Suiza, en la mira de la reforma fiscal de Obama
El presidente de Estados Unidos propone elevar la carga fiscal de las multinacionales que han elegido establecerse en países como Suiza para aligerar su carga tributaria sin violar ninguna ley.
La reforma tributaria en puerta también tocará a aquellos inversionistas cuyas fortunas personales apuestan por destinos como la plaza financiera helvética. Y las nuevas reglas de juego previsiblemente entrarán en vigor en 2011.
Barack Obama está listo para cumplir una de sus principales promesas de la campaña electoral: atajar la evasión fiscal en Estados Unidos.
El tema no es un improvisado en su agenda. En 2006, el entonces senador por Illinois, apoyó la iniciativa ‘Stop Tax Haven Abuse Act’, encabezada por el demócrata Carl Levin y el republicano Norman Coleman, ambos decanos de la cámara alta hermanados durante años por el proyecto común de poner fin a la evasión en EEUU.
Suiza formaba parte desde esa fecha de las 34 naciones que Estados Unidos observaba cuidadosamente.
Primero, porque centenares de empresas estadounidenses se han establecido en el mercado helvético y han conseguido con ello pagar menos impuestos, sin violar ninguna ley interna.
Segundo, porque hay millares de inversionistas particulares que tienen depositadas sus fortunas personales en bancos como el UBS o el Credit Suisse, lo que les ha permitido evadir compromisos con el ‘Internal Revenue Service’ (IRS, fisco) gracias al secreto bancario.
Pero el pasado lunes (04.05) cambiaron las reglas del juego.
La reforma Obama
El presidente Obama resumió en unas cuantas palabras el espíritu de su reforma: «Quiero restaurar la justicia y el equilibrio del sistema fiscal estadounidense».
Reconoció que tomará tiempo reparar los daños que causaron disposiciones (fiscales) apoyadas por empresas y legisladores que privilegiaban exclusivamente sus propios intereses.
Pero la meta está clara: incrementar la recaudación fiscal en 300.000 millones de francos suizos para la próxima década. Y esto implicará eliminar todas las lagunas que existen en la legislación tributaria vigente, lo mismo para empresas que para particulares.
«Es inaceptable que crear un empleo sea más barato en Bangalore (India) que en Buffalo (Nueva York)», dijo Obama refiriéndose el creciente fenómeno de deslocalización que viven las empresas de EEUU.
Evitaré también que las empresas de mi país se establezcan en paraísos fiscales para pagar menos impuestos, agregó.
No hizo alusión a ninguno en particular, pero su posición ha sido siempre clara en este sentido: toda circunscripción en la que la carga tributaria sea menor a la que tendrían que pagar en casa.
Impacto sobre multinacionales
Las empresas serán las primeras afectadas.
Hasta ahora los consorcios estadounidenses basados en otros países tenían derecho a deducir sus gastos de operación en el extranjero y gozaban de una exención sobre las utilidades generadas fuera, siempre que no repatriaran dichas utilidades.
Ahora, sólo podrán deducir gastos de operación si aceptan pagar impuestos sobre las ganancias que obtengan en el extranjero. Lo anterior porque el IRS calcula que las multinacionales estadounidenses tienen invertidos 700.000 millones de dólares en paraísos fiscales o países que, sin ser paraíso fiscal (como Suiza), cuentan con sólidos secretos bancarios.
«Suiza es un gran imán para las multinacionales», afirma la Cámara de Comercio Suiza-EEUU.
En el documento Haciendo negocios con Suiza (2009) explica que ofrece un atractivo clima tributario general, al que se suman los incentivos de tipo cantonal.
A juicio de la cámara dirigida por Martin Naville, Suiza es ideal para establecer un consorcio o para abrir oficinas regionales. Una percepción que se confirma en los hechos.
Ginebra, Zúrich o Basilea son sede de gigantes como Procter and Gamble (P&G), Medtronic, Philipp Morris, Dow, GM, Cat, eBay, Sun, Colgate, Hewlett Packard, IBM, Kraft, Amgen, Google, Yahoo, Chiquita o Alcoa, que operan e invierten además sus ganancias en la plaza financiera suiza.
P&G ha sido, hasta ahora, la empresa más activa en la oposición a la reforma. El pasado martes (05.05), su director financiero Jon Moeller destacó que la propuesta de Obama costará más de 1.100 millones de francos suizos anuales a su grupo, lo que podría traducirse en recortes de personal y minusvalías para la empresa.
El principal temor de los grandes grupos es perder competitividad y correr el riesgo de pasar fácilmente a manos extranjeras en un periodo agravado por la recesión.
Evasión individual
Los contribuyentes individuales también tendrán su dosis en la reforma fiscal del nuevo gobierno de Washington.
Hasta el año 2009, los ciudadanos estadounidenses tenían derecho a invertir su riqueza personal en cualquier país siempre que la autoridad no demostrara que estaban cometiendo un delito (ver CONTEXTO).
Tras la reforma, las cosas serán a la inversa: los inversionistas deberán probar que no operan con entidades o países considerados ‘opacos’ en términos fiscales, una decisión derivada de los compromisos asumidos el 2 de abril, en Londres, durante la cumbre del G-20.
Suiza también se verá afectada en este caso ya que, por el momento, forma parte de la ‘lista gris’ de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es decir, de países que se han comprometido a una mayor apertura y transparencia en el intercambio de información fiscal con otros gobiernos, pero que no han entregado resultados concretos.
Y pasar a la ‘lista blanca’ será un proceso largo porque Suiza debe renegociar 12 tratados para evitar la doble tributación, con sendos países, bajo los principios de la OCDE.
Adicionalmente, se agudizará la fiscalización sobre las cuentas de estadounidenses en bancos helvéticos, un dominio en el que el UBS ya tiene serios problemas.
El banco suizo fue acusado por la justicia de EEUU de facilitar la evasión de más de 50.000 contribuyentes de EEUU a través de cuentas en esta institución financiera.
Una falta que el UBS aceptó y que le costó una multa de 913 millones de francos y la entrega de los datos confidenciales de 320 de sus clientes, quienes presumiblemente habían rebasado la línea de la evasión simple para inscribirse en el fraude fiscal doloso.
La reforma de Obama entraría en vigor en 2011, pero antes requiere el respaldo del Congreso, un trámite que será salvado con simplicidad debido a que el Legislativo cuenta con una holgada mayoría demócrata.
Estados Unidos escribe nuevos tiempos en materia fiscal.
Andrea Ornelas, swissinfo.ch
En Suiza operan 650 empresas estadounidenses.
Generan 71.000 empleos.
Las más importantes son:
Mc Donalds (7.200 trabajadores), IBM (3.400), Altria Group (3.000), Procter & Gamble (2.400), Johnson & Johnson (2.150), Synthes (2.000), Texas Pacific Group (1.600), Liberty Global (1.500), Mettler Toledo (1.450), Hewlett Packard (1.400).
Este miércoles, el ministro suizo de Finanzas, Hans-Rudolf Merz, anunció que Berna confía en concluir al menos doce acuerdos de doble imposición de aquí a fines de 2009.
En junio se reanudarán las negociaciones en la materia con Estados Unidos.
Hasta ahora 23 países han manifestado su interés en renegociar con Suiza un tratado de doble tributación acorde con los principios de la OCDE.
También la Unión Europea (UE) tiene en marcha una reforma fiscal que por el momento está centrada en el intercambio de información fiscal entre los Veintisiete y otros países, Suiza entre ellos.
La Comisión Europea (CE), a través de su comisario de fiscalidad Laszlo Kovacs, propuso formalmente ayer (05.05) durante un consejo del Ecofin (ministros de finanzas) negociar en bloque un acuerdo antifraude con Suiza.
La iniciativa fue rechazada de forma tajante por Luxemburgo, ya que el Ejecutivo comunitario propone el intercambio automático de información fiscal y bancaria entre Suiza y la UE, un principio que Luxemburgo no comparte.
Los principios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a los que Suiza decidió apegarse (anuncio realizado el 13.03) sólo exigen el intercambio de información en función de demandas concretas y fundamentadas legalmente, no a discreción.
«La reunión fue desagradable, no apoyaremos el intercambio automático de datos», precisó Luc Frieden, ministro del Tesoro de Luxemburgo.
Austria también apoya la posición de Suiza. Y el tema seguirá a debate en el seno de la UE en los próximos días.
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