas 1.000, pero la mayoría no se puede comprar en las tiendas, sino que se encuentra en árboles únicos en nuestro paisaje, expresa Gertrud Burger, también jefa de la sección de plantas.

Ella refiere que en los últimos años se ha terminado de hacer un inventario de los frutos suizos, financiado por las autoridades federales helvéticas. “En total tenemos 2.000 variedades de frutas, incluyendo manzanas, peras, ciruelas, cerezas… esta gran variedad muestra la gran tradición que tienen estas plantas entre nosotros”.

Sin embargo, reconoce que las manzanas también tienen gran tradición en otros países, como España. “Allí se hace la famosa sidra que se consume en bares y restaurantes. Su producción y consumo es casi un arte.”

Pro Specie Rara es una fundación única en su género porque preserva tanto plantas de cultivo como razas de animales útiles al hombre. “En el extranjero hay fundaciones y asociaciones que realizan un trabajo similar, pero se ocupan o de animales o de plantas, precisa Bartha.

PSR forma redes internacionales con esas organizaciones y participa de los encuentros. “Se podría hacer mucho más, pero a veces faltan los recursos financieros y el tiempo. La última vez, en Halle (Alemania), nos reunimos varias ONGs y hubo representantes de organizaciones privadas de Bolivia. El movimiento para preservar especies raras es mundial”.

La fundación PSR tiene su sede en Aarau, en la parte germanoparlante de Suiza. “Pronto abriremos un nuevo centro en el Tesino, en la Suiza italófona, y otro más en el Jardín Botánico de Ginebra, en la Suiza francófona, para fortalecer nuestra presencia a escala nacional”, dice Bartha.

La exposición en Berna fue visitada por muchas personas, especialmente por familias con niños, que no cesaban de acariciar al caballo Freiberger, oriundo de las zonas montañosas del Jura, o a la cabra montañesa Grigia, que ya no está más sola como hace décadas, sino acompañada de otros 200 congéneres en toda Suiza.

swissinfo, Rosa Amelia Fierro

Con su trabajo de conservación que comenzó hace 25 años, PSR conserva la variedad de la culinaria suiza y asegura la provisión de alimentos de las futuras generaciones.
La Fundación hizo un trabajo pionero y se ha convertido en una organización para la conservación reconocida en Europa.
En el trabajo de PSR participan la Oficina Federal de la Agricultura, 6.000 donantes, fundaciones privadas y el mercado Coop.
La ciudad de Berna fue una de las patrocinadoras de la exposición.

Pro Specie Rara ha salvado y conserva a 26 razas de animales útiles, 900 plantas ornamentales y de cultivo, 1.800 clases de frutas y 450 variedades de bayas.

La gallina barbuda de Appenzell, la cabra real, la vaca Evolèner y el caballo Freiberger, fueron la gran atracción de los chicos.

En cambio los adultos mostraron gran interés por plantas como las peras en miniatura o las variedades de hierbas, berenjenas y pimientos multicolores.

El próximo 21 de octubre de 2007, PSR organiza un mercado similar al de Berna en la ciudad de Zofingen.

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