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Suiza camino a los precios bajos

Hacer la compra en un supermercado suizo es más caro que en los países vecinos. Keystone

El Gobierno helvético propone abrirse unilateralmente a la entrada de productos de la Unión Europea (principio Cassis de Dijon), lo que abarataría todo tipo de bienes.

La reforma, en manos del Parlamento, permitiría a los suizos resarcir un poder adquisitivo mermado desde hace 12 años.

Vista desde el exterior, la economía helvética no tiene nada que pedirle al mundo. Posee una poderosa actividad industrial (química, farmacéutica y de la maquinaria), a la que se suma uno de los sectores financieros más prósperos del mundo.

Este entorno ha permitido a Suiza hacer de sus habitantes los segundos más ricos de Europa, sólo detrás de los del Principado de Liechtenstein. Sin embargo, la bonanza también tiene un reverso de la moneda.

La vida en la Confederación Helvética es 51% más cara que el promedio de los países de la Unión Europea (UE).

Así por ejemplo la carne bovina cuesta 80% más que en la media de la UE; el aceite de cocina, 64%; los mariscos y las legumbres, 54% superiores, según cifras al 2004 del Eurostat, la autoridad estadística de la Unión Europea (UE).

Y este desfase de precios ha provocado que tres de las ocho ciudades más caras del mundo, según el UBS, sean helvéticas: Zúrich, Ginebra y Berna, cuyos precios están al nivel de Tokio o Londres.

Y los salarios…

Si bien es cierto que la riqueza por habitante es elevada en Suiza (39.600 francos por persona), lo es también que los ingresos y salarios viven un proceso de estancamiento.

La «burbuja de precios altos» en el país ha mermado el poder adquisitivo de la población. De acuerdo con la Oficina Federal de Estadística (OFS), el año pasado los salarios suizos aumentaron un promedio de 0,9%.

Si consideramos el efecto corrosivo que tiene la inflación sobre el dinero, tenemos que el ingreso real de la población suiza no avanzó (progresó apenas 0,1% en 2004).

Y cuando hacemos una revisión concienzuda del pasado, los datos tampoco son alentadores. Aunque los salarios han aumentado 14,1% en total entre el año 1992 y el 2004, una vez descontada la inflación de estos 12 años, los ingresos reales han avanzado apenas 3,6%, es decir, apenas 0,3% al año.

Y todo esto se debe a un «vicio económico» que el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el World Economic Forum (WEF) han señalado en reiteradas ocasiones a Suiza: la falta de competencia empresarial.

El principio Cassis de Dijon

Ante el estancamiento del ingreso de los habitantes y el irreversible avance la globalización, Suiza acepta asumir retos en el 2005.

El Consejo Federal (gobierno), por medio de la Secretaría de Estado de Economía (Seco), dio su espaldarazo (04.05) a la aplicación de forma unilateral de la norma jurídica europea conocida como «Cassis de Dijon». Aún falta mucho camino por andar, porque la decisión requiere el apoyo del Parlamento.

¿En qué consiste el principio Cassis de Dijon? Técnicamente implica reforzar la libre circulación de mercancías. Todo país de la Unión Europea debe aceptar en su territorio productos fabricados y/o comercializados por cualquiera otro de los estados miembros de la Europea de los 25.

La regla sentó jurisprudencia en 1979 en el seno de la UE (por parte de la Corte Europea de Justicia).

Y el nombre lo debe a que todo este proceso legal partió de un caso registrado en Alemania, en donde una cadena de tiendas prohibió la comercialización del licor francés llamado Cassis de Dijon, lo que despertó un conflicto que terminó en la corte.

Se trata de estimular la competencia empresarial para conseguir más calidad y menor precio en la mayoría de los bienes y servicios.

Un futuro prometedor

Para los suizos, la aplicación del principio Cassis de Dijon implicaría beneficios inmediatos sobre los precios que pagan en productos de lo más diverso.

Los alimentos son el primer y principal ejemplo. Estos podrían experimentar una reducción inmediata de entre 10 y 15%, que podría alcanzar hasta 35% en un periodo de 18 meses, ya que las empresas helvéticas se verían obligadas a elevar su eficiencia para competir con los vecinos.

Para el empresariado nacional también habría beneficios, ya que podrían acceder a materias primas menos costosas -adquiridas en los países vecinos-, lo que permitiría abaratar su producción y, en consecuencia, el precio de los productos que venden en el mercado.

Los ajustes legales necesarios están ahora en manos del Parlamento, y serán las cifras del 2006 y el 2007 las que arrojen un primer balance objetivo sobre este tema que, al menos por ahora, se mantiene en la teoría.

swissinfo, Andrea Ornelas

La vida en Suiza es 51% más cara que en la UE.

La riqueza por habitante suma 39.600 francos suizos.

Sin embargo, el poder adquisitivo aumentó sólo 0,1% en 2004.

Suiza tiene tres de las ocho ciudades más caras del mundo (Zúrich, Ginebra y Berna).

El Gobierno suizo promueve la aplicación del principio legal Cassis de Dijon que elimina las fronteras -administrativas y legales- a la entrada de productos de la Unión Europea.

De materializarse la reforma, ahora en manos del Parlamento, los precios helvéticos podrían reducirse entre 10 y 15% de inmediato.

Asimismo habría más variedad de bienes y las empresas nacionales se verían obligadas a competir -vía precio y calidad- para mantenerse en el mercado.

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