Suiza, abierta a la anulación de la deuda
La Confederación es favorable a la anulación de la deuda de 18 países pobres recientemente decidida por el G8, grupo de los países más industrializados del planeta.
Tal es el resultado de una primera evaluación realizada por la administración federal. Esta iniciativa podría costar a Suiza cerca de 30 millones de francos por año.
«Es una clave esencial de la lucha contra la pobreza, pero no es lo única», considera Serge Chappatte, subdirector de COSUDE, al resumir el análisis recién efectuado por el Ministerio de Finanzas, la Secretaría de Estado de Economía (SECO) y la Agencia Suiza para la Cooperación y el Desarrollo (COSUDE).
Adoptada a mediados de junio por los ministros de Finanzas del club de los países ricos, la iniciativa será, según se prevé, aceptada oficialmente en la Cumbre del G8, el próximo 6 de julio en Gleneagles (Escocia).
En una primera etapa, 18 países (entre los cuales 14 africanos) podrán borrar la totalidad de las deudas contraídas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Africano para el Desarrollo (BAD): un total de 40.000 millones de francos.
Otros 20 países –siempre entre los más pobres del planeta- podrán recibir el beneficio de una medida semejante que ascendería a 15.000 millones de dólares, siempre y cuando satisfagan los criterios de selección.
Mayor transparencia
Como lo subraya Serge Chapatte, el G8 retomó las condiciones planteadas en el marco de una operación precedente de desendeudamiento (instrumentada por el FMI y el BM en 1966) y entre las cuales figura el buen gobierno, la democratización, la lucha contra la corrupción y la disciplina presupuestaria.
Esas condiciones son, en efecto, esenciales para que una medida de tal naturaleza no sea vana.
El responsable de COSUDE subraya que Suiza está muy abocada al fortalecimiento de las capacidades de manejo de la deuda en los gobiernos del Sur.
«También habrá que velar porque los montos derivados de la supresión de la deuda sean invertidos en la lucha contra la pobreza», subraya Serge Chapatte.
Contribución suiza
«Carecemos aún de información sobre la aplicación de esta iniciativa del G8. Sin embargo, las instituciones financieras (FMI, BM, BAD) no deben salir debilitadas por este programa», precisa Serge Chappatte.
Por esa razón los Estados miembros de las instituciones de Bretton Woods deberán compensar lo esencial de esa supresión de deuda, y ello en función de las partes de las acciones.
En ese caso, la contribución helvética sería de entre 25 y 30 millones de francos por año durante una década aproximadamente, señala Chappatte.
Considerando el estado de las finanzas federales, esos fondos podrían provenir del presupuesto de la cooperación helvética. «Corresponde al gobierno suizo decidir este asunto, pero esperamos que una parte de ese monto proceda de recursos suplementarios», subraya el subdirector de COSUDE.
El experto en materia económica de la ONG Comunidad del Trabajo de las Obras de Ayuda (que reúne a las principales organizaciones suizas de apoyo al Tercer Mundo), Bruno Gurtner, comparte esa posición.
Asimismo, expresa su beneplácito por la decisión del G8: «Es un paso en al dirección correcta. Pero habrá que ampliarlo a otros países del Sur, fuertemente endeudados; es decir, entre 40 y 60 Estados».
Sin embargo, Bruno Gurtner teme las condiciones que podrían ser impuestas a los países candidatos al plan de desendeudamiento. «Con sus programas de ajuste estructural –incluso modificadas tras las campañas de las ONG-, las instituciones de Bretton Woods insisten demasiado en la desregulación de los mercados», asegura el economista.
Serge Chappatte recuerda a su vez que esos asuntos figuran en las negociaciones de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC). No obstante, estima también que las políticas de desarrollo proclamadas por las instituciones multilaterales deberían dar lugar a enfoques más diferenciados y específicos para cada país.
swissinfo, Frédéric Burnand, Ginebra
(Traducción, Marcela Águila Rubín)
El G8 reúne a los siete país más industriales del planeta (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Canadá, Italia) y desde 1997 a Rusia.
Suiza está entre los pioneros del desendeudamiento de los países pobres.
En los años 90 lanzó programas para la anulación de las deudas contraídas por algunas naciones del Sur con la Confederación.
Suiza ha contribuido mucho al lanzamiento, en 1996, de un programa para aliviar la deuda multilateral de los países del Sur (HIPC) con el FMI y el Banco Mundial.
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