Suiza refuerza la batalla contra el CO2
El Ministerio del Transporte y el Medio Ambiente puso en marcha una campaña para reducir las emisiones de bióxido de carbono.
Todos los vehículos nuevos que estén a la venta deberán portar una ‘etiqueta Energía’ que informe sobre su consumo energético.
El uso del engomado se inscribe en el marco del compromiso de las autoridades helvéticas de reducir el consumo promedio de carburante de los vehículos nuevos de 8,4 litros por cada 100 kilómetros en el 2000, a 6,4 litros en el 2008, es decir, un decremento anual de 3%.
La etiqueta indica el nivel de consumo de carburante de los automotores sobre una escala, que va de la A a la G y, de acuerdo con las expectativas, contribuirá a sensibilizar a los compradores y a influenciar sus decisiones en el momento de elegir un automóvil.
Al presentar este lunes, en Berna, la ‘etiqueta Energía’, el ministro del ramo, Moritz Leuenberger, dio a conocer su estrategia para disminuir las emisiones del bióxido de carbono producidas por los vehículos automotores.
Impuestos selectivos
«Se trata, por ejemplo, de modificar el impuesto federal sobre los vehículos para favorecer a los modelos respetuosos del medio ambiente y que presenten una elevada eficacia energética», explicó.
Una segunda vertiente de ese programa concierne la promoción de una forma de conducta ecológica y, con esa finalidad, a partir del próximo 1º de abril, ese aspecto formará parte de los programas de aprendizaje de los nuevos conductores.
Las autoridades contemplan asimismo, y en colaboración con organizaciones como Suiza en Bicicleta, la promoción de los transportes no motorizados.
Leuenberger advirtió, sin embargo, que en caso de que las medidas no surtan los efectos que se esperan, el Gobierno suizo introducirá, a más tardar para el 2004, un impuesto sobre el bióxido de carbono.
Medida insuficiente
La Asociación de Transportes y Medio Ambiente se pronunció con respecto al engomado y, aunque estimó que su introducción constituye una «buena medida», dijo que era insuficiente.
«La etiqueta energética no dice todo acerca del consumo de un vehículo y tampoco se pronuncia sobre la toxicidad de las emisiones de sus tubos de escape», destacó la organización en un comunicado.
Precisó que el engomado no toma en cuenta «la gran cantidad de partículas de hollín, cancerígenas y con efecto invernadero emitidas por los vehículos».
swissinfo y agencias
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