Suiza: el plástico vuelve a ser petróleo
'Del final, otra vez al principio'. Una firma suiza transforma la basura de plástico en su materia prima original: el petróleo.
Por este proyecto, la Reststoffverwertungs AG (RVA) ha recibido el premio a la Innovación del cantón de Zug.
La técnica de transformación de plástico en petróleo es conocida desde los años 30, pero en el ámbito industrial es aplicada a partir de las investigaciones de la firma alemana Nill Tech, socia de la Reststoffverwertungs AG (RVA).
Esta empresa de aprovechamiento de residuos ubicada en Sihlbrugg (pueblo ubicado entre los cantones Zug y Zúrich) es la primera a escala mundial que está en condiciones de producir 1.000 litros de petróleo por hora.
Bolsas, sillas del jardín, juguetes, botellas de champú, envolturas… la basura de plástico aumenta inexorablemente, también los problemas para deshacerse de este material que no se descompone naturalmente.
Recolectan basura de plástico y pagan por ella
Mientras las plantas de incineración de basura en Suiza evitan los desechos de plástico hasta donde es posible, la RVA de Sihlbrugg la busca y hasta paga por ella.
Desde hace dos meses, la basura de plástico de los municipios de la región de Zug es recolectada en sacos especiales y transportada a Sihlbrugg. Un saco con un volumen de 400 litros cuesta 15 francos, mucho menos que una bolsa de basura corriente.
En promedio, 100.000 habitantes suizos tiran 2.000 toneladas de plástico a la basura en un año. Si se considera a los negocios y a la industria, pueden ser hasta 6.000 toneladas.
A partir de esta basura, la RVA puede producir 7,5 millones de litros de combustible, cantidad suficiente para calentar a 3.000 viviendas unifamiliares durante un año, sostiene Joe Imgrüth, jefe de esta planta procesadora de plásticos.
Hasta el momento, el petróleo producido en Sihlbrugg – 1.000 litros por hora – es utilizado por la Firma Nutritec de Hochdorf (cantón Lucerna) para el propio suministro de energía.
Duplicará su capacidad
«El petróleo ‘extra light’ que producimos puede ser usado como combustible fósil o en aplicaciones técnicas e industriales», señala Imgrüth.
La planta, donde trabajan por ahora cinco personas, tiene capacidad para transformar 4.000 toneladas de plástico al año. Esta es la primera instalación de esta dimensión a escala mundial y pronto esta capacidad será duplicada, agrega.
El sistema de recolección de la basura de las viviendas, los negocios, la industria, la agricultura y la construcción, junto con la técnica de separación automática, garantizan la cantidad de plástico necesaria, según Imgrüth.
La instalación en Sihlbrugg está equipada para un funcionamiento automático. Allí la basura de plástico es triturada mecánicamente. Luego, con un imán y un tambor para limpiar desechos, se separan los cuerpos extraños como madera, papel, metal, vidrio y minerales.
Tecnología cara pero eficiente
«Con la actual tecnología de imanes y de separación apoyada en sensores no es un problema separar la basura. No es una tecnología barata pero sí muy eficiente, lo cual es decisivo, pues la limpieza del plástico influye en la calidad del producto final», aclara Imgrüth.
El proceso de transformación de plástico en petróleo se realiza a temperaturas que oscilan entre 300 y 4000 grados en un reactor sin presión. El calor quiebra las cadenas de moléculas de la materia plástica y los gases que se forman en este proceso son condensados, enfriados y licuados en combustible.
El balance energético de la RVA es excelente, según Imgrüth. «En la polimerización del petróleo en plástico se pierde alrededor del 15% de la masa. El proceso inverso – la conversión de plástico en petróleo – es igualmente eficiente».
Es decir, de un kilo de plástico doméstico, en Sihlbrugg se produce casi un litro de petróleo. Y como un litro de petróleo pesa sólo 0,84 kilos, aquí se pierde nuevamente sólo 15% de la masa.
Por estos resultados, la RVA considera vender su petróleo como combustible compatible con el medioambiente. «Visto en conjunto, el reaprovechamiento de una materia prima es un proceso sostenible», asegura Imgrüth.
Además, «el gasto de energía de nuestra planta es bajo, pues con los gases producidos durante el proceso de transformación se puede accionar al mismo tiempo el sistema de calefacción. Por lo tanto, el consumo de electricidad no es muy alto».
Una alternativa para países en desarrollo
Lukas Gutzwiller, experto de la sección Política Energética de la Oficina Federal de Energía, considera que el proyecto tiene perspectivas. «En la primera línea de reactores han invertido cinco millones de francos con los que pueden captar 7,5 millones de litros de petróleo por año. Son cifras impresionantes».
El desafío, según Gutzwiller, es cómo esta firma va a captar tanta basura de plástico. «Tiene que recibir suficiente cantidad de basura – probablemente no sólo de la Suiza central como hasta ahora – más aún si se considera que en adelante va a ampliar su infraestructura».
Aun cuando la basura provenga de otras regiones del país, se justificaría el transporte, ya que éste no demanda mucha energía. Por ejemplo, si se trae etanol de Brasil en barco, el gasto energético por litro es del 5%, máximo 10%, lo que en realidad no es significativo, explica.
Gutzwiller explica que otro desafío para la RVA es la separación del plástico de otros residuos. «Conseguir un plástico limpio, libre de desperdicios orgánicos, metales u otras sustancias es decisivo en el éxito de esta empresa. Sería de gran ayuda que los municipios puedan separar el plástico de otros residuos».
La tecnología para reconvertir el plástico en petróleo, aun cuando necesita mucho mantenimiento, sería apropiada para los países en desarrollo, donde la separación manual del plástico sería más barata. Una instalación como la de Sihlbrugg en esos países sería, de hecho, una mejor alternativa que los rellenos sanitarios, considera Gutzwiller.
En una fase piloto, esta firma evalúa la calidad del petróleo. También la Oficina Federal de Medioambiente recibe los resultados de las mediciones y de los análisis. «En principio producimos sólo combustible, pero en una fase posterior sería posible que los motores diesel también funcionen con el ‘plastOil’, dice Imgrüth.
El primer equipo de reactores en la RVA costó 5 millones de francos. Para duplicar la capacidad a 8.000 toneladas anuales se calcula que se necesitan inversiones adicionales de tres millones de francos y tres puestos de trabajo suplementarios.
Según Imgrüth, la planta de Sihlbrugg también está disponible como instalación de experimentación.
swissinfo, Rosa Amelia Fierro
El Premio a la Innovación del cantón Zug está dotado de 20.000 francos.
A la edición 2006 del premio postularon 16 empresas.
El jurado eligió el proyecto ‘plastOil’ de la RVA AG.
Esta empresa fue fundada en 1993 por Risi AG para desarrollar y aplicar nuevas tecnologías medioambientales.
La Risi AG está especializada en el manejo y eliminación de desperdicios.
La basura compuesta por plástico es un problema cada vez mayor. No se descompone y las plantas incineradoras de desperdicios la evitan en lo posible.
El plástico se compone casi exclusivamente de petróleo.
La polimerización es una reacción química en la que dos o más moléculas se combinan para formar otra en la que se repiten unidades estructurales de las primitivas y su misma composición porcentual cuando estas son iguales.
Con una superficie de 239 km², el cantón Zug es uno de los más pequeños y más ricos de Suiza.
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