‘Sipacapa no se vende’
Es el título deL documental que muestra la consulta popular de la comunidad de Sicapaca en la que se rechazó la actividad minera en su territorio y que Magalí Rey trajo consigo a Suiza.
La ecologista guatemalteca recordó que el oro extraído actualmente en los países del Sur «no brilla, tiene el color de la sangre de los pueblos donde se le explota».
Con una labor de 25 años en la defensa de la naturaleza de Guatemala, Magali Rey afirma que tras la firma de los acuerdos de paz hace diez años, los ecosistemas están bajo mayor presión a causa de los «proyectos de desarrollo» que no respetan a la naturaleza, ni a la gente que vive en Guatemala.
swissinfo: ¿A qué se debe su visita en Suiza?
Magali Rey: Yo trabajo en el colectivo Madre Selva en el que desde hace más de dos años estamos trabajando en el tema de la minería moderna, la minería química.
El territorio centroamericano entero está bajo la mira de las compañías mineras, sobre todo, para la extracción de oro.
swissinfo: Compañías minerías internacionales…
M. R: Transnacionales, sobre todo canadienses, estadounidenses, algunas sudafricanas se han visto por allí.
swissinfo: ¿Cuál es la denuncia ante la llegada de estas compañías?
M. R.: Lo que más nos preocupa es que este tipo de explotación pone en altísimo riesgo tanto a los ecosistemas como a las poblaciones guatemaltecas, que de por sí ya estaban viviendo en esquemas de explotación, de desigualdad social y de racismo.
Estos proyectos lo único que van a hacer es empeorar las condiciones que no se lograron componer tras 36 años de guerra, que ha diez años de la firma de los acuerdos de paz no ha mejorado para nada la situación de estas poblaciones y que nosotros como ecologistas vemos que este nuevo esquema de explotación de los recursos naturales van a colocar a estas poblaciones en una vulnerabilidad mayor.
La aflicción nuestra es que en nuestro país no se trata el tema ecológico con ninguna seriedad. Que nuestro gobierno ha vendido una idea de que las cosas están mejorando para la gente de Guatemala y que tristemente eso no es cierto.
swissinfo: ¿Por qué la mirada de mineras extranjeras hacia Guatemala?
M. R.: La razón por las que las compañías transnacionales mineras están mirando hacia Guatemala, y hacia todo el territorio centroamericano, es porque en el mundo, los grandes yacimientos de oro están prácticamente agotados, pero la nueva minería química de oro tiene la capacidad de extraer de la roca con el uso del cianuro diminutas partículas de oro. Para sacar una onza de oro se tienen que destruir entre una y tres toneladas de roca.
Esta capacidad de sacar el oro que está en partículas en las rocas ha hecho que las grandes trasnacionales busquen los países que tienen una institucionalizad débil, que no tienen un gran aprecio por sus recursos, o por sus tierras, o por sus poblaciones. Donde se puede corromper fácilmente, donde le trabajo humano no cuesta nada, además se les entrega el agua gratis. Y nuestras leyes están hechas por las compañías mineras.
Para explicar, por ejemplo, ellas van a dejar el 1% de las regalías que sacan, pero no tienen ningún tipo de fianzas o seguros que pagar para componer los desastres que van ha dejar tras de sí.
Es decir, las compañías mineras, llegan, sacan el mineral en 10, 15 años y se van. Las poblaciones se quedan sin tierra, sin agua, sin posibilidades de hacer otras actividades porque en los territorios donde se hace minería a cielo abierto se rompen, quitan montañas completas y se dejan millones de toneladas de roca triturada con un montón de químicos, una sopa tóxica.
swissinfo:¿Agua gratis? ¿de cuánta agua estamos hablando?
M. R.: Para dar un ejemplo, en una concesión minera en la evaluación de impacto ambiental, dicen que van a usar 250.000 litros de agua por hora, en una región donde habitan 30.000 campesinos que usa entre 20 y 30 litros de agua diario.
Esa capacidad de las mineras de sacar el agua, de usar el agua que lo más probable es que va a quedar contaminada, es lo primero que nos preocupa.
swissinfo: ¿Qué ocurre en Sipacapa?
M. R.: Los sipacapenses son 14.000 y tienen una cosa que los distingue: un titulo de propiedad sobre sus tierras en la montaña, no son de las más productivas, pero tenían paz.
El proyecto minero les fue impuesto. No les informaron, no les consultaron. Incluso el Banco Mundial dio dinero para este proyecto y afuera han sostenido que la población de Sipacapa estaba de acuerdo. No. Sólo estaba de acuerdo el alcalde.
Cuando el pueblo se da cuenta de lo que se viene encima, le piden al presidente Berger que haga un recurso de nulidad, que decrete que el proyecto les va a afectar. El presidente jamás les escucha, ni siquiera les contesta.
Este pueblo ha hecho todo lo que ha podido dentro del esquema legal para impedir que se sigan violando sus derechos desde el momento en el que se entregó la concesión de explotación.
swissinfo: ¿En qué momento se entregó la concesión?
M. R.: La concesión la firmó el presidente Portillo unos días antes de salir de la presidencia. Pero este gobierno sigue en el esquema de entrega de territorios guatemaltecos.
Se hizo un problema nacional, incluso se llegó a un proceso que hizo escándalo en el mundo porque para pasar un cilindro de la minera, una alcaldesa indígena en el camino se opuso, secuestraron el cilindro y pidieron una tregua, una negociación.
Le dijeron al gobierno que «los pueblos indígenas no vemos bien la minería porque atenta contra nuestra cosmovisión».
Para los pueblos indígenas, Dios esta en las montañas. De las montañas baja el agua. Eso no se puede hacer con la madre Tierra.
swissinfo: ¿Su voz ha sido escuchada?
M. R.: No. El gobierno no quiso el diálogo y varias semanas más tarde mandaron a un contingente de 1.300 soldados y policías. Murió un muchacho a balazos y estalló la conflictividad minera.
El presidente se vio obligado a establecer una comisión de alto nivel que tiene dos bandos muy bien diferenciados: uno lo comanda el Ministerio de Energía y Minas, la parte oficial, y el otro lo comanda el cardenal de Guatemala, Rodolfo Quezada Toruño, quien fue la primera voz de una institución fuerte que se levantó diciendo: «el esquema minero que están imponiendo no está bien».
swissinfo: ¿Qué ha pasado desde entonces?
M. R.: Lo primero que se hace evidente es que la ley de minería está fatal, está diseñada para los mineros. Entonces esta comisión se pone a estudiar la ley y a hacer unos principios de la ley de minería y el gobierno promete que no va a entregar concesiones mineras de explotación.
Desafortunadamente, hace un mes conseguimos un documento del Ministerio de Energía y Minas en el que se demuestra que el gobierno ha entregado 162 concesiones para la exploración y 6 concesiones para explotación, entre ellas varias licencias de minería de oro y una de níquel muy grande Y entre las de exploración, una incluso de uranio.
Con esta nueva situación hay muy poca confianza de que el gobierno vaya a honrar sus promesas de que realmente tiene voluntad de hacer una nueva ley de minería que sirva a los intereses del pueblo guatemalteco.
swissinfo: ¿Cuál es la posición de los legisladores?
En estos momentos se está estudiando en el Congreso la posibilidad de cerrar las concesiones. Esto puede tomar meses y entre tanto, el Ministerio de Energía sigue pasando concesiones. También tiene una nueva propuesta de ley. Yo creo que no van a sacar una ley mejor, sino lo que están haciendo es comprar tiempo para negociar mientras que ellos están otorgando otras concesiones.
Observemos que estamos a punto en Guatemala de firmar tratados de libre comercio. Si se firman esos tratados, el gobierno va a tener la excusa perfecta para que esas concesiones de exploración se conviertan casi automáticamente en concesiones de explotación.
Y quiero ofrecer un ejemplo del peligro que esto significa: la Glamis Gold tiene una concesión de explotación de oro muy parecida como la que tiene en Guatemala en California (EE UU). El Estado de California consideró que lo que ellos querían hacer no era ambientalmente factible, que era muy peligroso. Entonces los tienen demandados.
swissinfo: ¿Qué se puede hacer?
M.R.: Lo más importante es informarse. Podría ser que yo tuviera intereses como dicen en Guatemala y yo estuviera aquí haciendo un trabajo de desinformación: Hay información en el mundo y esa es una de las cosas positivas de la globalización que permiten entender cómo operan las compañías mineras en cualquier lugar.
Están sufriendo el mismos tipo de problemas que los guatemaltecos en Indonesia, en Perú, en Ghana.
Si uno estuviera interesado en un país como Guatemala también hay información. Desgraciadamente, los medios, como en todas partes, sacan información parcial.
Si el interés le prende puede solidarizarse y hay dos formas de hacerlo. Uno, estando atento a los momentos políticos para ayudar con la presión. Y otro, ayudando con apoyo monetario: Estos son pueblos sumamente pobres y se les puede ayudar a través, por ejemplo, de los comités de solidaridad.
Y creo que la tercera opción, y ahora si hablo desde la perspectiva del pueblo suizo, por ejemplo, es darnos cuenta que el oro es un metal que no es indispensable para la vida. Ochenta por ciento del uso del oro es para la joyería o para la especulación. Sólo un pequeño porcentaje es realmente necesario.
Darnos cuenta que este oro no brilla, tiene el color de la sangre de los pueblos donde se le explota. También es una forma de decir: «Yo no voy a comprar más oro sucio». Yo creo que ya no hay oro limpio a estas alturas. Es importante que nos demos cuenta que cada persona puede hacer un poquito.
swissinfo, Patricia Islas Züttel
La extracción y exportación de oro inició a finales del año pasado en el departamento guatemalteco de San Marcos, donde se encuentra el proyecto minero Marlin, de Montana Exploradora S.A., subsidiaria de la compañía canadiense Glamis Gold.
Se calcula que la minera Marlin producirá entre 23 a 27 millones de toneladas de residuos.
El próximo 18 de junio se cumple un año de la consulta popular del municipio de Sicapaca que arrojó un ‘no’ rotundo a la explotación minera en su territorio.
Los ciudadanos de Sipacapa esperan desde hace casi un año una respuesta a su consulta.
En tanto, ya la minera de Montana Exploradora comenzó a trabar en sus terrenos.
En Suiza y otros países europeos se exhibe actualmente la película documental ‘Sipakapa no se vende’, testimonio del ejemplo democrático del pueblo de Sipacapa.
El sitio de la red de Glamis Gold plantea que la mina Marlin de combinación a cielo abierto y subterránea producirá aproximadamente 2.1 millones de onzas de oro y 29.2 millones de onzas de plata.
La producción anual será de cerca de 190,000 onzas de oro (225,000 onzas de equivalente de oro) anualmente a un costo total en efectivo proyectado de $101 por onza.
A modo de comparación, los costos totales en efectivo para las operaciones de Newmont Mining Corp. Nevada (Estados Unidos de Norte América) de oro fueron de $235 por onza en 2003.
Los proyectos de explotación minera financiados por la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial en los países en desarrollo se sostienen sobre estándares ambientales mucho más débiles que aquellos en los países desarrollados.
(Información extraída de la revisión del especialista Robert E. Moran sobre el Proyecto Glamis Gold Marlin.)
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