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Suiza entra en la ‘lista blanca’ de la OCDE

Keystone

Con la firma de un duodécimo acuerdo de doble imposición revisado, Suiza deja la "lista gris" que incluye a los malos alumnos de la OCDE que están en redención. Un paso importante para los clientes extranjeros de la banca helvética, pero no el fin de las presiones internacionales que enfrenta Suiza.

El 13 de marzo pasado, bajo presión de las principales potencias económicas, Suiza anunciaba su intención de alinearse a las normas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Europeo (OCDE) en materia de intercambio de información fiscal. Berna suprimía la diferenciación entre evasión y fraude fiscal.

Seis meses más tarde, Suiza sale de la ‘lista gris’ y deja de ser considerada como paraíso fiscal (un calificativo que la plaza financiera helvética siempre rechazó). Para conseguirlo, fue necesaria la firma de 12 convenciones para evitar la doble imposición (CDI) revisadas, cuyos contenidos aún son confidenciales.

François Savary, director de inversiones en Reyl et Cie S.A, considera que la banca suiza aparecerá menos en la primera plana de los diarios a partir de ahora. Abandonar la ‘lista gris’ le concederá un poco de paz, porque ahora puede decir «que ha hecho su trabajo (…). Eso nos permitirá a nosotros hacer el nuestro también con mayor serenidad».

«Habrá un periodo de calma en el corto plazo. ¿Pero es acaso el fin de los ataques? Lo veremos», señala Savary. «Creo que no estamos forzosamente frente al fin de las presiones internacionales, sino en un periodo intermedio, en una zona de equilibrio entre la preservación del secreto bancario y la voluntad de otros estados de obtener concesiones por parte de Suiza».

Por su parte, el profesor de Economía en la Universidad de Friburgo, Sergio Rossi, asegura que Suiza hizo lo que se le pidió. Pero muchos países, Estados Unidos a la cabeza, quieren evitar acrecentar sus déficits públicos, lo que hará que la caza de contribuyentes viva sus mejores días en el futuro.

«La presión seguirá. Y se podría incluso intentar imponer a Suiza el modelo que Liechtenstein aceptó. Los bancos helvéticos tendrían pues que entregar al fisco del país de origen de sus clientes extranjeros el nombre y monto de quien quiera realizar un depósito».

Dentro y fuera

En Suiza, el futuro de los CDI tampoco está del todo claro. Dichos acuerdos deben pasar aún el reto del Parlamento, y sin duda, obtener el aval de la población. Debido a ello, el Ministerio de Finanzas estima que no entrarán en vigor antes de principios de 2011.

Dicho sin rodeos, es posible que el proceso democrático coloque nuevas piedras en el camino a la impecable mecánica estructurada por la OCDE. «El riesgo es también que dentro de seis meses, el número de 12 acuerdos firmados deje de ser suficiente», refiere Sergio Rossi y agrega que «este límite mínimo fue elegido porque tanto EEUU como Gran Bretaña tenían 12 acuerdos firmados».

Y si el contenido del CDI con Francia -aún desconocido- va más allá de las normas de la OCDE, esto podría abrir nuevas brechas y la inconformidad de otros países, se inquieta Rossi.

Por ello, para el economista la dinámica de presiones no va forzosamente a relajarse en el futuro inmediato. Los déficits presupuestarios, la crisis económica y los problemas de los países en desarrollo «nos colocan en una situación poco cooperativa. Y dado que cada país mira ahora por sus intereses domésticos, quizás algunos estados estén dispuestos a ir contra los intereses de sus antiguos socios».

Clientes beneficiados

Sergio Rossi confía, no obstante, en que la presión intensa se traslade ahora a aquellos países opacos y que no cumplen aún con las directivas de la OCDE.

En Suiza, los clientes extranjeros ganan «claridad» y «seguridad jurídica»; una «ventaja comparativa» para el secreto bancario helvético que, a juicio del economista, el país tendría que haber materializado antes por propia voluntad.

Hasta ahora, el sector bancario suizo ha aprovechado los ingresos que le generó su secreto bancario, sostiene François Savary. De ahora en adelante serán la competencia y la capacidad de desempeño de la plaza financiera las que determinen el futuro de los bancos suizos y de su gestión de fortunas.

«El sistema bancario helvético está obligado a demostrar y comunicar mucho mejor su potencial», cita.

Desde la perspectiva de Sergio Rossi, la clientela extranjera de la plaza financiera suiza se interesa sobre todo por la calidad de los productos y la asesoría de primer nivel que recibe, factores que se suman a la estabilidad económica y política del país.

«Para la mayoría de estos clientes, depositar su dinero en Suiza seguirá siendo interesante. Es para los clientes que quieren escapar de su fisco local que habrá cambios sustanciales», dice al referirse a la desaparición entre la línea que diferenciaba fraude y evasión fiscal.

Optimización fiscal

Para François Savary, producto del nuevo marco legal, la optimización fiscal de los clientes de la banca es un nicho que tiene un gran porvenir. «Un servicio que ya existe, pero que será cada vez más importante».

Los bancos helvéticos tendrán, por su parte, que reforzar el perfil de sus clientes, estima Rossi. O dicho en otras palabras, hacer «trajes a la medida», productos específicos para clientes específicos, siendo honestos siempre sobre las implicaciones financieras o fiscales que enfrentarán en su país de origen en función de las inversiones o instrumentos que elijan.

Pierre-François Besson, swissinfo.ch
(Traducción : Andrea Ornelas)

Once. Suiza firmó Convenciones para Evitar la Doble Imposición (CDI) revisadas con Austria, Dinamarca, Francia, Finlandia, Gran Bretaña, Luxemburgo, Noruega, México, Qatar y las Islas Feroe.

Uno. Y el duodécimo estado con el que aplicará un intercambio de información fiscal –caso por caso- es España, con quien existe un CDI revisado desde el 29 de junio de 2006.

Causa. En un protocolo separado, una cláusula acordada en Madrid avala la aplicación automática de toda nueva disposición firmada entre Suiza y otros países europeos.

La lista negra de la OCDE agrupa a los Estados que no manifiestan ni interés ni progreso en materia de cooperación fiscal. Desde el pasado 9 de abril, ningún país se encuentra en este apartado.

La lista gris integra a aquellas circunscripciones que se han comprometido a respetar las reglas de la OCDE en materia de colaboración fiscal entre gobiernos, pero que no han firmado convenciones de este tipo con al menos 12 estados. En este listado se encuentran actualmente Liechtenstein y Filipinas.

Pero los criterios están a punto de cambiar. Ya no será suficiente con firmar 12 CDI para probar buena voluntad. Será necesario demostrar que cada país lucha de forma eficaz y permanente contra la opacidad fiscal.

Le Foro Mundial sobre la Transparencia y el Intercambio de Información pondrá en marcha un «sólido y completo proceso para examinar los avances entre pares, con fin de asegurar que todos los estados cumplan con sus compromisos». Un primer reporte de los progresos será publicado antes de que concluya 2009.

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